Humo de Tercera Mano: la amenaza menos conocida
  
Según un relevamiento de la Asociación Argentina de Tabacología (AsAT) realizado en mayo de 2021 sobre hábitos tabáquicos, conocimiento y percepciones acerca de los distintos tipos de residuos del cigarrillo, su duración y efectos, sólo el 14% de los encuestados reconoció el concepto 'Humo de Tercera Mano'. También se detectaron percepciones incorrectas acerca de que las partículas dañinas derivadas del humo en el ambiente tienen una corta duración y que fumar afuera evita riesgos para los convivientes .[/tit]
La ciencia médica actual diferencia a los residuos producidos por el fumar en tres tipos de humo: el Humo de Primera Mano (HPM), que es aquel que inhala la persona fumadora; el Humo de Segunda Mano (HSM) que es al que se está expuesto al compartir espacio con alguien que está fumando y resulta de la combinación del humo del cigarrillo encendido y el exhalado por un fumador (también se lo conoce como 'fumador pasivo'); finalmente, un concepto más actual es el de Humo de Tercera Mano (HTM), que está compuesto por partículas residuales provenientes del humo exhalado por el fumador y las del humo generado por la combustión del cigarrillo (HSM), a las cuales se suman nuevas sustancias químicas que se generan a partir de la nicotina y su interacción con componentes presentes en el ambiente y que alcanzan un grado de toxicidad que es incluso mayor que el humo exhalado por los fumadores.

Según la encuesta realizada por AsAT sobre HTM, de la que participaron 1526 personas de entre 10 y 90 años de edad, menos del 14% tiene conocimiento sobre el concepto de HTM. La noción de HPM fue reconocida por menos del 50% de los participantes y sólo el 32% reconoció al HSM, si bien el 97% declaró conocer el concepto de 'Fumador Pasivo'. Esto indica que hay un importante desconocimiento respecto los componentes dañinos menos visibles del cigarrillo, presentes en el HTM.

Es un dato muy significativo si se tiene en cuenta que en el total de participantes había fumadores (12%), no fumadores (43%) y ex fumadores (45%), que en el 55% de los hogares encuestados habitan menores de edad y que más del 50% de los hogares está en contacto con fumadores actuales, entre los encuestados fumadores y aquellos que reciben visitas de familiares o empleados fumadores.

«Es un conjunto de datos interesantes que nos plantea un territorio amplio para dirigir nuestros esfuerzos en apoyo a la cesación tabáquica, desde la consulta y el trabajo con pacientes, la capacitación profesional y las campañas de difusión. El relevamiento nos dio una radiografía muy clara sobre los conocimientos y sobre todos los mitos y creencias que tienen fumadores y no fumadores acerca del alcance del cigarrillo y sus efectos», señaló la Dra. Julieta Cassone, médica psiquiatra (M.N 100.141) y presidente de AsAT.

Mitos versus verdades
«Las partículas del HTM son muy pequeñas y permanecen luego de disiparse el humo visible, absorbidas por el pelo, la piel, indumentaria y otros textiles (ropa de cama y baño, alfombrados y tapices), incluso muebles, paredes y yeso. Pueden quedar impregnadas por horas, días, meses e incluso años en las distintas superficies si no son lavadas diariamente con agua y jabón o detergente, a pesar de haber una buena ventilación del ambiente», explicó la Dra. Ana Balanzat, médica especialista en Pediatría y Neumología Infantil (M.N 47.523) y vicepresidente 1° de AsAT.

En el relevamiento se detectó que la mayoría de los participantes no cree que esto sea así. El 65% de los encuestados manifestó creer que en menos de 24hs se eliminan las partículas dañinas derivadas del consumo de cigarrillo. Del 35% que cree que persisten más tiempo, el 16% les dio hasta un mes de persistencia y solo el 12% cree que duran más de 6 meses.

Esto permite detectar que tanto en población fumadora como no fumadora existe la creencia incorrecta acerca de una corta duración de las partículas dañinas derivadas del humo en los ambientes.

Asimismo, la mayoría de la población encuestada coincidió en la permanencia en el mobiliario del humo de tabaco, pero hay una importante creencia en que fumar afuera minimiza el riesgo y que ventilar bien es suficiente para 'sacar' el humo. El 32% cree que fumar afuera evita riesgos para los convivientes, y el 48% cree que abrir las ventanas es suficiente para erradicar el humo del tabaco, desconociendo que el HTM viaja a casa con los fumadores y no se remueve con la ventilación.

Según el relevamiento de AsAT, el 80% de los participantes piensa que está expuesto a problemas derivados del humo en situaciones de 'simultaneidad' con alguien que fuma, pero menos del 40% cree estar expuesto a estos problemas cuando no está frente al humo al momento de su generación, en situaciones como por ejemplo compartir el ambiente con alguien que fumó en otro espacio, compartir objetos o ropa con un fumador o compartir vehículo con personas fumadoras, aunque no estén fumando en ese momento.

«Esto señala un mayoritario desconocimiento del riesgo vinculado a HTM, cuyas partículas además de impregnarse en objetos de ambientes donde se fuma son susceptibles de ser trasladadas de un lado a otro -y de una persona a otra- a través de la indumentaria, piel, pelo, del familiar o visitas de persona fumadoras impregnados por las partículas del HTM. Sabemos que también se trasladan a través de conductos de aire, paredes y en los automóviles. Desde las superficies, las partículas de HTM ingresan al organismo por vía inhalatoria, dérmica e incluso digestiva. La evidencia científica señala que con fumar afuera o abrir la ventana no alcanza. Se hace cada vez más necesaria la cesación tabáquica, por uno mismo y por quienes nos rodean, sean niños, adultos e incluso animales de compañía», agregó la Dra. Balanzat.

Por último, la investigación indagó acerca del reconocimiento de distintos efectos causados por el tabaco en adultos y en niños, indicando que existe un reconocimiento general sobre el daño producido por el tabaco, aunque falta cierta información respecto a los daños en menores de edad y bebés en gestación.

«El HTM, su permanencia y su capacidad para 'moverse' entre espacios y personas muestra que fumar afuera no es la solución para evitar ni reducir los riesgos que conlleva el tabaco. El proceso de cesación tabáquica comienza con la decisión de dejar de fumar, pero mucha gente cree que no puede lograrlo, especialmente quienes intentaron abandonar el hábito solos y fracasaron. No existe una manera 'correcta' para dejar el cigarrillo, los tratamientos efectivos actualmente combinan tratamientos farmacológicos y terapias cognitivo conductuales y hoy, en este contexto especial de pandemia, se puede acceder a ellas a través de la telemedicina», indicó la Dra. Cassone.

AsAT está integrada por profesionales de diferentes especialidades que brindan asistencia en cesación tabáquica, tanto presencial como a través de medios digitales, pudiendo liderar los tratamientos de 'telecesación o teleintervención tabáquica' en forma telefónica u online.
 
Director, Propietario y Periodístico:
D. M. B.
Urquiz 123 (3000)
Santa Fe - Santa Fe.
Tel.: 15 3287-8912
Seguinos
BUENA PRAXIS. El Periódico de la Salud © Todos los derechos reservados. web design Triliton