La leche materna podría reducir la incidencia de la celiaquía
  
El estudio europeo PreventCD, puesto en marcha en enero de 2007, pretende comprobar si la administración de gluten de forma progresiva en lactantes con riesgo de desarrollar celiaquía permite reducir la incidencia de la enfermedad. La Dra. Carmen Ribes, jefa del Servicio de Gastroenterología Pediátrica del Hospital La Fe (Valencia, España), ha señalado que "la idea es aprovechar el efecto inmunomodulador de la leche materna para que estos niños, gracias a un proceso de desensibilización o inducción de tolerancia, no desarrollen la enfermedad".
La Dra. Ribes ha remarcado que "tras analizar los estudios estadísticos realizados previamente, creemos que esta estrategia preventiva será un éxito si conseguimos reducir en un 50% su prevalencia". En la actualidad la enfermedad celiaca afecta hasta el 1% de los europeos (2,5 millones de personas) y es la intolerancia alimentaria más frecuente en el continente.
El objeto de estudio son recién nacidos de familias que ya tengan un individuo diagnosticado de la enfermedad y parentesco en primer grado. No obstante, "todos no presentan el mismo riesgo y, tras la realización de un estudio genético (tipaje HLA), hemos descartado a los que presentan un riesgo casi nulo (DQ2 y DQ8 negativos), centrándonos en los DQ2 y/o DQ8 positivos".

Estudio de mil niños
En este subgrupo, la especialista ha concretado que "es extremadamente interesante comprobar qué conseguimos con la estrategia preventiva". Los promotores del estudio, que concluirá en 2010, pretenden estudiar a más de 1.000 niños europeos con estas características y, de momento, ya disponen de alrededor de 400.Respecto a la ingesta, en el 4° y 5° mes del lactante se produce la intervención, ya que se les facilita un gluten preparado especialmente para el proyecto. La especialista ha destacado que "se trata de un gluten aislado y puro que se distribuye en sobres, evitando así el analizar los resultados de composiciones o cantidades distintas".
A partir del 6° mes, la ración fijada se consigue a partir de productos convencionales (galletas, cereales, etc). Ana López, becaria del proyecto europeo, ha destacado que "esa ingesta sufre un progresivo incremento: de 100 miligramos al día entre el 4° y el 6° mes se pasa a 250 entre el 6° y el 7°; 500 entre el 7° y el 8°; 1.000 entre el 8° y el 9°; y 1.500 entre el 9° y el 10°. A partir de ese mes, la ingesta ya es libre.
Por último, la Dra. Ribes ha destacado la importancia de hacer el seguimiento de esos niños hasta que cumplan 3 años, ya que "se ha comprobado que entre los 2 y los 3 años es cuando existe más riesgo de desarrollar la enfermedad". Ese seguimiento se realizará a través de exploraciones físicas, historia clínica y analíticas. En el caso de que alguno de ellos haya presentado un marcador serológico positivo, "el protocolo establece que se realizará una biopsia intestinal para ver si han desarrollado o no lesión".
 
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