El invierno es la mejor época del año para tratar las várices
  
Si bien son conocidas por afectar a las mujeres, también pueden tenerlas los hombres. Se recomienda tratarlas en los meses de frío ya que los procedimientos pueden manchar la piel además de precisar vendajes.
Las várices son venas enfermas que se pueden observar dilatadas y con trayectos retorcidos bajo la superficie de la piel. Si bien son conocidas por afectar a las mujeres, también pueden padecerlas los hombres.

Las várices se dan por la presencia de válvulas débiles o lesionadas en las venas. “Después de que las arterias y los capilares llevan sangre rica en oxígeno a todo el cuerpo, las venas devuelven la sangre al corazón debiendo vencer la fuerza de gravedad para poder lograrlo. Para ello cuentan en su interior con válvulas que hacen de compuertas que se van cerrando a medida que la sangre asciende hacia el corazón, evitando que la sangre refluya. Cuando estas válvulas funcionan mal, la sangre puede devolverse y acumularse en las venas, produciendo las várices y generando complicaciones”, explica la Dra. Carolina Massari, médica flebóloga de INEBA.


¿Quiénes tienen mayor riesgo de desarrollarlas?
Hay diferentes grupos de personas que suelen ser más permeables a tener estas complicaciones.

Por un lado, se encuentran aquellas con antecedentes familiares. “Cerca de la mitad de las personas con várices tienen alguien en la familia con este problema de salud”, comenta la especialista.

A su vez, las personas de edad avanzada también son de las más propensas ya que el deterioro normal de la edad puede hacer que las válvulas de las venas se debiliten y no funcionen bien. Lo mismo sucede con las personas que tienen sobrepeso u obesidad, ya que su cuerpo ejerce mayor presión sobre las venas, lo que puede originar várices. “La falta de movimiento es amigo de las várices. Las personas que pasan mucho tiempo paradas o sentadas con las piernas dobladas o cruzadas también tienen altas posibilidades de desarrollarlas”, agrega la Dra. Massari.

Por último, se puede mencionar que son más frecuentes en las mujeres debido a los cambios hormonales que suceden en la pubertad, en el embarazo – además de que el feto en crecimiento ejerce presión sobre las venas de las piernas de la madre - y en la menopausia (o con el uso de píldoras anticonceptivas).


Cómo detectarlas y tratarlas correctamente
Existen diversos grados de insuficiencia venosa crónica, los cuales pueden causar desde trastornos estéticos, pasando por dolor, calambres, edemas, dermatitis y eczemas hasta complicaciones severas como la úlcera o la trombosis. Es por esto que, ante la detección de várices, es preferible consultar al especialista para ver qué grado de insuficiencia venosa se tiene y así poder encarar un diagnóstico y un tratamiento oportunos, además de evitar mayores complicaciones.



“Las várices se diagnostican realizando una correcta historia clínica y examen físico por parte de un médico especialista. También pueden utilizarse métodos complementarios como el eco doppler color venoso u otros estudios de mayor complejidad. Lo más importante para su tratamiento, además de los procedimientos médicos, es la generación de cambios en el estilo de vida del paciente. Esto le permitirá aliviar los síntomas, prevenir complicaciones y mejorar el aspecto físico”, explica la especialista.

Al día de hoy existen varios tratamientos y lo mejor es realizarlos durante la época invernal, ya que las sustancias liquidas o los tratamientos de láser y radiofrecuencia producen manchas en la piel ante la exposición solar. A su vez, muchos de estos procedimientos requieren de la utilización de vendajes, los cuales son mal tolerados por el paciente cuando hace calor, además de que comúnmente los miembros se encuentran más edematizados, generando trastornos cicatrizales.


Entre las diferentes terapias se encuentran:
Escleroterapia: se usa una sustancia química líquida para anular una várice. La sustancia química se inyecta dentro de la vena para que cause irritación y formación de una cicatriz en el interior de la vena. La irritación y la cicatriz bloquean la vena y con el tiempo la vena desaparece. Este procedimiento se usa a menudo para tratar várices más pequeñas y arañas vasculares.

Láser transdérmico / radiofrecuencia: a través de estas tecnologías se genera daño térmico a la varice haciéndola desaparecer. Estos procedimientos pueden tratar arañas vasculares de menor calibre que la escleroterapia.

Cirugía: existen diferentes técnicas quirúrgicas destinadas a tratar la insuficiencia venosa crónica avanzada, para evitar las complicaciones más temibles como ser la úlcera y la trombosis.




Acerca de INEBA
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