Incontinencia Urinaria: una preocupación de mujeres y hombres
  
El 14 de marzo, se celebra el Día Internacional de la Incontinencia Urinaria, el síndrome que afecta a 200 millones de personas en el mundo. Se caracteriza por la incapacidad de retener la orina y no tener control sobre el esfínter, ya sea como consecuencia o como síntoma de distintas enfermedades, y afecta tanto a mujeres como hombres.

Se conocen tres tipos de Incontinencia Urinaria (IU): de esfuerzo, de urgencia y mixta. La primera, que tiene relación con las pérdidas de orina cuando se realiza una actividad física o esfuerzo, es más común entre mujeres. La de urgencia, que afecta más a los hombres, está asociada a un deseo repentino, irreprimible voluntariamente.

Como la IU de urgencia se suele asociar a una patología subyacente, es decir, que en muchas ocasiones no se trata de una enfermedad en sí misma sino que revela la existencia de otra enfermedad, es muy importante acudir al médico cuando empiezan a aparecer las primeras pérdidas de orina.

La Dra. Laura Alfie (MN 56037), Miembro de la Sociedad Argentina de Láser y Tecnología Médica y Miembro de la Academia Americana de Dermatología, explicó cuáles son los síntomas, cómo afecta a las personas y cuáles son las soluciones para mitigar esta afección.

Las mujeres constituyen el grupo con más factores de riesgo para padecer Incontinencia, en especial porque dos de las principales causas son exclusivas de ellas: el parto y la menopausia. Una de cada tres mujeres la padecen a partir de los 35 años, y aumenta a una de cada 2 después de los 40.

La mayoría lo sufre durante el esfuerzo al toser, reír, estornudar, realizar ejercicios físicos, levantar peso o bailar. Por pudor, tardan en promedio 6,5 años en hacer la consulta médica desde los primeros síntomas.

La Incontinencia Urinaria tiene una prevalencia muy alta: del 35% más que la hipertensión (25%), la depresión (20%) y la diabetes (8%). Quienes la padecen sufren en silencio, no lo comparten ni con personas de su confianza porque lo consideran humillante, disminuye la autoestima y afecta su vida íntima y social.

En el caso de los hombres, está relacionada con las cirugías a la próstata y el envejecimiento. Uno de cada cuatro padecen este síndrome a partir de los 40 años, y el 35% de ellos no conoce la existencia de productos específicos para tratar las pérdidas de orina. Así como las mujeres acuden al ginecólogo para chequeos de control periódicos a fin de prevenir enfermedades, ellos deberían frecuentar al urólogo.

A pesar del elevado número de afectados, la Incontinencia se sigue considerando un tabú a nivel social, lo que agrava el impacto psicológico de los que la sufren, porque callan. De hecho, un 50% de ellos no consulta ni busca ayuda en el especialista médico.

En el caso de las mujeres, este problema se debe principalmente al debilitamiento del suelo pélvico y existen soluciones para minimizar sus efectos: para algunas, bastará con fortalecer la musculatura con rehabilitación mediante fisioterapia que mejorará la IU en un 70%, otras tal vez requieran de una intervención quirúrgica. La valoración del tratamiento quedará a criterio del especialista.

La Dra. Alfie, cuenta que, más allá de los ejercicios para tonificar el piso pélvico y la cirugía, desde hace tres años su equipo realiza una opción alternativa: "se trata de una intervención con un láser de Co2 fraccionado, aprobado por ANMAT y FDA, capaz de disminuir y hasta evitar las fugas de orina en el 97% de los casos", explica.

Este novedoso tratamiento, que no es cirugía, es ambulatorio y para nada doloroso, según comenta Alfie, y aclara que "en tres sesiones, una por mes, las mujeres de cualquier edad pueden mejorar completamente su calidad de vida: volver a usar ropa clara, no más paños para Incontinencia, desarrollar actividades al aire libre, y fundamentalmente, se animan a integrarse a la vida cotidiana sin limitaciones".

Más allá de los tratamientos que el especialista decida indicar en cada caso, con algunos cambios en tu estilo de vida, podrás ayudar a aliviar los síntomas.

Cambio de hábitos
  • Mantener un peso saludable.
  • Dejar de fumar.
  • Beber abundante agua.
  • Reducir el consumo de cafeína y alcohol.
  • Entrenar la vejiga para aumentar el control.
  • Combatir el estreñimiento, los gases y la hinchazón.
  • Practicar los ejercicios Kegel: contracción del músculo pubocoxígeo para fortalecer los músculos pélvicos.​
 
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