Advierten sobre los daños en la piel por la exposición exagerada al sol
  
Manchas, arrugas, sequedad y hasta cáncer son algunos de los riesgos que corre la piel con la exposición desmedida al sol, por lo que los especialistas recomiendan adoptar medidas preventivas.
El turismo de verano va acompañado a veces por una desmedida exposición al sol, que puede ser causa de serias lesiones en la piel, como manchas, arrugas, sequedad y hasta cáncer, además de adicción al bronceado, o tanorexia, por lo que se deben tomar una serie de medidas preventivas, advirtió una reconocida especialista en dermatología de la Asociación Médica Argentina (AMA).

No sólo corren riesgos quienes se exponen a los rayos directos del sol, sino también los que en busca de llegar con un tono bronceado a los destinos de veraneo se someten a rayos ultravioletas en camas solares.

La dermatóloga Laura Mijelshon sostuvo al respecto que cada vez más personas "se exponen en forma violenta a los rayos ultravioletas buscando un color marrón exageradamente oscuro", una tendencia que "está creando una nueva adicción, conocida como tanorexia, que se manifiesta en un bronceado excesivo de la piel".

La especialista recomendó que en épocas de verano "la exposición al sol tiene que ser antes de las 11 y después de las 16", y remarcó que broncearse entre el mediodía y las primeras horas de la tarde "puede favorecer la aparición del cáncer de piel".

"Por eso en los centros turísticos es necesario crear conciencia para evitar las exposiciones violentas a las radiaciones ultravioletas que, en exceso, provocan melanoma, un cáncer cutáneo muy agresivo", subrayó.

Mijelshon, quien dirige el Centro Piel y Estética, agregó que "además, es clave la utilización de protectores solares con filtro 30 o más y la renovación del mismo a lo sumo cada dos horas y la no exposición a los rayos ultravioletas de menores de un año".

Una encuesta, realizada sobre 500 estudiantes universitarios de todo el país a los que le gusta tomar sol, reveló que más del 30% tenía dependencia al bronceado y que el 12% presentaba signos de dependencia problemática a la exposición al sol.

En ese sentido, Mijelshon, quien también es especialista en Medicina Interna de la AMA, indicó que "hay un crecimiento de la tanorexia o adicción al bronceado", y sostuvo que quienes sufren esta patología "sienten una necesidad obsesiva para lograr un tono de piel más oscuro al creer que tienen un color más claro al real".

"Es posible que algunos síntomas de trastorno obsesivo-compulsivo y de distorsión de la imagen corporal conduzcan a un bronceado excesivo", subrayó la experta, quien aclaró que la tanorexia "podría tratarse de una adicción en sí misma".

Las personas que sufren esta patología pueden reconocerse por su deseo incontrolable de estar bronceados, tanto por exponerse al sol como por la utilización de camas solares, al punto de dejar de lado otras actividades con tal de cumplir ese fin.

"Hay casos en los que hasta se llega a dejar de lado el trabajo, el contacto con la familia y hasta el esparcimiento con el único fin de lograr un bronceado del color marrón de un habano", alertó Mijelshon.

La característica saliente en el comportamiento de estas personas es, según esta profesional, además docente en la Universidad de Buenos Aires y la Universidad del Salvador, "la volatilidad", una situación que, dijo, "muchas veces las dispara hacia otras adicciones".

Las formas de tratar esta afección son múltiples y varían entre la psicoterapia, los tratamientos en grupo y la medicación antidepresiva y antipánico.

"Esto se hace para aclarar que la sensación de calor, que en un principio produce bienestar, es altamente perjudicial para la piel si se prolonga más de 15 minutos por día", destacó la especialista.

"La sobreexposición a los rayos ultravioletas provoca lesiones benignas, como manchas, arrugas y sequedad, y también malignas, como el cáncer de piel, y por eso hay que tener mucho cuidado a la hora de exponerse al sol o a los rayos de una cama solar", puntualizó.

Por último, Mijelshon advirtió que "las lesiones que provoca la exposición prolongada a los rayos ultravioletas pueden no manifestarse en el corto plazo", y aclaró que "la piel tiene una gran capacidad de memoria y los efectos nocivos pueden aparecer mucho más tarde".
 
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