Polietilenglicol, el 'sospechoso' de causar reacciones alérgicas en la vacuna de Pfizer
  
Las reacciones alérgicas graves en al menos 8 personas que han recibido la vacuna COVID-19 producida por Pfizer y BioNTech durante las últimas 2 semanas pueden deberse a un compuesto de la vacuna, el polietilenglicol (PEG), asegura un artículo que se publica en Science. La vacuna de ARNm similar desarrollada por Moderna también contiene este compuesto.

Hasta ahora, el PEG no se había usado nunca en una vacuna aprobada, pero se encuentra en muchos medicamentos que, en ocasiones, producen anafilaxia, una reacción alérgica potencialmente mortal que puede causar erupciones, caída de la tensión arterial, dificultad para respirar y taquicardias.

Algunos alergólogos e inmunólogos creen que una pequeña cantidad de personas previamente expuestas a PEG pueden tener niveles altos de anticuerpos contra PEG, lo que los aumenta su riesgo de una reacción anafiláctica a la vacuna.

«Es algo factible», reconoció la inmunóloga del Consejo Superior de Investigaciones Científicas CSIC de España, Dra. Matilde Cañelles. «Se están llevando a cabo vacunaciones masivas y están apareciendo reacciones alérgicas».

En su opinión el problema «enorme» es la falta de información de los ensayos clínicos de estas dos vacunas. «Los científicos no hemos podido acceder a los datos de estas dos vacunas»

Sin embargo, muchos investigadores se muestran escépticos sobre este vínculo. Aun así, el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EEUU (NIAID) convocó varias reuniones la semana pasada para discutir las reacciones alérgicas con representantes de Pfizer y Moderna, científicos y médicos independientes y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA).

El NIAID también está preparando un estudio en colaboración con la FDA para analizar la respuesta a la vacuna en personas que tienen niveles elevados de anticuerpos anti-PEG o que han experimentado reacciones alérgicas graves a medicamentos o vacunas previamente. «Hasta que sepamos la posible relación debemos ser muy cuidadosos al hablar de eso como un hecho», advirtió el Dr. Alkis Togias, del NIAID.

Desde Pfizer aseguraron que se está «llevando a cabo un seguimiento activo de las personas vacunadas». En un comunicado enviado a Science, la compañía señaló que recomienda que «siempre deben estar disponibles tratamiento médico» en caso de que una persona vacunado desarrolle anafilaxia.

Las reacciones anafilácticas pueden ocurrir con cualquier vacuna, pero son extremadamente raras, aproximadamente una por cada millón de dosis, comentó la Dra. Cañelles. Pero, hasta el pasado 19 de diciembre, en EEUU, ya se han reportado 6 casos de anafilaxia entre las 272.001 personas vacunadas y 2 en Reino Unido. «Supera lo que es habitual», añadió.

Debido a que las vacunas de ARNm de Pfizer y Moderna utilizan una nueva plataforma, algo totalmente nuevo las reacciones requieren un escrutinio cuidadoso, señaló la experta del CSIC.

Sin embargo, la comunicación de estos casos está generando ansiedad entre la población general. «Los pacientes con alergias graves se están poniendo nerviosos ante la posibilidad de que no poder vacunarse, al menos con esas dos vacunas», señaló el Dr. Togias. «Las alergias son comunes entre la población y esta información podría crear una resistencia a vacunarse», agregó el Dr. Janos Szebeni, inmunólogo de la Universidad Semmelweis en Budapest (Hungría), y experto en las reacciones de hipersensibilidad a la PEG.

Entonces, ¿debe seguir la vacunación? Los científicos que creen que la PEG puede ser la culpable enfatizan que la vacunación debe continuar. «Necesitamos vacunarnos», aseguraron. «Tenemos que intentar reducir esta pandemia». Pero se necesitan más datos con urgencia, agregó: «Las próximas semanas serán extremadamente importantes para definir qué hacer».

Los ensayos clínicos de las vacunas de Pfizer y Moderna, que involucraron a decenas de miles de personas, no encontraron eventos adversos graves causados por la vacuna. Pero los estudios excluyeron a personas con antecedentes de alergias a los componentes de las vacunas COVID-19, y Pfizer también descartó a aquellos que previamente habían tenido una reacción adversa grave ante cualquier vacuna. Las personas con reacciones alérgicas previas a alimentos o medicamentos no fueron excluidas, pero pueden haber estado subrepresentadas.

Ambas vacunas contienen ARNm envuelto en nanopartículas lipídicas (LNP) que ayudan a transportarlo a células humanas y que también actúa como adyuvante, un ingrediente de la vacuna que refuerza la respuesta inmunitaria. Los LNP están «PEGilados», unidos químicamente a moléculas de PEG que cubren el exterior de las partículas y aumentan su estabilidad y vida útil.

Los PEG se utilizan para estabilizar el medicamento o, en este caso la vacuna, explicó la Dra. Cañelles. También se emplean en productos de uso diario, como la pasta de dientes y el champú, como espesantes, disolventes, suavizantes y portadores de humedad, y durante décadas se han empleado como laxantes.

Durante mucho tiempo se pensó que los PEG eran biológicamente inertes, pero cada vez más evidencias señalan que no es así. De hecho, hasta un 72% de las personas tiene anticuerpos contra los PEG, presumiblemente como resultado de la exposición a cosméticos y productos farmacéuticos. Y en alrededor del 7%, la cantidad puede ser lo suficientemente alto como para predisponerlos a reacciones anafilácticas.

Mientras tanto, muchos otros científicos no están convencidos de que PEG esté involucrado en absoluto. «Hay mucha exageración cuando se trata del riesgo de PEG», dijo el Dr. Moein Moghimi, investigador de la Universidad de Newcastle (Reino Unido) que sospecha que un mecanismo más convencional está causando las reacciones. «Técnicamente está administrando un adyuvante en el lugar de la inyección para estimular el sistema inmunológico local».

Otros señalan que la cantidad de PEG en las vacunas de ARNm es menor que en la mayoría de los fármacos PEGilados. Y mientras que esos medicamentos a menudo se administran por vía intravenosa, las 2 vacunas COVID-19 se inyectan en un músculo, lo que provoca una exposición tardía y un nivel mucho más bajo de PEG en la sangre, donde se encuentran la mayoría de los anticuerpos anti-PEG.

Sin embargo, las empresas eran conscientes del riesgo. Ya en 2018 Moderna reconoció la posibilidad de «reacciones». Y en un artículo de septiembre, los investigadores de BioNTech propusieron una alternativa al PEG para la administración de ARNm terapéutico, señalando: «La PEGilación de nanopartículas también puede tener desventajas sustanciales en cuanto a actividad y seguridad».

Y si PEG resulta ser el culpable, ¿qué se puede hacer? La Dra. Cañelles cree que una posible solución sería no administrar la vacuna de Pfizer a las personas con antecedentes de alergias. «Hay otras vacunas que llegarán en el futuro».

Sin embargo, no es posible realizar pruebas de detección de anticuerpos anti-PEG en millones de personas antes de vacunarlas. En cambio, las recomendaciones de los Centros de Control de Enfermedades de EEUU (CDC) recomiendan no administrar las vacunas Pfizer o Moderna a nadie con antecedentes de reacción alérgica grave a cualquier componente de la vacuna.

En las personas que han experimentado una reacción grave a otra vacuna o medicamento inyectable, los riesgos y beneficios de la vacunación deben sopesarse cuidadosamente, dijeron desde la CDC.

«Al menos la anafilaxia es algo que ocurre rápidamente», afirmó la Dra. Cañelles. «Las personas que puedan tener un alto riesgo de sufrir una reacción anafiláctica deben permanecer en el sitio de vacunación durante 30 minutos después de la inyección para que puedan recibir tratamiento si es necesario».

¿Y se podría sustituir este compuesto? La experta del CSIC cree que sí sería posible, y es más que probable que Pfizer lo esté analizando. «El 'truco' de Moderna es que usa concentraciones más elevadas de ARN, por eso es más cara, y no necesita concentraciones de estabilizadoras altas como la de Pfizer. El resto de las vacunas que están en investigación no tendrán este problema», señaló


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