Signos para descubrir tu riesgo de cáncer de piel
  
El cáncer de piel es una enfermedad que se desarrolla por la generación de células cancerígenas en alguna de las capas de la piel, debido a la exposición exagerada al sol. Por año, hay entre 2 y 3 millones de diagnosticados con cáncer de piel

Existen dos tipos de este mal: melanoma y no melanoma. El melanoma, si bien no es tan común, es el más peligroso y letal de los dos, ya que tiene la particularidad de poder expandirse a otras partes del cuerpo (metástasis).

¿Qué relación existe entre el lunar y el cáncer?
Según el Instituto Nacional del Cáncer de EEUU (NIH), el cáncer de piel tipo melanoma empieza en los melanocitos (célula de la piel encargada de la pigmentación). Generalmente, su primer síntoma es la aparición de nuevos lunares o cambios que se pueden ir desarrollando en los que ya tenemos.

¿Cómo detectar un lunar maligno?
Una forma de identificar el cáncer de piel tipo melanoma, es a través de la técnica del “ABCDE” del lunar, que te muestra cuáles son los signos del lunar cancerígeno.



Asimetría (A)
Por lo general los lunares comunes son en forma esférica y simétricos, es decir, si se son partidos en dos mitades, estas dos partes son similares. Sin embargo, un lunar maligno no tiene forma definida; si se les divide en dos partes, ninguna es igual a la otra.

Bordes irregulares (B)
Un lunar benigno tiene un borde claro y bien definido, mientras que un lunar que apunta a ser cáncer de piel, posee un contorno borroso e irregular. Las líneas no son continuas y no se puede definir claramente donde inicia y donde termina. Es decir, crece con bordes salientes y entrantes ya que el pigmento se extiende por la piel.

Color Disparejo (C)
Los lunares normales presentan un solo color parejo y homogéneo, pero si este presentara una combinación de varios colores a la vez como café, negro y, en ocasiones, con zonas blancas y rojizas, es un signo de riesgo. Lo recomendable es ir a un dermatólogo para su pronto diagnóstico, ya que podría tratarse de un melanoma.

Diámetro (D)
La mayoría de los lunares miden entre 2 y 3 milímetros. Si estos crecen con un diámetro mayor a los 6 milímetros, es decir, más grande que un borrador de lápiz, podría tratarse de cáncer de piel. Esta característica es considerada la más importante al momento de detectar un lunar maligno.

Evolución (E)
Generalmente, los lunares suelen crecer lentamente y se detienen cuando ya eres adulto. Sin embargo, aquellos que son malignos por lo general aparecer de forma inesperada y crecen rápidamente. En caso sea un lunar ya existente, este cambio también suele ser veloz, en semanas o solo meses. Además, la textura de esta mancha suele ser distinta.

En casos de cáncer de piel avanzados, estos lunares suelen inflamarse, picar, doler, sangrar o presentar una úlcera, lesión abierta encima de la superficie del lunar.

Otros aspectos importantes para detectar un lunar cancerígeno
A pesar de que estos lunares se pueden presentar en cualquier zona del cuerpo, según los especialistas, existe partes comunes dependiendo el sexo, donde la frecuencia de desarrollar lunares malignos es mayor.

Melanoma en los hombres: Los lunares cancerosos suelen presentarse con frecuencia en la parte de la cabeza, cuello o espalda.

Melanoma en las mujeres: Los lunares malignos aparecen en la espalda y parte inferior de las piernas.

Por otro lado, las personas de piel oscura tienen menos probabilidad de presentar melanoma que aquellas de tez blanca. En caso sea así, los lunares tipo melanoma se mostrarán debajo de las uñas de los dedos o en la planta de los pies.

El “ABCDE” del lunar cancerígeno es una herramienta útil para llevar un control de la salud de nuestra piel. Si se tiene más de una de estas señales de riesgo, es importante una consulta rápida con un médico profesional en el cuidado de la piel.



 
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