Artritis reumatoide juvenil: qué es, síntomas, diagnóstico y tratamiento
  
¿Qué es?
La artritis reumatoide juvenil es una enfermedad. Causa dolor e inflamación en las articulaciones. En general comienza antes de los 16 años y es de larga duración. A veces, la enfermedad se denomina artritis idiopática juvenil.

Síntomas
Los síntomas son diferentes entre los niños. Por lo general, las articulaciones se inflaman, se ponen rígidas y calientes al tacto. Es posible que comience precozmente como a los 6 meses de edad. El niño podrá cojear, especialmente por la mañana cuando la rigidez es peor. Podrá tener dolor lumbar y evitar las actividades normales.

Los síntomas podrán aparecer y desaparecer. Podrán ser leves o intensos. Los síntomas pueden durar por un corto tiempo o por años.

Hay cuatro tipos de artritis reumatoide juvenil. Los síntomas dependen del tipo:

Pauciarticular o 'pocas articulaciones'. Este es el tipo más común. Afecta 4 articulaciones o menos, por lo general la rodilla, la pierna, la muñeca o la mandíbula. También puede causar inflamación en los ojos. La misma se denomina iritis y es común en las niñas menores de 7 años. Si no se trata de manera adecuada, puede dañar la visión. Los varones mayores de 8 años que padecen este tipo de artritis tienen problemas de columna y de cadera. En general, este tipo de artritis desaparece en alrededor del 50% de los casos.

Poliarticular o 'muchas articulaciones'. Este tipo de artritis afecta a 5 o más articulaciones pequeñas. Incluye articulaciones en los dedos y en las manos. Los síntomas aparecen con frecuencia en las mismas articulaciones en ambos lados del cuerpo. Otros síntomas incluyen fiebre baja, sensación de cansancio y poco apetito. Su hijo podrá tener una pequeña erupción en la parte inferior del torso y en la parte superior de los brazos y las piernas. Algunos niños con esta enfermedad tienen anemia (deficiencia de hierro). En casos poco comunes, este tipo puede hacer que se inflame un órgano del niño, tal como el hígado o el bazo. Este tipo aparece con más frecuencia en las niñas que en los varones. Solo desaparece en menos de la mitad de los niños que la padecen.

Sistémica o enfermedad de Still. Este es el tipo menos común. Puede afectar varias áreas del cuerpo, inclusive articulaciones y órganos. Los síntomas precoces incluyen una erupción, escalofríos y fiebre alta. La anemia es otro síntoma común. Este tipo de artritis puede causar daño en la articulación a largo plazo. Alrededor de la mitad de los niños que la padecen se recuperan. El resto tiene dolor y rigidez articular durante muchos años.

Este tipo afecta las articulaciones localizadas entre el final de la columna y la pelvis. Los síntomas son similares a los de la artritis de adulto.

Los casos graves de artritis reumatoide juvenil pueden afectar el crecimiento de un niño. Consulte a su médico si su hijo tiene síntomas de artritis reumatoide juvenil.

Causas
Se desconoce la causa de la enfermedad. Los médicos sospechan que es causada por una enfermedad autoinmune. Esto ocurre cuando el cuerpo ataca y destruye su propio tejido sano.

Diagnóstico
El médico le preguntará sobre los síntomas del niño y hará un examen físico. Puede ser difícil de diagnosticar. Se podrán hacer radiografías o análisis de sangre para descartar otras enfermedades. Las radiografías pueden mostrar daños o deformidades más graves. Es posible que el especialista quiera tomar una muestra de líquido de una articulación que está inflamada en ese momento o líquido cefalorraquídeo. Podrán pasar algunos meses antes de que el médico haga un diagnóstico. Esto es para poder ver los síntomas del niño a través del tiempo.

Prevención
La artritis reumatoide juvenil no puede prevenirse ni evitarse. Ciertos cambios en el estilo de vida pueden disminuir las molestias del niño. Los mismos incluyen ejercicio (caminar, andar en bicicleta, nadar). Hacer calentamiento antes de comenzar los ejercicios. Un fisioterapeuta puede ofrecer un plan para hacer ejercicios en casa. Pregunte al médico si es conveniente ver a un fisioterapeuta para hacer ejercicios en casa que reduzcan el dolor.

Tratamiento
El médico podrá recomendar medicamentos para el dolor y la inflamación. Los mismos incluyen tanto medicamentos recetados como de venta libre. Los medicamentos de venta libre incluyen fármacos antiinflamatorios no esteroideos. Estos incluyen ibuprofeno. Reducen la inflamación de la articulación.

Si esto no ayuda, el médico podrá sugerir fármacos más potentes. Esta sería una prescripción. Para síntomas severos, el médico de su hijo podrá necesitar tratamientos con esteroides para reducir la inflamación. El médico podrá recetar medicamentos para tratar la enfermedad autoinmune. Estos medicamentos lentifican el sistema inmune del niño para reducir el daño posterior a la articulación.

En muy pocos casos los niños necesitan cirugía para tratar esta enfermedad. Las articulaciones muy dañadas podrán requerir cirugía de tejidos blandos. Esto ocurrirá si las articulaciones están torcidas o deformadas. La cirugía de reemplazo de articulaciones puede ayudar a las articulaciones muy dañadas. Con el tratamiento adecuado, muchos niños llevan adelante vidas plenas, normales y asintomáticas.

Vivir con artritis reumatoide juvenil
Ya sea que los síntomas del niño vayan y vengan o tengan larga duración, algunas cosas pueden ayudar. Las mismas incluyen:

  • Darse una ducha caliente. Usar una compresa caliente o fría o dormir en una cama caliente para aliviar la rigidez.
  • Elongar y hacer ejercicios con rango de movimiento. Ello reduce la rigidez de la articulación y mejora la flexibilidad. Hacer ejercicio a la misma hora todos los días. Simplificarlo. Hacerlo mientras mira televisión o con los miembros de la familia.
  • Tomar los medicamentos a la hora correcta y de manera consistente. Haga que su hijo tome su medicamento a la misma hora como cualquier otra actividad. Esto hace que sea fácil recordarlo.
  • Estar activo es importante para manejar la enfermedad. Los niños que padecen la enfermedad podrán necesitar apoyo emocional. Es importante manejar la ira y la tristeza por padecer la enfermedad.
Ref: NIH



 
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