Artritis reumatoide: Causas, síntomas, diagnóstico y tratamientos
  
¿QUÉ ES?
La artritis reumatoide (AR) es una forma común de artritis que causa inflamación en el revestimiento de las articulaciones, causando calor, reducción en el rango de movimiento, hinchazón y dolor en la articulación. La AR tiende a persistir durante muchos años, suele afectar diferentes articulaciones del cuerpo y puede causar daños en cartílagos, huesos, tendones y ligamentos de las articulaciones.

Diferencias de otras formas de artritis
Una manera de distinguir la AR de otros tipos de artritis es por el patrón de las articulaciones afectadas. Por ejemplo, la AR afecta la muñeca y muchas de las articulaciones de la mano, pero por lo general, no afecta las articulaciones que están más próximas a las uñas. Por el contrario, la osteoartritis, un tipo de artritis más común, afecta más a menudo a las articulaciones más próximas a las uñas que otras áreas de la mano.

Otras articulaciones que pueden verse afectadas por la AR incluyen:

➡ los codos

➡ los hombros

➡ el cuello

➡ la mandíbula

➡ las caderas

➡ las rodillas

➡ los tobillos

➡ los pies

La espina dorsal no suele ser afectada directamente por la AR, a excepción del cuello. Otra característica esencial de la AR es que las articulaciones en ambos lados del cuerpo tienden a verse afectadas. Es decir, si los nudillos de la mano derecha están inflamados, es probable que algunos nudillos de la mano izquierda también lo estén.

El patrón general de las articulaciones afectadas, junto con ciertos resultados en pruebas de laboratorio o rayos X, hacen posible que un médico pueda distinguir la AR de otras afecciones.

CAUSAS
Todavía no se sabe la causa de la AR; sin embargo, el sistema inmunológico del cuerpo desempeña un papel importante en la inflamación y en el daño que la AR ocasiona en las articulaciones. El sistema inmunológico es la defensa del cuerpo contra bacterias, virus y otras células extrañas.

En la AR, el sistema inmunológico ataca a las propias articulaciones y pudiera afectar a otros órganos del cuerpo. En la AR, las células del sistema inmunológico invaden los tejidos de las articulaciones y provocan inflamación. Estas células en el tejido y en el líquido de la articulación producen muchas sustancias, entre las que se incluyen enzimas, anticuerpos y citosinas, que atacan la articulación y pueden dañarla.

El papel de los genes
Los genes desempeñan un papel importante en el desarrollo de la AR. Los genes que están asociados con la AR son más frecuentes en la población anglosajona. Sin embargo, no todas estas personas llegarán a desarrollar AR. Se cree que estos genes generan, en algunas personas, una susceptibilidad o tendencia a incrementar el riesgo de desarrollar AR.

Aún se desconoce la razón por la cual algunas personas que poseen estos genes presentan mayor riesgo de desarrollar AR y otras no.

SÍNTOMAS
Los síntomas de la AR varían de una persona a otra y en casi todas las personas también varían de un día para el otro, aunque siempre existe un cierto grado de artritis.

En algunas personas, la enfermedad puede ser leve, con períodos de actividad (en los que la inflamación de las articulaciones empeora) conocidos como períodos de agudización. En otras, la enfermedad permanece activa continuamente y empeora, o progresa con el paso del tiempo.

Articulaciones que se pueden ver afectadas por la artritis reumatoide:



Si tiene AR, es probable que sienta los siguientes síntomas en algunas articulaciones:

➡ ardor

➡ hinchazón

➡ hipersensibilidad

➡ enrojecimiento

➡ dolor frecuente

➡ dificultad en la movilidad

Estas señales físicas de la artritis se deben a la inflamación del revestimiento, o sinovio, de las articulaciones. Si esta inflamación persiste o no responde bien al tratamiento, puede causar la destrucción de cartílago, hueso, tendones y ligamentos adyacentes, conduciendo así, a las deformidades de las coyunturas.

La artritis reumatoide puede hacerle sentir completamente enfermo, particularmente durante los períodos de agudización y usted podría:

➡ perder el apetito

➡ perder peso

➡ tener poca energía

➡ presentar fiebre de temperatura baja (febril)

➡ volverse anémico (tener un número de glóbulos rojos más bajo de lo normal); y

➡ desarrollar nódulos reumatoides (bultos de tejido que se forman bajo la piel)

La artritis reumatoide puede afectar diferentes partes de una articulación, como:

➡ la membrana

➡ la cápsula articular

➡ el hueso

➡ el músculo

➡ la bolsa

➡ el tendón

➡ el líquido Sinovial

➡ el cartílago

A menudo los nódulos reumatoides se forman sobre áreas óseas expuestas a presión. Éstos frecuentemente se encuentran alrededor del codo, y también en otras partes del cuerpo, como los dedos, sobre la espina dorsal o en los pies.

En ocasiones, las personas con AR presentan inflamación de:

➡ los revestimientos que rodean al corazón (pericarditis) y a los pulmones (pleuritis).

➡ el tejido pulmonar

➡ las glándulas lacrimógenas y salivares (síndrome de sica / resequedad o síndrome de Sjögren)

➡ los vasos sanguíneos (vasculitis)

DIAGNOSTICO
Historial clínico y examen físico

Para diagnosticar la AR, su médico tomará su historial clínico y le hará un examen físico. El médico buscará ciertas características de la AR, incluyendo:

➡ hinchazón, calor y movilidad limitada de las articulaciones

➡ nódulos o bultos bajo la piel

➡ el patrón de las articulaciones afectadas

Su médico también podría preguntarle si ha experimentado fatiga o una sensación general de rigidez, especialmente al levantarse por las mañanas, ya que estos dos síntomas están asociados con la AR.

Análisis de sangre

Su médico también podría recomendar que se practique algunos análisis de sangre. Ciertos análisis detectan la presencia de un anticuerpo llamado factor reumatoide, el que puede ser una señal de AR. Sin embargo, el factor reumatoide se halla también en muchas personas que no tienen de AR.

Otras anomalías que se descubren a través de pruebas de laboratorio, incluyen la anemia y una elevada velocidad de sedimentación globular media (VSG) o proteína C reactiva (PCR), las cuales indican presencia de inflamación.

Aunque estos análisis de sangre pueden ser útiles para establecer un diagnóstico, no hay una prueba única que pueda establecer o excluir un diagnóstico de AR.

Rayos X

Aunque durante la primera etapa de la AR las radiografías suelen resultar normales, los daños articulares que pueden aparecer a medida que progresa la enfermedad, ayudan a confirmar el diagnóstico.

Entre los resultados que suelen sugerir la presencia de AR se incluyen:

➡ pérdida ósea en los márgenes de la articulación, llamadas erosiones

➡ pérdida de cartílago articular

Consulte con un reumatólogo siempre que haya dudas sobre el diagnóstico.


TRATAMIENTOS
En la actualidad, no existe cura para la AR y tal vez hasta que no se conozca una causa de la AR, probablemente no será posible erradicar la enfermedad por completo. Sin embargo, el tratamiento inmediato es crucial y en la actualidad existen tratamientos con medicamentos muy eficaces.

Los métodos actuales de tratamiento se centran en:

➡ aliviar el dolor

➡ reducir la inflamación

➡ detener o retrasar el daño articular

➡ mejorar las funciones y el bienestar del paciente

El programa de tratamiento será adaptado de acuerdo a sus necesidades teniendo en cuenta la gravedad de la artritis, si existieran otras afecciones clínicas y su propio estilo de vida. Su médico y otros miembros de su equipo de asistencia médica trabajarán en conjunto para encontrar el mejor programa de tratamiento para usted.

El tratamiento de la AR a menudo requiere de trabajo en equipo, el cual beneficia al paciente, al unir la experiencia de profesionales de la salud de diferentes ramas. Un reumatólogo (médico especializado en artritis y otras enfermedades de los huesos, músculos y articulaciones) debería participar como líder del equipo de salud.

El reumatólogo puede coordinar su cuidado con el médico de familia, con un médico especializado en medicina interna (un internista), o con otros profesionales de la salud que a menudo desempeñan papeles importantes para ayudarle a controlar la AR, incluyendo:

➡ fisioterapeutas

➡ terapeutas ocupacionales

➡ enfermeras

➡ psicólogos

➡ cirujanos ortopédicos

➡ trabajadores sociales

Medicamentos

Los medicamentos que se utilizan para tratar la AR se pueden dividir en dos grupos:

➡ los que pueden aliviar los síntomas; y

➡ los que pueden modificar la enfermedad.

Su médico quizás le recomiende el uso de dos o más medicamentos en forma simultánea, cada uno de los cuales tendrá un propósito específico en el tratamiento de la AR. Algunos de estos medicamentos afectan el sistema inmunológico o tienen efectos secundarios, por lo que será de gran importancia una cuidadosa supervisión durante el tratamiento.

Es necesario considerar que, aunque todos los medicamentos (incluso aquellos cuya venta no está restringida) tienen efectos secundarios, es necesario el tratamiento pronto de la AR, ya que si no se la trata puede causar problemas serios, como la destrucción de las articulaciones.

Por lo tanto, las decisiones relacionadas con el tratamiento deben hacerse pensando también en los beneficios del tratamiento (alivio del dolor, prevención de la discapacidad) y los riesgos. Inclusive se debe analizar el costo de la utilización de ciertos tipos de fármacos.

Llame al médico, si tiene alguna duda sobre sus medicamentos, o si piensa que éstos están produciéndole efectos secundarios o si es que no están actuando adecuadamente. Más información adelante.

Ejercicio, actividad y descanso
Los médicos y terapeutas saben que el ejercicio puede mejorar su salud y aptitud física sin lesionar las articulaciones. La actividad física moderada y habitual ayuda a:

➡ disminuir la fatiga

➡ fortalecer los músculos y huesos

➡ aumentar la flexibilidad y la energía

➡ mejorar la sensación de bienestar general

Puede trabajar con su equipo de asistencia médica para determinar la mejor combinación de ejercicio, actividad y descanso para su afección. La intensidad y frecuencia de los ejercicios, la actividad y el descanso, se basarán en que tan activa es su enfermedad.

Es importante que aprenda a adaptar sus actividades para lograr el mejor estado de salud física. Cuando una articulación está caliente, adolorida e hinchada, el descanso ayudará a disminuir la inflamación de la articulación.

Su médico o fisioterapeuta puede guiarle sobre la cantidad y el tipo de descanso que necesita. Usted aún debe ocuparse de la movilidad de las articulaciones realizando ejercicios de amplitud de movimiento e isométricos para la fortaleza muscular.

Estos, ayudan a mantener la movilidad de las articulaciones y usualmente se realizan sin peso. Debe mover las articulaciones a lo largo de toda la amplitud de movimiento, prestando especial atención al final del movimiento, donde la movilidad podría perderse primero.

Los ejercicios isométricos le pueden ayudar a mantener fuertes los músculos sin mover las articulaciones. Su médico o fisioterapeuta puede enseñarle la manera adecuada de realizar estos ejercicios. Como estos ejercicios no implican movimiento de las articulaciones, se pueden hacer cómodamente incluso cuando la inflamación está presente.

Por lo general, puede continuar con ejercicios acuáticos durante los períodos de agudización, porque la flotación del agua ayuda a proteger las articulaciones y facilita los movimientos.

Cuando los síntomas estén bajo control, deberá reanudar gradualmente un programa completo de ejercicios que incluya ejercicios aeróbicos, ya que el ejercicio cardiovascular es importante para:

➡ la salud en general

➡ el control del peso

➡ la fortaleza muscular

➡ el nivel de energía

Los programas de bajo impacto para mantenerse en forma, como caminar o montar en una bicicleta fija, son por lo común buenas opciones. Hable con su médico o fisioterapeuta sobre el programa adecuado para usted.


Cirugía de las articulaciones
Si siente dolor y de discapacidad a causa de un daño severo en las articulaciones, su médico podría sugerirle el reemplazo total de la articulación (llamado también artroplastia total dela articulación). El reemplazo de la articulación le puede ayudar a preservar su independencia.

Los cirujanos ortopédicos son quienes llevan a cabo estos procedimientos que implican el reemplazo de las partes dañadas de las articulaciones con componentes metálicos y plásticos.Los reemplazos totales de cadera y de rodilla son las artroplastias que se realizan con mayor frecuencia y con mejores resultados.

La mayoría de las cirugías requiere rehabilitación postoperatoria para obtener el máximo beneficio de la nueva articulación. También pueden asignarle un programa de ejercicios antes de la cirugía para fortalecer los músculos.

En general, los médicos indican un programa de medicamentos y terapia antes de sugerir el reemplazo de una articulación.

Dieta
En la mayoría de personas que tienen de AR, no se ha logrado comprobar si cambios en la dieta pueden ser la causa o pueden aliviar los síntomas de la AR.

Sin embargo, es muy importante mantener una dieta saludable que incluya cantidades adecuadas de proteína y calcio. Durante los períodos de agudización de la artritis, puede perder apetito y peso. Durante estos períodos, es importante consumir suficientes calorías. Cuando la artritis esté menos activa o si toma corticosteroides, es importante que evite el aumento excesivo de peso.

Clima
La artritis reumatoidea se presenta en todas las regiones del mundo, por lo tanto, el clima no puede prevenirla, ni curarla. Muchas personas con AR observan que los cambios repentinos del clima o la presión barométrica tienden a agravar los síntomas de su artritis. Para la mayoría de los individuos, el mudarse a un clima diferente no representa una gran diferencia en la artritis que tienen como para justificar esa mudanza.

Cómo controlar la AR
El sobrellevar AR, puede ser difícil. Como la AR puede ser impredecible, a menudo se caracteriza por dolor de larga duración o continuo, y puede afectar a tantas articulaciones que podría sufrir estrés emocional o depresión. Es normal experimentar estos tipos de sentimientos, pero éstos podrían interferir en el control de la enfermedad.

Es importante que decida vivir cada día tan plenamente como le sea posible. Los medicamentos, el descanso y el ejercicio son la mejor combinación para el alivio de los síntomas, pero también es importante concentrarse en los aspectos positivos de la vida.

Es esencial que su familia y usted aprendan todo cuanto puedan sobre la enfermedad, y que hablen entre ustedes, con sus médicos y con otros profesionales de la salud que participan en su cuidado. Los profesionales de la salud mental pueden aconsejarle cómo sobrellevar y resolver problemas.

Es primordial evitar que la enfermedad controle su vida. Usted podrá disfrutar de una vida productiva y plena, a pesar de la enfermedad, si sigue ciertas pautas como:

➡ un tratamiento adecuado

➡ buenas prácticas de salud

➡ suficiente descanso

➡ suficiente ejercicio

➡ control del estrés emocional

➡ ayuda por parte de médicos especialistas en artritis


MEDICAMENTOS
MEDICAMENTOS SINTOMÁTICOS

Los AINE y la aspirina

Los AINE o fármacos antiinflamatorios no esteroides se utilizan para ayudar a aliviar el dolor y a combatir la inflamación que acompaña a la AR. Algunos AINE incluyen, la aspirina, el ibuprofeno y el naproxeno, entre otros. Estos medicamentos por si solos no suelen constituir un tratamiento adecuado para la AR. La mayoría de los pacientes con AR también necesitan tomar medicamentos modificadores de la enfermedad o agentes biológicos.

Los AINE y la aspirina pueden causar efectos secundarios, como dolor de estómago e incluso hemorragias. También se asocian a problemas cardiacos y daño hepático y renal en personas susceptibles. Si usted tiene de estos efectos secundarios, le podrían recetar otras medicinas. Hable con su médico sobre éstos y otros riesgos.

Analgésicos

En la artritis reumatoidea, los analgésicos alivian el dolor, pero no tienen efecto sobre la inflamación producida por el daño articular. Entre estos medicamentos se incluyen:

➡ acetaminófeno o paracetamol

➡ tramadol

➡ medicamentos narcóticos contra el dolor

➡ paracetamol con codeína

➡ propoxifeno

Los medicamentos narcóticos contra el dolor no suelen recomendarse como monoterapia para el tratamiento prolongado de la AR, porque a menudo tienen efectos secundarios indeseables y pueden crear dependencia si se toman en exceso, sin mejorar la evolución de la enfermedad.

Corticosteroides
Los corticosteroides (cortisona, prednisona) pueden ayudar a aliviar los síntomas de la AR. Estos medicamentos están relacionados con el cortisol, una hormona natural que se encuentra en el cuerpo. Se pueden utilizar corticosteroides en bajas dosis juntamente con aspirina, AINE, fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FARME) o agentes biológicos para controlar la inflamación articular.

Muchos de los beneficios y efectos secundarios de los corticosteroides están directamente relacionados con la dosis administrada. El objetivo es encontrar la dosis efectiva más baja posible, para así, evitar tantos efectos secundarios y procurar el uso de los corticosteroides durante el menor tiempo posible.

En general, los corticosteroides suelen administrarse en combinación con fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad o con agentes biológicos y no deben considerarse la una única forma de tratamiento farmacológico contra la AR.

Algunos efectos secundarios de los corticosteroides incluyen:

➡ aumento de peso

➡ hematomas (moretones)

➡ cataratas

➡ diabetes

➡ osteoporosis (pérdida de masa del hueso)

La administración de corticosteroides durante períodos prolongados reduce o detiene la capacidad del cuerpo para producir corticosteroides naturales. Cuando es necesario reducir la dosis ingerida de corticosteroides, se requiere que el médico la reduzca lentamente (variación gradual), ya que es peligroso parar o disminuirla drásticamente o sin la supervisión médica.

El cuerpo necesita tiempo para normalizar su producción natural de cortisol. Asimismo, podría ser necesario suplementar o incrementar la dosis en períodos de mucho estrés, como antes y después de una cirugía.

Los corticosteroides pueden inyectarse directamente en las articulaciones afectadas. Tales tratamientos pueden reducir la inflamación en las articulaciones hinchadas o dolorosas, o los períodos frecuentes de agudización. Como su efecto es local, la inyección directa en la articulación controla temporalmente la inflamación y evita la mayoría de los efectos secundarios indeseables que aparecen con el uso diario de comprimidos de corticosteroides.

Las inyecciones pueden producir un efecto sistémico temporal y podrían tener efectos secundarios dañinos en las articulaciones si se utilizan más de unas cuantas veces al año. También, aunque no frecuentemente, existe la posibilidad de que la articulación se infecte.

Medicamentos modificadores de la enfermedad
Los fármacos que alivian síntomas, además de tener la capacidad de modificar el proceso de la enfermedad de la AR, son conocidos como fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FARME). Estos fármacos son una parte importante del tratamiento para la mayoría de las personas que tienen AR.

Estos medicamentos pueden controlar la AR, así como también, prevenir la deformidad y la discapacidad. En los últimos años, se ha demostrado que es muy importante comenzar un tratamiento con un FARME, ya que puede cambiar la evolución de los síntomas de la AR. Estos medicamentos son:

El metotrexato, es uno de los FARME más utilizados para el tratamiento de la AR. El metotrexato (Rheumatrex, Trexall) se toma una vez a la semana en forma de comprimidos, líquido o inyectable. El médico revisará con frecuencia, a través de estudios de laboratorio, la función hepática y el recuento sanguíneo, mientras usted esté tomando este fármaco. De esta manera, podrá detectar posibles anormalidades en la función del hígado y/o de la médula ósea que podrían presentarse como efectos secundarios que produce este medicamento.

Si toma metotrexato no debe ingerir alcohol, ya que la combinación podría aumentar el riesgo de daño hepático. Otros posibles efectos secundarios del metotrexato incluyen malestar gástrico, llagas en la boca, dolores de cabeza, mareos, fatiga, diarrea y síntomas parecidos a los de la gripe. Un efecto secundario serio del metotrexato, aunque raro, es la inflamación pulmonar.

La hidroxicloroquina, se le denomina comúnmente fármaco antimalárico, porque en un principio fue desarrollado para el tratamiento del paludismo. Los fármacos antimaláricos se utilizan para aliviar la inflamación, la hinchazón y el dolor de las articulaciones. Es el FARME más seguro, pero las personas que toman estos medicamentos deben someterse a exámenes oculares con regularidad para detectar posibles daños en la retina, que podrían causar una disminución del color o de la visión periférica. Aunque tales lesiones sean raras, la pérdida de la visión se evitará si ingiere la dosis recomendada y se somete a controles oculares frecuentes.

La Sulfasalazina, es una combinación farmacológica de antibiótico y de antiinflamatorio, utilizada para tratar la AR. Los efectos secundarios pueden incluir erupciones cutáneas, malestar gástrico, dolores de cabeza, disminución en el conteo de glóbulos blancos y plaquetas. También puede tener efectos negativos para el hígado. Las personas alérgicas a medicamentos con sulfa no pueden tomar sulfasalazina.

La leflunomida, es un fármaco modificador de la enfermedad relativamente nuevo, utilizado para tratar la artritis reumatoide. Los efectos secundarios pueden incluir erupciones cutáneas, síntomas gastrointestinales, efectos hepáticos y alopecia (pérdida del cabello) reversible. Mientras tome este fármaco, deberá someterse a frecuentes análisis de sangre, incluyendo recuentos sanguíneos y estudios de la función del hígado.

La d-penicilamina, se toma diariamente en comprimidos y en ayuno. Requiere una supervisión estrecha y una vigilancia cuidadosa por parte de su médico. Su uso ha decrecido en los últimos años debido a sus efectos secundarios y limitados beneficios.

La azatioprina, es un fármaco inmunosupresor aprobado para el tratamiento de la AR. El uso de este medicamento requiere análisis regulares de sangre para controlar los efectos del fármaco sobre la médula ósea y el hígado. Entre los posibles efectos secundarios se incluye un mayor riesgo de contraer infecciones o han existido casos poco frecuentes de linfoma, una forma de cáncer.

La ciclosporina, ha sido aprobada por la FDA (Administración de Alimentos y Fármacos) para el tratamiento de AR severa y activa, en combinación con el metotrexato. Existe riesgo de daño renal por el uso de la ciclosporina, y su médico controlará con frecuencia su presión sanguínea, la función renal y lo someterá a análisis de sangre para detectar cambios mientras tome esta medicina.

La minociclina, es un antibiótico que produce efectos benéficos en algunos pacientes con AR. Su eficacia puede ser mayor en las primeras etapas de la AR, lo cual se debe mayormente a sus propiedades antiinflamatorias, que a su capacidad bactericida. Las personas alérgicas a la tetraciclina no deben tomar minociclina.

Nueva clase de FARME
Recientemente la FDA aprobó un nuevo FARME para el tratamiento de la AR. El tofacitinib forma parte de una nueva subcategoría de FARME, aunque se le compara a los biológicos. A ellos se les llama inhibidores JAK, pues bloquean la vía de una enzima llamada cinasa de Janus (JAK), involucrada en la respuesta inmunológica del cuerpo. A diferencia de los agentes biológicos tradicionales, se pueden tomar oralmente.

Agentes biológicos
El etanercept, el infliximab, la anakinra , el adalimumab, el abatacept, el rituximab, el golimumab, el certolizumab pegol y el tocilizumab, también llamados modificadores de la respuesta biológica (MRB) o biológicos, atacan sustancias químicas específicas del sistema inmunológico involucradas en la AR.

Estos MRB han sido aprobados para el tratamiento de AR en adultos. Adicionalmente, el etanercept ha sido aprobado por la FDA para su uso en niños y jóvenes (edades 4 a 17 años) con artritis idiopática juvenil (AIJ) y en adultos con atritis psoriásica y espondilitis anquilosante. De igual manera, en la actualidad se están realizando estudios para determinar los efectos del uso de la anakinra, del adalimumab, y del infliximab en niños y jóvenes con AIJ.

Ya que estas medicinas afectan el sistema inmunológico, usted no debería recibir vacunas vivas tales como polio oral, varicela, vacuna MMR (sarampión, paperas y rubiola) o FluMist. Para evitar el desarrollo de infecciones serias mientras se encuentre bajo tratamiento con un MRB , puede tomar medidas precaución, como el evitar iniciar la terapia si tuviese alguna infección o modificar la dosis del agente biológico si desarrolla una después de iniciado el tratamiento.

Sin embargo, infecciones serias han sido relacionadas a estos MRB. Existe el riesgo de activar una tuberculosis (TB) preexistente (inactiva) con los inhibidores del FNT (factor de necrosis tumoral) – etanercept, infliximab y adalimumab – y se recomiendan pruebas en la piel de TB antes de empezar a usar estas medicinas.

Llame a su médico inmediatamente si presenta síntomas de infección al usar un biológico. Si tiene una infección activa no debe iniciar el tratamiento con un MRB. Si ha tenido una enfermedad que ataca la mielina, tal como esclerosis múltiple, o si ha tenido un paro cardíaco congestivo, no debería usar etanercept, infliximab o adalimumab.

También existe el riesgo de desarrollar cáncer, particularmente linfoma, con el uso a largo plazo de inhibidores del FNT. A la fecha, sin embargo, los casos reportados de cáncer causados por el uso de cualquier medicamento están dentro de la frecuencia y tipos de cáncer esperados para pacientes con AR que no reciben ningún biológico.

¿QUIÉN TIENE RIESGO?
Esta enfermedad puede ser contraída por cualquier persona, sean niños o ancianos, además que varía de una persona a otra. La enfermedad suele comenzar entre los 25-50 años de edad, siendo las mujeres quienes superan a los hombres en una proporción de 3 a 1. De igual forma, la enfermedad se presenta en todos los grupos étnicos y en todas partes del mundo.


Ref: Arthritis Foundation
 
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