Argentinos crean un gel inteligente que se expande y se encoge
  
Un tipo de gel “inteligente”, que se hincha o contrae según el pH o grado de acidez del líquido con el que interactúa, fue desarrollado por investigadores argentinos. Y podría tener aplicaciones en medicina y en higiene y sanidad ambiental.

El nuevo hidrogel o gel en medio acuoso tiene una consistencia similar a la de la gelatina, es biodegradable “y responde a un estímulo [en este caso, el pH] cambiando una propiedad de manera reversible”, indicó a la Agencia CyTA-Leloir el director del proyecto, el Dr. Guillermo Copello, investigador del Instituto de Química y Metabolismo del Fármaco (IQUIMEFA), que depende de la Facultad de Farmacia y Bioquímica (FFyB) de la UBA y del CONICET.

En particular, si se le agregan gotas de jugo de limón (ácido), el gel se encoge expulsando agua de su interior. Pero si se le gotea lavandina (alcalina), el gel se hincha y absorbe agua, explicó Copello.

Las posibles futuras aplicaciones
El comportamiento peculiar descripto antes podría derivar en distintas aplicaciones. Por ejemplo, podría servir como matriz o “nanocompósito” que, al encogerse, libere a través de sus poros ciertos medicamentos, como antibacterianos.

“O, al expandirse, podría absorber contaminantes en un lecho de agua”, dijo el Dr. Copello.

Tal como describe la revista Materials Science & Engineering, una de las ventajas del hidrogel es que se fabrica con queratina, una proteína con estructura fibrosa que constituye estructuras como pelos, uñas y plumas. Y que, en este caso, fue extraída de cuernos de vaca, un desecho de la industria ganadera.

“Por un lado, reducimos la carga de desechos y por el otro generamos un valor agregado a algo que no lo tenía, lo que favorece a la economía de la actividad productiva”, explicó el también investigador del Departamento de Química Analítica y Fisicoquímica de la FFyB de la UBA.

Cómo avanza el proyecto
Para generar los hidrogeles, los investigadores usan reactivos de la química verde, como soluciones alcalinas acuosas y alcohol etílico, lo que evita que el proceso de producción sea contaminante. El próximo paso, señaló el Dr. Copello, sería vincularse con alguna empresa interesada para transferir este desarrollo al mercado.

Del trabajo participaron María Luz Peralta Ramos, Joaquín González, Lucas Fabian y María Emilia Villanueva (Premio Nacional L'Oréal–UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia” 2016), todos investigadores del IQUIMEFA; y Claudio Pérez, del Instituto en Investigaciones en Ciencia y Tecnología de Materiales (INTEMA), que depende de la Universidad de Mar del Plata y del CONICET.

Y fue financiado por medio de becas y subsidios de la UBA, el CONICET, la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva) y el Laboratorio Nacional de Luz Sincrotrón del Centro de Investigación en Energía y Materiales, de Brasil.
 
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