¿Hay que vacunarse primero contra la COVID-19 o contra la gripe?
En pocos días empieza a sentirse el otoño en el hemisferio sur, y este año se abre con una disyuntiva: ¿hay que vacunarse primero contra la COVID-19 o contra la gripe? En base a la evidencia aportada por los ensayos clínicos sobre las vacunas, la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria recomendó que se le debe dar prioridad a la vacuna contra el coronavirus, y esperar al menos 14 días para recibir la inmunización contra la gripe y el neumococo.
«En este año tan particular, es prioritario que las personas con enfermedades respiratorias reciban la vacunación contra COVID-19 sin descuidar las vacunaciones tradicionales de invierno. Si bien no existen hasta el momento reportes de reacciones adversas graves por la administración conjunta de las vacunas, se sugiere espaciar las vacunaciones para vigilar los efectos adversos», alertó la entidad médica que fue creada en 1999.
El aparato respiratorio del ser humano está expuesto a aproximadamente a 10.000 litros por día de diferentes elementos en suspensión, incluyendo virus y otros microorganismos presentes en el aire que se respira, pero las vías aéreas poseen poderosos mecanismos de vigilancia y protección que evitan muchas infecciones.
Pero durante la época más fría del año, hay condiciones ambientales -como el compartir más tiempo en lugares cerrados- que hacen que sean más frecuentes las infecciones por el virus de la gripe o por la bacteria del neumococo. El virus de la gripe se transmite de una persona a otra, fundamentalmente por gotitas provenientes de la vía respiratoria de una persona enferma, a través de la tos, estornudos o simplemente cuando habla.
El neumococo puede producir enfermedades leves como la otitis y la sinusitis, y graves como la neumonía. Se transmite de una persona afectada a otras personas al toser o estornudar.
En el caso de la vacuna para la gripe, se administra para reducir el riesgo de complicaciones, hospitalizaciones, muertes y secuelas. El personal de salud, las personas mayores de 65 años, las embarazadas, las mujeres que han tenido un parto recientemente, y las personas de 2 a 64 años con factores de riesgo deben recibir una dosis, de acuerdo con el Calendario oficial del Ministerio de Salud de la Nación.
En tanto, la vacuna para el neumococo, según el Ministerio de Salud de la Nación debe ser recibida por personas mayores 65 años, personas de 5 a 64 años que sean inmunocomprometidos (por inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, infección por VIH, insuficiencia renal crónica, entre otros trastornos), o que tengan cardiopatía crónica, enfermedad pulmonar crónica, diabetes, alcoholismo, enfermedad hepática crónica y tabaquismo.
«Nuestra recomendación es para todos los pacientes con riesgo de complicaciones tanto para COVID-19 como para gripe. Primero deberían vacunarse para prevenir la COVID-19. Si reciben el turno para la vacunación de COVID, deben diferir la vacuna contra el neumococo y la vacuna antigripal», dijo la Dra. Laura Pulido, de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria.
«Sugerimos en caso de haber recibido esquema completo para COVID esperar 14 días para vacunación antigripal y/o antineumocóccica (que pueden darse juntas)», señalaron desde la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria. En caso de haber recibido la primera dosis contra COVID-19, hay que esperar a recibir la segunda dosis contra COVID-19 y luego 15 días para vacunación antigripal y/o antineumocóccica.
Si la persona con enfermedad respiratoria está en lista de espera sin fecha definida para vacuna contra la COVID-19, puede recibir la vacunación contra el neumococo y la antigripal, según la sección científica de infecciones respiratorias de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria que para dar las recomendaciones se basó en el Manual del Vacunador Sputnik V del Ministerio de Salud y de las recomendaciones del Centro de Control de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos.
«En este año tan particular, es prioritario que las personas con enfermedades respiratorias reciban la vacunación contra COVID-19 sin descuidar las vacunaciones tradicionales de invierno. Si bien no existen hasta el momento reportes de reacciones adversas graves por la administración conjunta de las vacunas, se sugiere espaciar las vacunaciones para vigilar los efectos adversos», alertó la entidad médica que fue creada en 1999.
El aparato respiratorio del ser humano está expuesto a aproximadamente a 10.000 litros por día de diferentes elementos en suspensión, incluyendo virus y otros microorganismos presentes en el aire que se respira, pero las vías aéreas poseen poderosos mecanismos de vigilancia y protección que evitan muchas infecciones.
Pero durante la época más fría del año, hay condiciones ambientales -como el compartir más tiempo en lugares cerrados- que hacen que sean más frecuentes las infecciones por el virus de la gripe o por la bacteria del neumococo. El virus de la gripe se transmite de una persona a otra, fundamentalmente por gotitas provenientes de la vía respiratoria de una persona enferma, a través de la tos, estornudos o simplemente cuando habla.
El neumococo puede producir enfermedades leves como la otitis y la sinusitis, y graves como la neumonía. Se transmite de una persona afectada a otras personas al toser o estornudar.
En el caso de la vacuna para la gripe, se administra para reducir el riesgo de complicaciones, hospitalizaciones, muertes y secuelas. El personal de salud, las personas mayores de 65 años, las embarazadas, las mujeres que han tenido un parto recientemente, y las personas de 2 a 64 años con factores de riesgo deben recibir una dosis, de acuerdo con el Calendario oficial del Ministerio de Salud de la Nación.
En tanto, la vacuna para el neumococo, según el Ministerio de Salud de la Nación debe ser recibida por personas mayores 65 años, personas de 5 a 64 años que sean inmunocomprometidos (por inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, infección por VIH, insuficiencia renal crónica, entre otros trastornos), o que tengan cardiopatía crónica, enfermedad pulmonar crónica, diabetes, alcoholismo, enfermedad hepática crónica y tabaquismo.
«Nuestra recomendación es para todos los pacientes con riesgo de complicaciones tanto para COVID-19 como para gripe. Primero deberían vacunarse para prevenir la COVID-19. Si reciben el turno para la vacunación de COVID, deben diferir la vacuna contra el neumococo y la vacuna antigripal», dijo la Dra. Laura Pulido, de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria.
«Sugerimos en caso de haber recibido esquema completo para COVID esperar 14 días para vacunación antigripal y/o antineumocóccica (que pueden darse juntas)», señalaron desde la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria. En caso de haber recibido la primera dosis contra COVID-19, hay que esperar a recibir la segunda dosis contra COVID-19 y luego 15 días para vacunación antigripal y/o antineumocóccica.
Si la persona con enfermedad respiratoria está en lista de espera sin fecha definida para vacuna contra la COVID-19, puede recibir la vacunación contra el neumococo y la antigripal, según la sección científica de infecciones respiratorias de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria que para dar las recomendaciones se basó en el Manual del Vacunador Sputnik V del Ministerio de Salud y de las recomendaciones del Centro de Control de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos.