Enfermedad Celíaca en la adolescencia | Por Lic. Noelia Godoy
  
La adolescencia es la apertura para comenzar a vivir nuestra vida, en la cual comienza la toma de decisiones propias, y en el que a medida que va pasando el tiempo, sabremos cómo esas decisiones influirán en ella.
En esta etapa de la vida en la que muchas veces todo nos parece gris, y creemos que todo el mundo se ha complotado para estar en contra nuestro, el recibir el diagnóstico de Enfermedad Celíaca (EC) nos permite transitar por una gran cantidad de emociones, entre ellas la negación de parte del diagnosticado para aceptar y comenzar a realizar una 'dieta libre de gluten' (DLG).
En un comienzo aparecen muchos miedos al aislamiento y exclusión dentro del ámbito de amigos, dentro del colegio, las salidas grupales, etc.
Por lo general este tipo de pacientes adopta dos tipos de conducta: la primera es el autoaislamiento, donde uno se siente más seguro rodeado de sus familiares y amigos cercanos, sin salir al mundo externo a contarles «soy celíaco...» y la nueva vida que tendrá que llevar: qué es lo que se puede comer, hablar del gluten, o mismo decir que es la contaminación. La familia siempre será una gran contenedora en esta emoción. La segunda conducta es la negación: el negar el diagnóstico, y continuar una vida normal, como si jamás se hubiera recibido el resultado del diagnóstico.
El no realizar la DLG hace que los síntomas o la situación de salud no mejoren. Siempre esta conducta estará condicionada para cada adolescente por la presencia o no de síntomas. Cuando estos últimos son evidentes, aparece un cuestionamiento de: ¿hasta qué punto sirve realizar estos desvíos de la dieta libre de gluten cuando sé que es mi único tratamiento?
Por lo general, los estudios de control de este tipo de pacientes presenta valores alterados, aquí los profesionales se cuestionaran en primera instancia la adherencia al tratamiento. La nutricionista indagará exhaustivamente el cumplimiento de la misma, a través del cuestionario adecuado.
Como profesional de la salud, recomiendo la participación activa del adolescente en las reuniones y eventos de los grupos de celíacos, que impliquen festejos y compromiso con la comunidad celiaca. Muchas veces, los únicos asistentes son los padres, quienes buscan informarse y actualizarse constantemente para que la calidad de su hijo mejore. Es bueno que esta actividad se realice en grupo familiar, donde todos resultan fortalecidos.
El acompañamiento por parte de los padres a la consulta nutricional es interesante, ya que si bien los pacientes pueden ingresar solos, saben que sus padres los acompañaron. El apoyo e información de parte de la nutricionista especialista en EC, entre otros profesionales de salud mejoran la visión del paciente.
Es importante concientizar e informar sobre EC a las instituciones que acompañan diariamente al adolescente celíaco.

Lic. Noelia V. Godoy
Nutricionista UBA - M.N. 7079- M.P. 2624
Enfermedad Celíaca y Obesidad
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