Noruega advierte de los riesgos de la vacuna en mayores de 80 años
  
El Gobierno noruego ha disparado algunas alarmas. ¿Y si la vacuna no fuese segura para los mayores de 80 años que están enfermos? Es una de las hipótesis que están evaluando en el país, después de que 23 personas, de avanzada edad y salud frágil, hayan muerto al poco tiempo de recibir la primera dosis de la inyección. "Para aquellos con un estado de salud frágil, incluso los efectos secundarios relativamente leves de la vacuna pueden tener graves consecuencias", afirmó el Instituto Noruego de Salud Pública.

La autopsia realizada a más de la mitad de los fallecidos revela que el fallecimiento puede estar relacionado con los efectos secundarios comunes que pueden tener estos fármacos en personas con situaciones delicadas de salud, según a firma la Agencia Noruega de Medicamentos, que pueden ascender hasta un total de 29. "De los 13 cuyas muertes se han relacionado con efectos secundarios, 9 de ellos tuvieron una reacción muy grave al pinchazo y 7 más leve", afirmó el director médico de la institución, Steinar Madsen, al medio radial nacional noruego NRK.

Por el momento, Noruega ha administrado, desde el pasado 28 de diciembre, la primera dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech a unas 33.000 personas, la mayoría de ellas ancianos, por considerarse que son los que están en mayor riesgo si contraen el virus. "Parece que algunos de estos pacientes sufren efectos secundarios tan graves en forma de fiebre y malestar que pueden conducir a una enfermedad muy grave o a la muerte", aseveró Madsen.

Por eso, ahora la misma Agencia Noruega de Medicamentos pone en entredicho la utilidad de la inyección en personas cuyo estado de salud sea muy grave y padezcan patologías como afecciones cardíacas avanzadas, demencia o enfermedad pulmonar obstructiva crónica. "Para aquellos que tienen un período de vida restante muy corto de todos modos, el beneficio de la vacuna puede ser marginal o irrelevante".

No obstante, los médicos quieren hacer especial hincapié en que son casos raros y aislados, no determinantes como parar la inmunización del país. "No debemos alarmarnos. Está bastante claro que estas vacunas tienen muy poco riesgo, con una pequeña excepción para los pacientes más frágiles", dijo Madsen.

Lo que sí piden es que se revise el orden de vacunación y se tenga en cuenta cada caso antes de administrar las dosis. "Los médicos ahora deben considerar cuidadosamente quién debe vacunarse. Aquellos que son muy frágiles y están al final de la vida pueden ser vacunados después de una evaluación individual".

En otros países, como en Estados Unidos, están investigando casos similares pero todavía están sin confirmar. Allí un médico de 56 años del Centro Médico Mount Sinai de Miami, murió 16 días después de recibir la vacuna y desarrolló un trastorno sanguíneo poco común.
 
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