Casi la mitad de los trastornos mentales se dan antes de los 14 años
  
Según la OMS estas enfermedades generan las principales causas de discapacidad entre los jóvenes. Se estima que solamente alrededor de un 15% de quienes necesitan tratamiento logran acceder. En Argentina impacta en un 5% de la productividad nacional por ausentismo o bajo rendimiento.
Cada 10 de octubre se celebra, a nivel mundial, el 'Día de la Salud Mental' para contribuir a la toma de conciencia acerca de los problemas de la salud mental y a erradicar los mitos y estigmas en torno a la misma.

Hay una gran variedad de trastornos mentales, cada uno de ellos con manifestaciones distintas. En general, se caracterizan por una combinación de alteraciones del pensamiento, la percepción, las emociones, la conducta y las relaciones con los demás. Entre ellos se incluyen la depresión, el trastorno afectivo bipolar, la esquizofrenia y otras psicosis, la demencia, las discapacidades intelectuales y los trastornos del desarrollo, como el autismo.

“Más allá de los diferentes trastornos y sus nombres, lo más importante es entender que la salud mental es parte de la salud. Es un aspecto relacionado con el cuidado de la vida y de su calidad”, explica el Dr. Horacio Vommaro, médico psiquiatra y Director de Psiquiatría y Salud Mental de INEBA.

Según estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de la mitad de los trastornos neuropsiquiátricos se manifiestan antes de los 14 años de edad y figuran entre las principales causas de discapacidad entre los jóvenes. Por su parte, el suicidio aparece como la segunda causa de muerte entre las personas de 15 a 29 años y hay indicios de que por cada adulto que acaba con su vida, otros 20 lo intentan.

“La estigmatización –una actitud que parte de un juicio negativo y desvalorizante- y la discriminación de las queson víctimas los enfermos y sus familiares disuaden a los pacientes de recurrir a los servicios de salud mental y se presentan como obstáculos para el acceso a cuidados, tratamientos y para la reinserción del paciente en los diferentes espacios sociales”, explica el especialista y agrega: “Pese a contar con tratamientos eficaces, se cree que no hay posibilidad de tratar los trastornos mentales y esto lleva a que las personas afectadas se vean privadas de la atención médica y el apoyo que necesitan”.

Estos trastornos se vuelven factores de riesgo importantes de otras enfermedades y de lesiones no intencionales o intencionales, aumentando el riesgo de contraer infecciones o, por ejemplo, problemas cardiovasculares.

Además, traen aparejadosimpactos económicos. Estudios de la OMS estiman que cada dólar invertido para tratar la depresión y la ansiedad rinde otros 4 dólares (un 400%) en mejoras de la salud y la capacidad del trabajo, disminuyendo los índices de desocupación generados por estas enfermedades mentales, que son las más frecuentes actualmente.

“Estas enfermedades implican un significativo costo económico-sanitario debido a la pérdida de productividad y mayor utilización del sistema de salud. Un claro impacto socio-económico derivado de la enfermedad mental es la disminución en la productividad. Se estima que se afecta hasta un 5% la productividad, ya sea por el ausentismo por enfermedad o por el presentismo con bajo rendimiento”, asegura el Dr. Gustavo Petracca, neurólogo y psiquiatra a cargo de la Dirección Médica de INEBA.

El especialista agrega que “existen falencias en el cuidado y tratamiento que requieren las personas que padecen enfermedades mentales” y comenta que “sólo entre el 30 y el 50% de quienes sufren depresión tiene acceso a un profesional de salud, y solamente entre el 8 y el 16% acceden a un especialista en salud mental”.

Según estudios, en países desarrollados menos de una tercera parte de las personas que sufren afecciones mentales recibe tratamiento adecuado y en países en vías de desarrollo equivale solamente al 10%. “Existe un evidente desbalance en el acceso al tratamiento para quienes padecen enfermedades mentales respecto a enfermedades físicas, con un deficiente y tardío acceso a la asistencia para aquellos con padecimientos mentales”, dice Petracca.

“El sistema sanitario debería actuar mediante la prevención y promoción de hábitos saludables, orientados a preservar la salud mental, así como el adecuado y precoz diagnóstico de alteraciones mentales. De esta manera la acción sanitaria se origina y direcciona en la salud mental, en lugar de hacia la enfermedad mental”, concluye Petracca.

Abordaje terapéutico
El cerebro es considerado como un órgano extremadamente dinámico en permanente relación con el medio ambiente, por un lado, y con los hechos psíquicos o los actos del sujeto, por otro. Su organización y función se entrelaza en compleja interacción con el aparato psíquico.Esto sugiere que la psicoterapia, en la medida en que promueve la emisión de nuevas conductas y la exposición a nuevos ambientes, puede ser eficaz para modificar no sólo la conducta y la personalidad, sino la expresión de los genes que subyacen a conductas y rasgos disfuncionales.

“En el diseño de la estrategia terapéutica es importante tener en cuenta la integración del paciente con su red social ya que ésta enfatiza el proceso de comprometer al conjunto de la red en el abordaje de la enfermedad mental. Para los pacientes es fundamental que se los escuche. Todos piensan y saben que la cura se inicia a través de las palabrasque construyen una literatura de la enfermedad. El sujeto es una realidad compleja y abierta por lo que comprenderlo implica desarrollar una mirada integral, multidimensional y la construcción de redes dinámicas y múltiples”, concluye el Dr. Vommaro.
 
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