La ira y la hostilidad incrementan el riesgo de cardiopatía isquémica
  

Según concluye un estudio desarrollado por investigadores del University College de Londres (Reino Unido) y publicado en la revista Journal of the American College of Cardiology, la ira y la hostilidad están asociadas con un mayor riesgo de cardiopatía isquémica en individuos sanos y con una peor progresión en pacientes que ya presentan la enfermedad. Tal es así que, según indican los autores, “controlar la ira y la hostilidad podría ser un método adicional importante para prevenir la presentación de cardiopatía isquémica en la población general y un peor pronóstico en aquellos pacientes que ya la padecen”.
Según explica el Dr. Yoichi Chida, investigador principal, “la ira y la hostilidad predecían un 19% y un 24% del aumento en los episodios cardíacos entre, respectivamente, personas sanas y aquellas con la enfermedad”.
El efecto dañino asociado a la ira y/la hostilidad con los episodios de cardiopatía isquémica en las personas sanas era superior en los hombres que en las mujeras, lo que, en opinión el Dr. Chida, “sugiere que la acumulación de las respuestas ante el estrés en la vida diaria podría tener un mayor impacto en la cardiopatía isquémica en los varones”.
Los autores revisaron la literatura científica existente sobre cómo afectan estas emociones negativas sobre la cardiopatía isquémica e identificaron 25 estudios en poblaciones sanas y 18 en pacientes con la enfermedad. Y según el Dr. Johan Denollet, de la Universidad de Tilburg en los Países Bajos y coautor del estudio, “esta revisión proporciona más evidencias de que los factores psicológicos son importantes en el desarrollo y progresión de la enfermedad cardíaca”.
En consecuencia, los especialistas deberían tener en cuenta los síntomas de ira y hostilidad y derivar a los pacientes a tratamientos conductuales. Además, estos factores de personalidad podrían servir para identificar a pacientes con más riesgo de padecer episodios coronarios.
Cuando los investigadores realizaron un análisis de un subgrupo de estudios que controlaban las variables de comportamiento (tabaquismo, actividad física, índice de masa corporal o estatus socioeconómico) y el tratamiento de la enfermedad no se constató la existencia de una asociación entre la ira y la hostilidad y la cardiopatía isquémica. Los autores sugieren que la razón se explica porque el principal mecanismo entre la ira y la hostilidad y la cardiopatía podrían ser los factores de riesgo conductual.
Además, los autores señalan que futuros estudios deberán considerar de forma directa los mecanismos fisiológicos implicados, caso de la alteración del sistema nervioso autónomo, de los aumentos en los factores inflamatorios o de coagulación y de los niveles elevados de cortisol. Además, el Dr. Denollet apunta que los futuros estudios deberán centrarse en la interconexión entre las emociones negativas y las estrategias de regulación emocional como un determinante de los episodios coronarios graves.
 
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