Los 'corazones lentos' no suponen mayor riesgo cardiovascular
  
Aquellas personas cuyo corazón late a un ritmo inferior a 60 latidos por minuto deben tener cuidado con los fármacos que pueden bajar aún más sus ritmos cardíacos.
El corazón humano late, por lo general y en lo que a los adultos se refieren, a un ritmo de 60 a 100 pulsaciones por minuto. Sin embargo, hay personas en las que esta frecuencia es inferior a los 50 latidos por minuto, lo que puede conllevar que el corazón no bombee suficiente oxígeno a los tejidos y, en consecuencia, se experimente una falta de aliento, desvanecimientos o dolor torácico.

Sin embargo, esta baja frecuencia de latidos, conocida en la terminología médica como ‘bradicardia’, no supone un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular. Así lo muestra un estudio llevado a cabo por investigadores del Centro Médico Baptista Wake Forest en Winston-Salem (EEUU) y publicado en la revista 'Journal of American Medical Association Internal Medicine'.

Como explicó el Dr. Ajay Dharod, director de la investigación, «para una gran mayoría de personas cuyo ritmo cardíaco se encuentra entre las 40 y las 60 pulsaciones y que, además, no presentan síntomas, el pronóstico es muy bueno. Así, nuestros resultados deberían tranquilizar a aquellas personas diagnosticadas de bradicardia asintomática».

El estudio es el primero llevado a cabo para evaluar si la bradicardia se asocia con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular. Y para llevarlo a cabo, los autores consultaron los datos de 6.733 mujeres y varones que, con edades comprendidas entre los 45 y los 84 años, participaban en el Estudio Multiétnico sobre la Aterosclerosis (MESA) del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre de Estados Unidos (NHLBI).

Los participantes, si bien no padecían enfermedad cardiovascular en el momento de su inclusión en el estudio, tomaban medicación para la hipertensión –una medicación que, entre otros efectos, puede disminuir el ritmo cardíaco.

Concluidos los 10 años de seguimiento, los resultados mostraron que tener una baja frecuencia cardíaca no se asocia con un mayor riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular. Es más; el riego tampoco se vio incrementado en aquellos pacientes que tomaban antihipertensivos –caso, entre otros, de los betabloqueantes y de los antagonistas del calcio– que podrían reducir su cifra de pulsaciones.

Cuidado con la medicación
Por tanto, y si bien pueden disminuir el ritmo cardíaco, ¿el tratamiento con antihipertensivos resulta totalmente seguro en la población con bradicardia? No. Pues según muestra el estudio, las personas cuyos corazones laten con una frecuencia inferior a las 60 pulsaciones por minuto y que, además, toman fármacos que pueden modificar su frecuencia cardíaca tienen una mayor tasa de mortalidad.

El Dr. Ajay Dharod concluyó que «la bradicardia puede suponer un problema para las personas que toman fármacos que también ralentizan el ritmo cardíaco. Así, deben realizarse más estudios para determinar si esta asociación es debida a la propia frecuencia cardiaca o, por el contrario, a la medicación».
 
Director, Propietario y Periodístico:
D. M. B.
Urquiz 123 (3000)
Santa Fe - Santa Fe.
Tel.: 15 3287-8912
Seguinos
BUENA PRAXIS. El Periódico de la Salud © Todos los derechos reservados. web design Triliton