Tuberculosis y lepra: buscan aumentar la detección temprana para curarlas y evitar discapacidades
Referentes de Nación, Provincia y Ciudad de Buenos Aires se reunieron en La Plata para analizar la situación de ambas enfermedades, fomentar el diagnóstico precoz y fortalecer la red de derivación y laboratorios.
¿Qué tienen en común la lepra y la tuberculosis? Para empezar, las dos se creen enfermedades del pasado pero tienen plena vigencia. Ambas aparecen en decenas de referencias bíblicas como si se tratara de maldiciones o castigos divinos. Padecerlas, aun hoy, genera estigma y discriminación, por eso, muchos de quienes las sufren demoran en consultar. La buena noticia es que no solo tienen cura, sino que la medicación es gratuita y provista por el ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires.
La necesidad de hacer un diagnóstico temprano para evitar secuelas discapacitantes y muertes, sumado a un análisis de la situación epidemiológica actual, fueron algunos de los temas abordados durante una reunión que se llevó a cabo en la sede de la cartera sanitaria bonaerense.
Participaron las referentes del Programa de Lepra, Cecilia Medina (del Hospital Sommer), Alejandra Verea (del San Juan de Dios), de Tuberculosis de la Secretaria de Salud de la Nación, Marcela Natiello, y de la Provincia, Raquel Sarobe. De CABA participó el director de Epidemiología, Julian Atman, junto a unos 50 referentes en el tema de municipios bonaerenses y Regiones Sanitarias.
Como conclusión, coincidieron en la necesidad de aumentar la capacitación a los equipos de salud para realizar una búsqueda activa de los casos y diagnosticar la tuberculosis y la lepra en forma temprana. Insisten en que de esta manera, es posible evitar las consecuencias discapacitantes que acarrean estos males y disminuir su transmisibilidad.
Se trata de dos enfermedades diferentes pero con muchas características en común, aclara la coordinadora del Programa provincial, Raquel Sarobe. Ambas se transmiten por vía aérea, es decir, por las gotitas que una persona enferma expele al toser o estornudar. Pero para que el contagio se produzca no basta con compartir un rato; debe haber un contacto íntimo, prolongado y un huésped susceptible. En ambos casos el diagnóstico depende de un simple análisis de búsqueda microscópica y el tratamiento es prolongado, incluso puede durar hasta 2 años.
La tuberculosis es conocida por comprometer, especialmente, los pulmones, pero puede localizarse en cualquier otro órgano. Y en comparación con la lepra es mucho más contagiosa y frecuente, al punto que en la provincia de Buenos Aires se detectan unos 5 mil casos nuevos por año, mientras que los diagnósticos de lepra no superan los 40 anuales.
Los últimos datos expuestos en la reunión de referentes mostraron que el 18 por ciento de los casos de tuberculosis, unos 980, correspondieron a niños, niñas y adolescentes menores de 19 años durante el año pasado. A raíz de ello es que se vienen desarrollando actividades conjuntas con el ministerio de Educación para tomar cartas en el asunto: Tanto en estos pacientes como en los más de 4 mil adultos afectados es clave medicar con antibióticos y hacer un acompañamiento muy cercano para mejorar la adherencia al tratamiento, porque esto evita que los pacientes se vuelvan resistentes a los antibióticos de primera línea y continúen contagiando, explicó Sarobe.
La lepra hoy
El año pasado se diagnosticaron 250 casos nuevos de lepra en todo el país mientras que otras 436 personas con esa enfermedad ya estaban en tratamiento. De ese total, 31 nuevos diagnósticos correspondieron a la provincia de Buenos Aires.
¿Cómo identificar a esta enfermedad que puede generar deformidades físicas y problemas neurológicos? Los especialistas explicaron que si bien el periodo de incubación es largo y pueden pasar entre 2 y 7 años hasta que los síntomas se manifiestan, su signo distintivo son las manchas blancas en la piel, el sangrado de nariz frecuente y los trastornos en los nervios periféricos, es decir, la sensación de hormigueo y la disminución de la sensibilidad en la lesiones.
Durante el encuentro, los referentes en el tema se comprometieron a profundizar la búsqueda activa de casos para lograr diagnósticos tempranos, proceder al control de los contactos de las personas enfermas, conformar un registro certero y trabajar para que quienes contraen lepra o tuberculosis no sufran consecuencias graves.
Para controlar ambas enfermedades no solo se requiere el compromiso de las autoridades sanitarias y del equipo de salud sino la comprensión y concientización de la sociedad en su conjunto, con una mirada integradora, que evite el miedo y la discriminación, concluyó Sarobe.