Recomendaciones para un regreso seguro a las aulas
La pandemia signó el 2020 en múltiples dimensiones, y una de las más importantes fue la búsqueda de adaptar aquellas actividades que demandaban presencialidad en un contexto donde la reducción de la circulación fue fundamental para mermar el impacto del virus. La educación no fue ajena a esto: tras un año entero de reconversión a la virtualidad para dar continuidad a las clases, en muchos distritos del país el regreso a las aulas aparece como un hecho. Y en este regreso, es importante sostener los cuidados para protegernos entre todos. Veamos.
Los niños y niñas a partir de los 2 años pueden utilizar barbijos siempre y cuando sean capaces de poder sacárselos por sí mismos. Los barbijos deben cubrir perfectamente boca, nariz y mentón, sin dejar aperturas en los laterales para evitar el ingreso y egreso del virus.
Es importante reforzar en niños, niñas y adolescentes el correcto lavado de manos con agua y jabón o alcohol en gel cada vez que: manipulan su barbijo; tocan superficies que puedan estar contaminadas; antes y después de comer; antes y después de ir al baño.
Los y las estudiantes deben mantener distancia de otras personas idealmente de 2 metros y no compartir juguetes, elementos escolares o alimentos con sus compañeros. Si tosen o estornudan deben hacerlo en el pliegue del codo sin sacarse el barbijo y lavarse las manos o usar alcohol gel luego de hacerlo.
Es importante que los padres y docentes estén atentos a cualquier síntoma que haga sospechar la presencia del virus. En ese caso no concurrir al colegio y contactar a las autoridades sanitarias correspondientes en cadajurisdicción para tomar las medidas del caso.
Si el personal de la escuela o el niño estuvieran en contacto estrecho con alguna persona diagnosticada con COVID-19 o con sospecha tampoco debe concurrir a clases hasta que la autoridad sanitaria lo disponga.
Es importante la consulta al pediatra para poner al día el carnet de vacunas y evaluar la necesidad de chequear la agudeza visual, auditiva, el peso y la talla del niño, el estado dentario y cardiológico entre otros. Los consultorios cumplen con los protocolos adecuados y circuitos diferenciados de pacientes con o sin sospecha de COVID.
Los niños y niñas suelen presentar síntomas semejantes a los adultos. En general, las manifestaciones clínicas suelen ser más leves en pediatría, con la presencia de tos, fiebre, dolor de garganta, cefalea, y cuadros gastrointestinales como dolor abdominal, diarrea y vómitos. La falta de olfato y las alteraciones en el gusto son más frecuentes de documentar en la población adulta o en los adolescentes.
Otros síntomas pueden ser la dificultad para respirar, dolores musculares, cansancio, lesiones cutáneas. La fiebre no está presente en el 100 % de los casos por lo que la ausencia de la misma no descarta coronavirus.
Todos estos síntomas pueden ser similares a otras infecciones como la gripe, la faringitis estreptocócica, las gastroenteritis alimentarias o infecciosas, cuadros alérgicos, pero en el contexto de la pandemia es importante sospechar siempre, descartar la posibilidad de coronavirus y mantenerse alejado de otras personas hasta que se confirma o descarta.
Lo más importante es que no concurran al colegio y permanezcan aislados en su hogar y consulten al 107 en CABA, al 148 en Provincia de Buenos Aires o a su pediatra de cabecera que indicará los pasos a seguir.
Hay que considerar que niños, niñas y adolescentes con ciertas patologías de base tienen mayor riesgo al enfermarse de COVID-19. Es por esto que aquellos chicos y chicas con cardiopatías, enfermedades pulmonares, oncohematológicas, renales crónicas, trasplantados o diabéticos deben consultar antes de concurrir a clases presenciales para evaluar el riesgo beneficio de concurrir a la escuela en forma presencial.
Los cuidados
El COVID-19 se disemina durante el contacto cercano, a través de las gotas respiratorias que liberamos al hablar, toser, estornudar, por ejemplo, y se puede propagar a través del aire en ambientes con muchas personas y poca ventilación o por tocar superficies u objetos contaminados. Por eso es fundamental que el regreso a las aulas pueda tener continuidad y esté basado en el cuidados de los niños y niñas, la familia y el personal educativo.
Los niños y niñas a partir de los 2 años pueden utilizar barbijos siempre y cuando sean capaces de poder sacárselos por sí mismos. Los barbijos deben cubrir perfectamente boca, nariz y mentón, sin dejar aperturas en los laterales para evitar el ingreso y egreso del virus.
Es importante reforzar en niños, niñas y adolescentes el correcto lavado de manos con agua y jabón o alcohol en gel cada vez que: manipulan su barbijo; tocan superficies que puedan estar contaminadas; antes y después de comer; antes y después de ir al baño.
Los y las estudiantes deben mantener distancia de otras personas idealmente de 2 metros y no compartir juguetes, elementos escolares o alimentos con sus compañeros. Si tosen o estornudan deben hacerlo en el pliegue del codo sin sacarse el barbijo y lavarse las manos o usar alcohol gel luego de hacerlo.
Es importante que los padres y docentes estén atentos a cualquier síntoma que haga sospechar la presencia del virus. En ese caso no concurrir al colegio y contactar a las autoridades sanitarias correspondientes en cadajurisdicción para tomar las medidas del caso.
Si el personal de la escuela o el niño estuvieran en contacto estrecho con alguna persona diagnosticada con COVID-19 o con sospecha tampoco debe concurrir a clases hasta que la autoridad sanitaria lo disponga.
No olvidar los controles habituales
La pandemia ha retrasado los controles habituales que se realizan a los niños y se ha producido una disminución significativa del porcentaje de niños vacunados con las vacunas del calendario nacional que son gratuitas y obligatorias. Esto trae aparejado la aparición de algunas infecciones que habían disminuido francamente con la vacunación.
Es importante la consulta al pediatra para poner al día el carnet de vacunas y evaluar la necesidad de chequear la agudeza visual, auditiva, el peso y la talla del niño, el estado dentario y cardiológico entre otros. Los consultorios cumplen con los protocolos adecuados y circuitos diferenciados de pacientes con o sin sospecha de COVID.
¿Qué hacer frente a la aparición de síntomas?
Los niños y niñas en su mayoría presentan cuadros asintomáticos o casos leves. Aunque los casos pediátricos graves son menores, es importante no descuidar ningún cuidado debido a la posibilidad de contagio a otros compañeros o adultos.
Los niños y niñas suelen presentar síntomas semejantes a los adultos. En general, las manifestaciones clínicas suelen ser más leves en pediatría, con la presencia de tos, fiebre, dolor de garganta, cefalea, y cuadros gastrointestinales como dolor abdominal, diarrea y vómitos. La falta de olfato y las alteraciones en el gusto son más frecuentes de documentar en la población adulta o en los adolescentes.
Otros síntomas pueden ser la dificultad para respirar, dolores musculares, cansancio, lesiones cutáneas. La fiebre no está presente en el 100 % de los casos por lo que la ausencia de la misma no descarta coronavirus.
Todos estos síntomas pueden ser similares a otras infecciones como la gripe, la faringitis estreptocócica, las gastroenteritis alimentarias o infecciosas, cuadros alérgicos, pero en el contexto de la pandemia es importante sospechar siempre, descartar la posibilidad de coronavirus y mantenerse alejado de otras personas hasta que se confirma o descarta.
Lo más importante es que no concurran al colegio y permanezcan aislados en su hogar y consulten al 107 en CABA, al 148 en Provincia de Buenos Aires o a su pediatra de cabecera que indicará los pasos a seguir.
Hay que considerar que niños, niñas y adolescentes con ciertas patologías de base tienen mayor riesgo al enfermarse de COVID-19. Es por esto que aquellos chicos y chicas con cardiopatías, enfermedades pulmonares, oncohematológicas, renales crónicas, trasplantados o diabéticos deben consultar antes de concurrir a clases presenciales para evaluar el riesgo beneficio de concurrir a la escuela en forma presencial.
Autor: Dra. María Teresa Rosanova. Jefa de Clínica del Servicio de Epidemiología e Infectología
del Hospital de Pediatría Garrahan
del Hospital de Pediatría Garrahan