Una actitud positiva ante la vejez actúa como un escudo contra el estrés
Tener una actitud positiva frente al envejecimiento hace que los adultos mayores sean más resilientes cuando deben enfrentarse a situaciones estresantes, según una nueva investigación de la Universidad del Estado de Carolina del Norte, en Estado Unidos.
La resiliencia es definida en psicología como la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas.
Hay muchos estudios sobre cómo responden los adultos mayores al estrés, pero los hallazgos han mostrado diversos resultados: algunos hallaron que los adultos mayores son menos resilientes que los adultos jóvenes a la hora de responder ante el estrés; otros encontraron que los adultos mayores son más resilientes; y otros no han hallado diferencias, explicó la Dra. Jennifer Bellingtier, autora principal del estudio.
Nosotros queríamos ver si las actitudes ante el envejecimiento podían explicar estas diferencias entre los hallazgos de los estudios. En otras palabras, nos preguntamos: ¿los adultos mayores con una actitud positiva frente al envejecimiento son más resilientes que los adultos mayores con una actitud negativa?, añadió la investigadora.
La respuesta a este interrogante fue: sí.
Para llevar adelante el estudio, los investigadores les pidieron a 43 adultos de entre 60 y 96 años que completaran un cuestionario diario durante 8 días consecutivos.
Al comienzo del estudio se les preguntó a los participantes sobre sus actitudes ante el envejecimiento. Por ejemplo, se les preguntó si se sentían tan útiles ahora como lo habían sido cuando eran más jóvenes y si eran tan felices como en su juventud.
Además, en el cuestionario diario se les preguntaba a los participantes sobre cualquier estrés que hubieran experimentado ese día, al igual que el grado de emociones negativas que hubieran vivido, tales como miedo, irritabilidad o distrés.
Los investigadores también tuvieron en cuenta la personalidad de los participantes: observaron si eran optimistas o positivos ante todo tipo de situaciones o si los beneficios estaban vinculados específicamente a las actitudes individuales ante el envejecimiento.
En tanto, los participantes del estudio con actitudes más negativas hacia el envejecimiento mostraron un incremento marcado de las emociones negativas los días estresantes, agregó.
En opinión de Shevaun Neupert, profesora de psicología en la Universidad del Estado de Carolina del Norte y otra de las autoras del estudio, esto nos dice que la manera en que pensamos sobre el envejecimiento tiene consecuencias muy reales sobre cómo respondemos ante situaciones difíciles cuando somos más viejos.
Esta situación no solo afecta la calidad de vida sino que puede tener también un impacto sobre la salud. Por ejemplo, el hecho de tener respuestas emocionales más adversas ante el estrés se ha asociado con un aumento de los riesgos cardiovasculares, argumentó.
Según los autores del estudio, las actitudes ante el envejecimiento varían mucho entre las diferentes culturas del mundo por lo que son necesarios nuevos estudios para determinar la importancia de este factor en otros entornos.
La resiliencia es definida en psicología como la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas.
Hay muchos estudios sobre cómo responden los adultos mayores al estrés, pero los hallazgos han mostrado diversos resultados: algunos hallaron que los adultos mayores son menos resilientes que los adultos jóvenes a la hora de responder ante el estrés; otros encontraron que los adultos mayores son más resilientes; y otros no han hallado diferencias, explicó la Dra. Jennifer Bellingtier, autora principal del estudio.
Nosotros queríamos ver si las actitudes ante el envejecimiento podían explicar estas diferencias entre los hallazgos de los estudios. En otras palabras, nos preguntamos: ¿los adultos mayores con una actitud positiva frente al envejecimiento son más resilientes que los adultos mayores con una actitud negativa?, añadió la investigadora.
La respuesta a este interrogante fue: sí.
Para llevar adelante el estudio, los investigadores les pidieron a 43 adultos de entre 60 y 96 años que completaran un cuestionario diario durante 8 días consecutivos.
Al comienzo del estudio se les preguntó a los participantes sobre sus actitudes ante el envejecimiento. Por ejemplo, se les preguntó si se sentían tan útiles ahora como lo habían sido cuando eran más jóvenes y si eran tan felices como en su juventud.
Además, en el cuestionario diario se les preguntaba a los participantes sobre cualquier estrés que hubieran experimentado ese día, al igual que el grado de emociones negativas que hubieran vivido, tales como miedo, irritabilidad o distrés.
Los investigadores también tuvieron en cuenta la personalidad de los participantes: observaron si eran optimistas o positivos ante todo tipo de situaciones o si los beneficios estaban vinculados específicamente a las actitudes individuales ante el envejecimiento.
MENOS EMOCIONES NEGATIVAS
Hallamos que las personas que en el estudio tuvieron actitudes más positivas hacia el envejecimiento fueron más resilientes en su respuesta al estrés, lo cual significó que no tuvieron un aumento significativo de las emociones negativas ante episodios estresantes, detalló Bellingtier.
En tanto, los participantes del estudio con actitudes más negativas hacia el envejecimiento mostraron un incremento marcado de las emociones negativas los días estresantes, agregó.
En opinión de Shevaun Neupert, profesora de psicología en la Universidad del Estado de Carolina del Norte y otra de las autoras del estudio, esto nos dice que la manera en que pensamos sobre el envejecimiento tiene consecuencias muy reales sobre cómo respondemos ante situaciones difíciles cuando somos más viejos.
Esta situación no solo afecta la calidad de vida sino que puede tener también un impacto sobre la salud. Por ejemplo, el hecho de tener respuestas emocionales más adversas ante el estrés se ha asociado con un aumento de los riesgos cardiovasculares, argumentó.
Según los autores del estudio, las actitudes ante el envejecimiento varían mucho entre las diferentes culturas del mundo por lo que son necesarios nuevos estudios para determinar la importancia de este factor en otros entornos.
