La actividad física disminuye el riesgo de mortalidad
  
Incluso en las personas que ya se ejercitaban, reemplazar solo algunos minutos del tiempo sedentario por algún tipo de movimiento, estuvo asociado con una disminución de la mortalidad, según un estudio publicado en la revista “Medicine & Science in Sports & Exercise”.

Para llevar adelante la investigación, Ezra Fishman, de la Universidad de Pensilvania y sus colegas de la Universidad Johns Hopkins, revisaron los datos de aproximadamente 3.000 personas de entre 50 y 79 años, que participaron de la “National Health and Nutrition Examination Survey” llevada adelante por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).

En el estudio, los sujetos usaron acelerómetros, que son rastreadores ultra-sensibles de actividad física, durante 7 días, lo cual generó datos que fueron recabados por los CDC. Luego, la institución hizo un seguimiento de la mortalidad en esas personas durante los siguientes 8 años.

Los resultados fueron sorprendentes. Las personas menos activas fueron 5 veces más propensas a morir durante ese período que aquellas más activas y 3 veces más propensas a morir que las personas que se encontraban en un rango de actividad medio.

“Cuando comparamos personas que hacen la misma cantidad de ejercicio, aquellas que pasaban menos tiempo sentadas y se movían más, tendían a vivir más”, afirmó Fishman, autor principal del estudio.

“Aquellos que caminaban de un lado a otro, que lavaban los platos o barrían el piso, en general vivieron más años que las personas que se quedaban sentadas frente a una mesa”, añadió.

Si bien, de acuerdo con Fishman, estudios anteriores en los que se hizo un rastreo de actividad física llegaron a conclusiones similares, tales estudios habitualmente les piden a los participantes que monitoreen ellos mismos la frecuencia y cantidad de ejercicio que hacían, y los números resultaban “inflados”. Además, los equipos de rastreo de actividad utilizados para este nuevo estudio tuvieron un mayor nivel de precisión.

A pesar de que los científicos no descubrieron ningún umbral mágico en cuanto a la cantidad de movimiento que una persona tiene que hacer para mejorar el riesgo de mortalidad, sí observaron que incluso sumando solo 10 minutos por día de ejercicio ligero por día puede marcar la diferencia.

Reemplazar 30 minutos de tiempo sedentario por actividad física ligera a moderada o vigorosa produjo incluso mejores resultados.

“Ni siquiera fue necesario sudar demasiado para experimentar la reducción del riesgo de morir”, enfatizó Fishman, quien concluyó: “La actividad física no tiene que ser necesariamente vigorosa para ser beneficiosa. Ese es el mensaje de salud pública”.
 
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