Adultos mayores: secuelas y rehabilitación post infección COVID-19
Si bien todas las edades podrían sufrir algún tipo de secuela al contagiarse de COVID-19, los adultos mayores son los que enfrentan un riesgo significativo. Especialistas de DIM Centros de Salud explican que es posible -en algunos casos- rehabilitarse y recuperarse totalmente tras la infección del coronavirus en pacientes mayores de 65 años.
Los adultos mayores representan casi el 80% de los pacientes en riesgo de hospitalizaciones y consecuencias graves al contagiarse de COVID-19.
Este virus puede hacer cambios en su sistema inmunológico que ya ha perdido fuerza con la edad y hace que sean más susceptibles a infecciones bacterianas y virales. Las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y la obesidad podrían aumentar las complicaciones.
El Dr. Diego Bigatti - médico especialista en Clínica Médica y Geriatría de DIM Centros de Salud (MP: 332708 // MN: 117082) - explica que las secuelas y consecuencias que puede experimentar un adulto mayor al contagiarse de COVID-19 pueden variar, dependiendo, especialmente, del estado previo que tenga el paciente. Si la persona tiene una vida saludable la recuperación va ser bastante rápida y con menores riesgos, pero si la persona tiene un cuadro clínico complejo la situación puede cambiar.
«La infección por COVID -19, como cualquier tipo de infección, tiene una importante repercusión en la persona adulta mayor. En un paciente sano, saludable y robusto hace que se debilite e incluso, superado el cuadro, quedan con mucha fragilidad, debilidad muscular, desnutrición calórico-proteica, además de fragilidad en todo lo que es el sistema cardiorespiratorio y ocasionalmente deterioro cognitivo. Si uno le está encima y lo rehabilita es altamente probable que volvamos a la situación lo más parecido posible a lo previo. Mientras que si la infección por COVID-19 fue en una persona anciana que ya venía frágil de antemano, tiene mayor riesgo de tener complicaciones y de fallecer durante la infección. En caso de lograr superar el cuadro quedan, de todos modos, con un grado de discapacidad bastante importante, tanto secuelas cognitivas graves como físicas».
Para el especialista la situación de la secuela, si es transitoria o permanente, depende de varios factores:
1. Cómo estaba la situación de salud de la persona previo a la infección.
2. Cómo fue la intensidad de la infección.
No es lo mismo llegar a la infección estando sano o frágil previamente, son dos situaciones completamente distintas, ni que hablar si llegamos a la infección por COVID -19 con dependencia severa o con una discapacidad importante. Por otro lado, si la persona previamente a la infección estaba sana pero el virus fue muy grave y requirió terapia intensiva, intubación y mucho tiempo de internación, obviamente esa persona va a salir con bastantes secuelas, que se pueden rehabilitar o tener secuelas persistentes. La combinación de estos dos factores: cómo estaba la salud de la persona previamente y de la magnitud de la infección determinan si el paciente va tener a futuro secuelas transitorias o permanentes por COVID-19.
El también docente de la Universidad Nacional de La Matanza advierte que este tipo de virus tiene un antes y un después en la vida de la persona, tanto en lo personal como en lo emocional. «El envejecimiento del sistema inmune de por sí ya genera predisposición a tener enfermedades autoinmunes o a la aparición de enfermedades metabólicas que no estaban previamente. Muchas veces aparecen cuadros graves como una infección sistémica y generalizada, lo que acelera este proceso de envejecimiento de todo el cuerpo, pero particularmente el sistema inmune, generando la posibilidad de que a futuro aparezcan situaciones de enfermedad que no estaban previamente».
El Dr. Bigatti explica que todos aquellos pacientes que han atravesado una situación grave con intubación y sedación prolongada requieren a futuro una rehabilitación neurocognitiva y apoyo psicológico. «Es muy frecuente que a partir de la hipoxia y el sufrimiento neuronal que hubo aparezcan situaciones nuevas tanto en la personalidad como en las actitudes y por supuesto del rendimiento cognitivo, toda esta situación requiere rehabilitación. Puede suceder que la persona recupere un 100%, que no recupere nada o que se recupere a mitad de camino. Eso dependerá de la magnitud de la infección, de cómo fue el manejo hemodinámico durante la terapia intensiva y, por supuesto, de cómo estaba la persona previa la infección».
¿Es posible la rehabilitación tras la infección del COVID-19 en un adulto mayor? El Dr. Diego Bigatti dice que es rehabilitable en algunos casos, sobre todo si el paciente tiene una dieta saludable, controla sus enfermedades crónicas, hace actividad física y tiene buenos vínculos afectivos y sociales. «Gran parte de las secuelas que quedan a corto plazo de una infección grave tiene que ver con todo lo que fue la crisis y el estrés hiperagudo de la internación en terapia intensiva. Pero esto ya lo hemos visto en otros años con otras infecciones y la posibilidad de recuperación está, no en todos los casos, pero están con lo cual nos obliga a hacer el esfuerzo».