Cuestionan el uso de antidepresivos en niños y adolescentes
  
Tratar a los niños y a los adolescentes que sufren de depresión con antidepresivos podría ser inefectivo y potencialmente peligroso, sugiere un estudio reciente.

De los 14 antidepresivos estudiados, solo la fluoxetina fue más efectiva en el tratamiento de la depresión que un placebo en los niños y adolescentes, encontró la revisión.

Y la venlafaxina se la vinculó con un riesgo más alto de pensamientos e intentos suicidas, en comparación con el placebo y con otros 5 antidepresivos, reportaron los investigadores.

"En la atención clínica de los jóvenes con un trastorno depresivo mayor, las directrices clínicas recomiendan la psicoterapia, sobre todo la terapia cognitivo conductual o la terapia interpersonal, como tratamiento de primera línea", señaló el autor del estudio, el Dr. Andrea Cipriani, profesor asociado del departamento de psiquiatría de la Universidad de Oxford, en Inglaterra.

La depresión mayor afecta a alrededor de un 3% de los niños de 6 a 12 años, y al 6% de los adolescentes de 13 a 18, anotaron los investigadores.

"La fluoxetina se debe considerar solo para los pacientes que no tengan acceso a la psicoterapia o que no hayan respondido a las intervenciones no farmacológicas", planteó el Dr. Cipriani.

Debido a que los estudios disponibles sobre el uso de antidepresivos en niños y adolescentes son limitados y de calidad cuestionable, "no debemos subestimar esos riesgos potenciales", añadió.

"Los niños y los adolescentes que toman antidepresivos deben ser vigilados de cerca, independientemente del tratamiento elegido, y sobre todo al inicio del tratamiento", aconsejó.

En 2004, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EEUU emitió una "advertencia de recuadro negro" sobre el uso de los antidepresivos en los adolescentes y niños, debido a temores de que esos fármacos pudieran aumentar el riesgo de pensamientos suicidas e intentos de suicidio.

A pesar de la advertencia de la FDA, el uso de antidepresivos en esos grupos de edad aumentó entre 2005 y 2012. Por ejemplo, la proporción de niños y adolescentes que toman un antidepresivo aumentó de más de un 1% a casi un 2% en Estados Unidos, dijo el especialista.

A un experto no le sorprendieron estos hallazgos.

Este estudio muestra lo que se sabía: que estos "medicamentos parecen menos efectivos y más riesgosos en los niños y adolescentes que en los adultos", comentó el Dr. Peter Kramer, profesor clínico emérito de psiquiatría y conducta humana de la Universidad de Brown en Providence, Rhode Island.

"Entre ellos, el Prozac siempre ha destacado como una opción relativamente más efectiva", dijo el Dr. Kramer.

Pero no está claro cómo funcionan los antidepresivos en los niños, anotó Kramer. "Simplemente sabemos muy poco sobre esos medicamentos y qué hacen en los niños con cerebros en desarrollo", apuntó.

En general, el tratamiento debe comenzar con psicoterapia, pero para algunos pacientes el Prozac podría ser una opción, sugirió.

"Hay muchos casos desesperados en que la enfermedad es tan destructiva que hacer algo que es muy imperfecto podría parecer como la medida correcta", añadió el Dr. Kramer.

Para el estudio, el Dr. Cipriani y sus colaboradores revisaron 34 estudios que incluyeron a más de 5.200 niños y adolescentes. Este tipo de estudio, conocido como metaanálisis, intenta encontrar patrones comunes en varios ensayos. Sus limitaciones son que las conclusiones dependen de qué tan bien se realizaron los estudios incluidos.

Además, la mayoría de los ensayos (un 65%) fueron financiados por compañías farmacéuticas. Y el 90% tenían un riesgo de estar sesgadas a favor de los medicamentos, advirtió el D. Cipriani.

Los investigadores encontraron que solo con la fluoxetina los beneficios superan los riesgos en términos de aliviar los síntomas con pocos efectos secundarios.

Los antidepresivos venlafaxina, imipramina y duloxetina tuvieron los peores efectos secundarios, haciendo que más pacientes dejaran de tomarlos que los que tomaban un placebo, encontraron los autores de la revisión.

La revisión aparece en la edición en línea del 8 de junio de la revista 'The Lancet'.

"Este estudio nos hace de verdad preocuparnos sobre la utilidad de los antidepresivos", dijo el autor de un editorial que acompañó al estudio, el Dr. Jon Jureidini.

Con un metaanálisis, los beneficios de los antidepresivos podrían ser exagerados, y los daños subestimados, dijo el Dr. Jureidini, líder de investigación del Instituto de Investigación Robinson de la Universidad de Adelaida, en Australia.

"Lamentablemente, no podemos confiar en la veracidad de la forma en que se ha procesado la información", advirtió Jureidini. "Así que ni siquiera podemos confiar en el uso de la fluoxetina en niños y adolescentes".

El Dr. Jureidini dijo que antes de recetar un antidepresivo, un médico debe estar seguro de que los beneficios superarán a los daños.

"Debemos cambiar nuestra práctica, dejar de recetar y optar por otros tratamientos, porque nos están vendiendo demasiados fármacos", planteó.

A los niños pequeños nunca se les debería administrar antidepresivos, y a los adolescentes solo con frugalidad, dijo el Dr. Jureidini. "Casi nunca los usaría", señaló.

El investigador dijo que el tratamiento comienza al comprender qué está angustiando al niño o adolescente, y por qué se han retraído de las actividades sociales, la escuela y los amigos.

"Debemos ayudar a los jóvenes a volver a sus vidas, y su depresión mejorará", anotó. "Necesitan ayuda y respaldo para volver a involucrarse con el mundo".
 
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