Nación, Provincia de Bs. As. y municipios trabajan en conjunto para reducir las muertes por cáncer de cuello de útero
Desde el Programa Nacional de Prevención de Cáncer Cervicouterino se incorporó en el año 2012 el test de VPH (virus del papiloma humano) como estrategia de prevención del cáncer de cuello de útero. El proyecto de demostración se inició en la Provincia de Jujuy y dejó como resultado un total de 50 mil mujeres tamizadas. El objetivo es extender la estrategia a todo el país, ya que en Argentina se diagnostican 5 mil casos nuevos por año y mueren 2 mil mujeres a causa de esta enfermedad.
En ese marco, se realizó la jornada Experiencias de implementación del test de VPH en el tamizaje primario del cáncer cervicouterino, organizada por el Programa Provincial de Control del Cáncer (PPCC), dependiente del ministerio de Salud, y el Instituto Nacional del Cáncer (INC).
El encuentro tuvo lugar en el Auditorio de la Casa de la Provincia de Buenos Aires, y contó con la participación de autoridades nacionales y provinciales, y referentes de las Regiones Sanitarias y municipios bonaerenses que trabajan actualmente en la implementación de esta estrategia de prevención.
La apertura estuvo a cargo de la directora del INC, Julia Ismael, quien agradeció a los presentes y felicitó a los equipos de salud por lo logrado hasta el momento, mientras señaló que toda la provincia se va a sumar a esta iniciativa; y la coordinadora del PPCC, María Viniegra, quien definió el encuentro como un paso inicial super importante hacia la reducción de la mortalidad por esta enfermedad, y resaltó el trabajo articulado entre la jurisdicción municipal, provincial y nacional para lograr ese propósito.
Por su parte, Silvina Arrosi, coordinadora científica del Programa Nacional, comentó la experiencia del proyecto en Jujuy, que se realizó entre los años 2012 y 2014, y que se extendió luego a otras provincias. Los resultados positivos lo convirtieron en un modelo que busca introducir el test como de VPH como una política de salud pública.
El test tiene como ventaja su alta sensibilidad (95%), su alto valor predictivo negativo que posibilita espaciar el intervalo del tamizaje, la lectura automatizada, y permite la autotoma por parte de las mujeres, explicó la especialista. Además indicó que el test es una prueba sencilla, segura y no produce dolor.
A continuación, el jefe de Unidad de Patología del Tracto Genital Inferior del Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas (CEMIC), Fernando Monge, presentó la experiencia de la implementación del test en el CEMIC, donde se realiza desde hace cinco años.
Al cierre de la jornada, referentes municipales y provinciales de VPH de La Matanza, Florencio Varela e Ituzaingó expusieron sus experiencias y el diseño de trabajo abordado, y luego fue el turno de los municipios incorporados recientemente: Tres de Febrero, Morón y San Martín.
El laboratorio de VPH del hospital Eva Perón de San Martín fue inaugurado hace una semana. Inés Bravo, jefa del Servicio de Anatomía Patológica, fue la encargada de presentar el nuevo laboratorio, donde se procesarán las muestras provenientes de los 21 centros de testeo de San Martín, para la lectura de los test.
En lo que va del año 2018, un total de 10.500 mujeres se tamizaron en la Provincia. Viniegra destacó la importancia de este cambio en la tecnología de tamizaje, sobre todo para la Provincia de Buenos Aires, ya que tiene el cáncer de cuello de útero como la cuarta causa de muerte por cáncer en mujeres. Sabemos que si implementamos bien todos los procedimientos de tamizaje y los tratamientos de las lesiones pretumorales, esas muertes podrían reducirse en un alto porcentaje.
El Programa Nacional propone también la autotoma (AT), que permite llegar a la población más vulnerable, y demostró tener un alto grado de aceptabilidad en las mujeres. Es una prueba sencilla que puede realizarse en el hogar, y posee una alta efectividad para la detección de lesiones.
Se estima que más del 80 % de hombres y mujeres tuvieron o tendrán contacto con el virus en algún momento de su vida. Los varones pueden ser portadores del virus sin presentar síntomas ni signos, y aún así ser transmisores del mismo.
En las mujeres, algunas variedades del virus producen lesiones en el cuello del útero que pueden llegar a transformarse en cáncer. Este proceso tarda 10 años o más en desarrollarse, lo que posibilita realizar controles preventivos como el PAP y el test de VPH para detectar las lesiones antes que se transformen en cáncer.
Para prevenir el VPH se indica la vacuna en niñas y niños de 11 años (tres dosis en seis meses), el PAP en mujeres entre 25 y 29 años (se recomienda realizar uno por año), y el test de VPH complementado con el PAP para mujeres entre 30 y 64 años (si el resultado es negativo debe realizarse cada cinco años).
Las lesiones detectadas por medio de estos métodos, se curan de manera sencilla con tratamientos locales o cirugías menores. Cuando se diagnostica un tumor maligno de cuello uterino, el tratamiento puede ser la cirugía, la radioterapia, la quimioterapia o una combinación de las tres.
En ese marco, se realizó la jornada Experiencias de implementación del test de VPH en el tamizaje primario del cáncer cervicouterino, organizada por el Programa Provincial de Control del Cáncer (PPCC), dependiente del ministerio de Salud, y el Instituto Nacional del Cáncer (INC).
El encuentro tuvo lugar en el Auditorio de la Casa de la Provincia de Buenos Aires, y contó con la participación de autoridades nacionales y provinciales, y referentes de las Regiones Sanitarias y municipios bonaerenses que trabajan actualmente en la implementación de esta estrategia de prevención.
La apertura estuvo a cargo de la directora del INC, Julia Ismael, quien agradeció a los presentes y felicitó a los equipos de salud por lo logrado hasta el momento, mientras señaló que toda la provincia se va a sumar a esta iniciativa; y la coordinadora del PPCC, María Viniegra, quien definió el encuentro como un paso inicial super importante hacia la reducción de la mortalidad por esta enfermedad, y resaltó el trabajo articulado entre la jurisdicción municipal, provincial y nacional para lograr ese propósito.
Por su parte, Silvina Arrosi, coordinadora científica del Programa Nacional, comentó la experiencia del proyecto en Jujuy, que se realizó entre los años 2012 y 2014, y que se extendió luego a otras provincias. Los resultados positivos lo convirtieron en un modelo que busca introducir el test como de VPH como una política de salud pública.
El test tiene como ventaja su alta sensibilidad (95%), su alto valor predictivo negativo que posibilita espaciar el intervalo del tamizaje, la lectura automatizada, y permite la autotoma por parte de las mujeres, explicó la especialista. Además indicó que el test es una prueba sencilla, segura y no produce dolor.
A continuación, el jefe de Unidad de Patología del Tracto Genital Inferior del Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas (CEMIC), Fernando Monge, presentó la experiencia de la implementación del test en el CEMIC, donde se realiza desde hace cinco años.
Al cierre de la jornada, referentes municipales y provinciales de VPH de La Matanza, Florencio Varela e Ituzaingó expusieron sus experiencias y el diseño de trabajo abordado, y luego fue el turno de los municipios incorporados recientemente: Tres de Febrero, Morón y San Martín.
El laboratorio de VPH del hospital Eva Perón de San Martín fue inaugurado hace una semana. Inés Bravo, jefa del Servicio de Anatomía Patológica, fue la encargada de presentar el nuevo laboratorio, donde se procesarán las muestras provenientes de los 21 centros de testeo de San Martín, para la lectura de los test.
En lo que va del año 2018, un total de 10.500 mujeres se tamizaron en la Provincia. Viniegra destacó la importancia de este cambio en la tecnología de tamizaje, sobre todo para la Provincia de Buenos Aires, ya que tiene el cáncer de cuello de útero como la cuarta causa de muerte por cáncer en mujeres. Sabemos que si implementamos bien todos los procedimientos de tamizaje y los tratamientos de las lesiones pretumorales, esas muertes podrían reducirse en un alto porcentaje.
El Programa Nacional propone también la autotoma (AT), que permite llegar a la población más vulnerable, y demostró tener un alto grado de aceptabilidad en las mujeres. Es una prueba sencilla que puede realizarse en el hogar, y posee una alta efectividad para la detección de lesiones.
El VPH y cómo prevenirlo
El cáncer de cuello de útero es una enfermedad prevenible. El 99% de los casos se asocia a la infección por VPH, que se transmite por contacto sexual.
Se estima que más del 80 % de hombres y mujeres tuvieron o tendrán contacto con el virus en algún momento de su vida. Los varones pueden ser portadores del virus sin presentar síntomas ni signos, y aún así ser transmisores del mismo.
En las mujeres, algunas variedades del virus producen lesiones en el cuello del útero que pueden llegar a transformarse en cáncer. Este proceso tarda 10 años o más en desarrollarse, lo que posibilita realizar controles preventivos como el PAP y el test de VPH para detectar las lesiones antes que se transformen en cáncer.
Para prevenir el VPH se indica la vacuna en niñas y niños de 11 años (tres dosis en seis meses), el PAP en mujeres entre 25 y 29 años (se recomienda realizar uno por año), y el test de VPH complementado con el PAP para mujeres entre 30 y 64 años (si el resultado es negativo debe realizarse cada cinco años).
Las lesiones detectadas por medio de estos métodos, se curan de manera sencilla con tratamientos locales o cirugías menores. Cuando se diagnostica un tumor maligno de cuello uterino, el tratamiento puede ser la cirugía, la radioterapia, la quimioterapia o una combinación de las tres.