Recomiendan estrategias para combatir los trastornos digestivos funcionales
  

Los trastornos digestivos funcionales, que se manifiestan con hinchazón, síndrome del intestino irritable, tránsito lento y pesadez, pueden tratarse con diversas estrategias que abarcan desde cambios en el estilo de vida, medicaciones, modificaciones en la dieta y probióticos. Así lo afirmaron especialistas de la Sociedad Argentina de Gastroenterología (SAGE), miembro de la Organización Mundial de Gastroenterología (OMG), en el marco del Día Internacional de la Salud Digestiva, celebrado el 29 de mayo.
Según un relevamiento internacional epidemiológico, el 62% de los argentinos sufren de tránsito lento, indigestión, pesadez, acidez o hinchazón; en mujeres, el porcentaje asciende a 71. El Dr. Juan Andrés De Paula, Jefe del Servicio de Gastroenterología del Hospital Italiano de Buenos Aires, explicó que “los trastornos funcionales son aquellos que no responden a una alteración orgánica del aparato digestivo. Estos trastornos, que son muy frecuentes en la población considerada sana, producen síntomas a veces muy intensos; en general son crónicos, y tienen alguna relación con factores emocionales, alimentación y calidad de la flora intestinal”.
“La medicina interviene a través de varias rutas terapéuticas”, informó el especialista. “Una de ellas tiene que ver con medicaciones que modifican la actividad o el funcionamiento del sistema nervioso entérico, que a la vez está conectado con el área emocional, al que llamamos ‘cerebro intestinal’. Otra línea de intervención es la dietoterapia, con la selección y modificación de los alimentos que se ingieren, y la otra es mediante la modificación de la flora intestinal a través de prebióticos, probióticos y antibióticos”.
Las medidas recomendadas incluyen una alimentación baja en grasas saturadas, pobre en carbohidratos (azúcares) refinados y rica en determinadas fibras vegetales; esparcimiento, manejo del estrés y actividad física regular. Asimismo, se aconseja en ocasiones el consumo regular de determinados probióticos contenidos en yogures, lo que produce beneficios tales como una mejoría de la constipación y reducción de la distensión abdominal.

Fortalecer la flora intestinal
La flora intestinal es un ecosistema formado por unos 100 billones de bacterias de unas 500-1.000 especies distintas, que tiene funciones de nutrición (producción de ácidos grasos, síntesis de vitaminas y otras), de defensa del organismo y de modulación del sistema inmune. La introducción o promoción de probióticos (bacterias beneficiosas) dentro del ecosistema intestinal puede optimizar los efectos favorables de la microflora y mejorar así la salud.
El Dr. Francisco Guarner, Jefe de Sección del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Vall d’Hebron, Barcelona, España, comentó que “algunos probióticos concretos pueden favorecer la digestión de azúcares o de péptidos en intestino delgado (como la lactosa o el gluten), mejorar la absorción de calcio y hierro, controlar la producción de gas intestinal y prevenir infecciones gastrointestinales”.
El año pasado, la OMG publicó Guías para el manejo de Síndrome de Intestino Irritable, en donde se destaca que el probiótico Bifidobacterium lactis DN-173010 (localmente conocido como actiregularis), presente en ciertos yogures, ha demostrado acelerar el tránsito gastrointestinal y aumentar la frecuencia de deposiciones entre pacientes con SII con constipación, así como reducir la hinchazón, distensión y flatulencia.
 
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