¿Pueden las vacaciones ser una fuente de estrés?
  
Cuando la perspectiva de pasar unos días con tú pareja o familia, sin obligaciones ni rutinas se convierte en un motivo de preocupación, las vacaciones dejan de ser algo deseado y placentero para convertirse en un auténtico tormento.
“Se trata de un perfil infrecuente porque la mayoría de la gente quiere tener vacaciones y, por encima de todo, prefiere el tiempo libre a trabajar”, señaló el presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS), Antonio Cano. Sin embargo, “hay personas muy obsesivas que lo pasan mal cuando no están metidos en sus rutinas y te dicen que cuando peor lo pasan, es cuando tienen vacaciones”. Son casos que requieren un entrenamiento psicológico que les ayude entender cuáles son sus motivos, su personalidad y aprender a manejar sus pensamientos y emociones para encontrar alternativas a estar todo el día trabajando para no tener ansiedad.
En este punto coincide la psicóloga especialista en ansiedad y estrés y miembro de la SEAS Cristina Mae Wood. “Hay personas que no son felices con su vida, no están satisfechos con su cuerpo, con sus relaciones, con lo que hacen… y se sienten muy mal, muy tristes, y una forma de evadirse es trabajando, porque les ayuda a distraerse de sus pensamientos”, explicó.
“De pronto, llegan las vacaciones y esta persona no tiene nada con lo que distraerse y empieza a pensar y a darse cuenta de todos los defectos que tiene, de lo que no le gusta de su vida y cada vez se siente más irascible, triste, solo y la única forma que tiene de no sentirse así es trabajando”, señaló.
Para estas personas, irse de vacaciones “puede llegar a ser una tortura”. Cano explicó que las personas tienden a pensar cosas que les producen ansiedad y el trabajo les libera, porque cuando están haciendo sus tareas no pueden pensar en ello.
Según el presidente de SEAS también hay personas que se refugian en el trabajo porque tienen problemas de pareja o familiares y piensan que en el trabajo están “menos mal” que en su casa o evitan afrontar situaciones difíciles como la atención a dependientes.
También existen personas que sienten una gran satisfacción por su trabajo y tienen muchos incentivos y, si han centrado demasiado su vida en el ámbito laboral, lo que provoca que no se sepan desconectar.
Cristina Mae Wood indicó que se trata de una personalidad muy perfeccionista y autoexigente, con un alto rango de ansiedad. “Son personas muy nerviosas, que anticipan siempre que puede ir algo mal y piensan que si se van de vacaciones va a pasar algo”, por lo que sufren una gran cantidad de ansiedad y estrés.
Según afirmó esta experta, el estrés en sí no es malo porque te dota de una serie de recursos y de energía para hacer frente a las demandas que te consigas en el camino, “pero si somos muy perfeccionistas y nos exigimos mucho, vamos a tener una gran cantidad de ansiedad”.
 
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