Aumenta la ansiedad por el nuevo coronavirus (Codiv-19)
  
Lo que parecía lejano ahora está entre nosotros, el Coronavirus ya es una realidad en la Argentina y a igual que ocurrió en 2009 con la emergencia sanitaria a causa de la Gripe A, las consultas de pacientes con trastornos de ansiedad aumentaron. El Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (CEETA) emitió un informe al respecto para no alarmarse pero estar atentos a los trastornos psicológicos que el temor a la enfermedad puede acarrear.

Los especialistas del CEETA se detuvieron a reflexionar y explicar a la sociedad en su conjunto, cómo el alerta por coronavirus le afecta a aquellas personas que sufren o que son propensas a sufrir algún tipo de trastorno de ansiedad, sin siquiera estar en contacto con dicho virus y mucho menos enfermarse.

El coronavirus (COVID-19) o también conocido como neumonía de Wuhan, ciudad en donde se originó dicha enfermedad, tiene en alerta a todo el mundo o prácticamente a la mayoría de él. Quienes se encuentran con una preocupación excesiva o que son propensos a sufrir trastornos por ansiedad son quienes sufren mucho la situación aunque no estén contagiados ni cercanos al virus.

La Lic. Gabriela Martínez Castro, directora del CEETA, explica cuál es la relación del coronavirus con el trastorno de ansiedad generalizada, principal trastorno de ansiedad que sufre este tipo de personas.
"El coronavirus hizo que este trastorno se dispare de forma significativa, esto es debido a que dicho trastorno tiene por característica principal la preocupación excesiva del individuo, que se centra en diversos acontecimientos de la vida cotidiana. La persona encuentra difícil controlar la preocupación, si bien quiere controlarla, no lo logra y la preocupación de manera sostenida en el tiempo genera una sintomatología de tipo física", aseguró la especialista en trastornos de ansiedad.

"Los síntomas que se desprenden de esta preocupación excesiva se resumen en: inquietud o impaciencia, fatiga, fácil irritabilidad, insomnio, dolor de cabeza, contractura, mareos, problemas gastrointestinales, dificultad en la respiración y memoria, palpitaciones, temblores y sudoración", enumeró la Lic. Martínez Castro.


Es por eso que desde el CEETA se le recomienda a todas aquellas personas que se encuentran en esta situación de preocupación o sobrepreocupación, que no se anticipen de forma negativa a los eventos por suceder, que es un patrón común de pensamiento de estas personas. Y si ven que no lo pueden resolver, que se contacten con el Centro para evaluar si la situación amerita tratamiento especial antes que se torne incapacitante para el paciente y afecte su vida cotidiana.

Entre los consejos de los especialistas del CEETA, se destacan: "Se recomienda volver a conectarse con la realidad tal y como es. El coronavirus acaba de desembarcar en el país pero eso no significa que todos vayamos a contraer el virus. Hay que tener en cuenta que no cualquier síntoma de resfrío o gripe significa coronavirus. Es importante que se conecten con la realidad, con el aquí, el ahora y poder continuar con las actividades diarias sin que esta preocupación excesiva los acongoje", agregó la especialista.

Para poder mantenerse en el presente, se recomienda hacer hincapié en la respiración, simplemente focalizando la tensión en la respiración, cómo entra y cómo sale el aire y por supuesto no adelantarse en forma negativa a nada que no tenga sustento sólido y haya estado confirmado, e incluso a nada que no haya sucedido aún. Las técnicas de mindfulness, meditación o incluso yoga pueden ser muy recomendables.

Las fuentes de información puede ser otro punto que acrecienta el trastorno. "Hay que elegir muy bien las fuentes de información, la prensa (en algunos casos) suele desinformar o exagerar, generando pánico, y ni hablar si le sumamos las redes sociales donde se difunde cualquier tipo de información sin chequeo. Entonces, es importante elegir muy bien las fuentes por las cuales nos informaremos para asegurarnos que sean reales y fidedignas", completó la Lic. Martínez Castro.

Por otro lado, en algunos casos también puede aparecer el Trastorno de Pánico, que consiste en una aparición temporal y aislada de miedo o malestar intenso, acompañada de cuatro o más síntomas que se inician de forma brusca y alcanzan su máxima intensidad a los diez minutos de haber comenzado: "la persona en ese momento realmente está tranquila, manejando, caminando, comiendo, y de pronto hay un montón de síntomas que se inician de forma brusca, y siente que se muere o que se está volviendo loca".


Según Martínez Castro "se debe intentar un contacto con la realidad que sea lo más firme posible; y no dejarse guiar por pensamientos, fantasías y temores. Hay que tratar de tener un pensamiento lo más realista posible, y contrastar ese pensamiento con la realidad. Por ejemplo, si creo que tengo Coronavirus, debo pensar si realmente estuve en contacto con alguien que pudiera tenerla, si tengo síntomas recurrir inmediatamente al médico, hasta descartar lo que sólo es un pensamiento negativo, que lo único que logrará es imposibilitar la vida normal de la persona".

El tratamiento
"Cuando afecta la vida cotidiana, cuando se dan síntomas físicos y psíquicos hay que consulta inmediatamente a un especialista porque estos trastornos de ansiedad van evolucionando con el tiempo y no se pueden resolver de otra forma que no sea con un tratamiento adecuado, como la terapia cognitivo-conductual", indicó la especialista en trastornos de ansiedad.

Para tratar el trastorno de ansiedad generalizada o incluso el de pánico, el CEETA ofrece una innovadora terapia, llamada TERAPIA COGNITIVO CONDUCTUAL DE TERCERA OLA (o tercera generación) que se aboca a modificar comportamientos y pensamientos.


Está orientada hacia el presente, se investiga el funcionamiento actual. El énfasis de la TCC está puesto más en el 'Qué tengo que hacer para cambiar' que en el 'Por qué'. Muchas veces, el explorar expresamente y conocer cuáles son los motivos de lo que nos ocurre no alcanza a brindar una solución y no es suficiente para producir un cambio.

Es una psicoterapia basada en la evidencia y con un basamento científico y 100% comprobado. Los resultados se ven en el cortísimo plazo. El paciente tiene un papel activo, con tareas para realizar dentro y fuera de la sesión a través de la aplicación de las herramientas que se le brindan.

La terapia cognitiva conductual de tercera ola o tercera generación cuenta con numerosos aportes validados científicamente en los últimos años. Son las denominadas Terapias de Tercera Generación o Contextuales.

Son modelos de intervención que ponen su foco de atención en el contexto y la función de nuestros eventos privados como ser los pensamientos, emociones, sensaciones en lugar de su contenido, frecuencia o duración.

La Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), uno de los nuevos modelos de tratamiento que ofrecen las terapias contextuales, es uno de los mas reconocidos con evidencia empírica. El objetivo de la misma es lograr flexibilidad psicológica ante las situaciones difíciles de la vida y ante el sufrimiento, entender que nuestra vida es significativa y valiosa aun cuando sufrimos.


Utiliza diferentes técnicas como Mindfulness y ejercicios experienciales entre otros.

Se pueden medir los progresos obtenidos desde la primera sesión, se administran cuestionarios y planillas en los que se evalúan los síntomas específicos, en su frecuencia, duración, intensidad y características.
Esta medición es repetida periódicamente hasta la sesión final, para tener una idea del cambio obtenido.

La relación terapeuta-paciente es de colaboración y activa. Paciente y terapeuta se comprometen a trabajar con un objetivo común. Los pacientes pueden aportar sugerencias y participar en el diseño de las tareas para el hogar.

En muchos casos, se utiliza la biblioterapia, que consiste en que el terapeuta recomiende o facilite libros, folletos o apuntes acerca del problema para que el paciente se informe de lo que le sucede. Tiende a fomentar la independencia del paciente. Está centrada en los síntomas y su resolución. Se definen objetivos concretos a lograr.

La meta de la TCC es eliminar, o al menos reducir los síntomas, y postula que si desaparecen, por ejemplo, los síntomas de pánico, inmediatamente también va a haber una mejoría en otras áreas, sin que aparezcan otros síntomas que los reemplacen. Pone énfasis en el cambio.

Se le solicita al paciente practicar nuevas conductas y cogniciones en las sesiones, y generalizarlas afuera como parte de la tarea. Desafía la posición del paciente, sus conductas y sus creencias. Se centra en la resolución de problemas. Utiliza planes de tratamiento.

Generalmente, la terapia utiliza planes específicos de tratamiento para cada problema, no utilizando un formato 'único' para las diversas consultas. Propone una continuidad temática entre las sesiones. Es decir, más que simplemente decir que funciona, esta comprobado que funciona.


El Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (CEETA) tiene su sede central en 46 Plaza, Edificio Agora 3, 1º piso oficina 109 (Ramal Pilar Km 46). Teléfono: 0230-4667175 o al 011-4788-6245. También tiene sedes en Parque Patricios, Barrio Norte, Belgrano, San Isidro, Morón, Lomas de Zamora, Avellaneda y Quilmes, entre otras. Consultas por WHATSAPP: +54 9 11 2376-6633.
 
Director, Propietario y Periodístico:
D. M. B.
Urquiz 123 (3000)
Santa Fe - Santa Fe.
Tel.: 15 3287-8912
Seguinos
BUENA PRAXIS. El Periódico de la Salud © Todos los derechos reservados. web design Triliton