La OMS exige a los países ricos suspender los planes de una tercera dosis y donar esas vacunas
La Organización Mundial de la Salud (OMS) exigió este miércoles 04/8, a los países ricos que suspendan "por lo menos hasta fines de septiembre" sus planes de otorgar una tercera dosis contra el coronavirus, indicó que no hay evidencias que esto mejore la eficacia de inmunización contra el virus e instó a donar esas vacunas a aquellos Estados que tienen más dificultades en el acceso.
"Necesitamos cambiar las cosas urgentemente: que la mayoría de vacunas dejen de ir a los países ricos para que vayan a los pobres", declaró en conferencia de prensa el director general del organismo, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
En este marco, señaló que la suspensión de esta inoculación de refuerzo tendría que durar "al menos hasta finales de septiembre" para de este modo "permitir así la inmunización de al menos el 10% de la población de cada país del mundo".
Israel fue el primero en ofrecer una dosis de refuerzo para los mayores de 60 años que recibieron la última inyección hace por lo menos cinco meses.
"La decisión se basó en una investigación y un análisis considerable, así como en el aumento y el riesgo de la variante Delta. Israel ya administró a 2.000 personas inmunodeprimidas con una tercera dosis sin efectos adversos graves y ahora estamos lanzando una campaña nacional", argumentó el primer ministro Naftali Bennet.
Las autoridades alemanas ya anunciaron una medida similar para personas inmunodeprimidas, adultos mayores y el personal sanitario que trabaje con estos colectivos, lo que empezará a ponerse en marcha a principios del mes pasado.
Francia y Reino Unido planean hacer lo mismo, según medios locales, ante la expansión de la variante Delta que incrementó el número de casos, pero no de fallecidos gracias justamente al avance de las campañas de inmunización.
En la región, Uruguay es el primer país en avanzar con la idea de una tercera dosis.
El Ministerio de Salud abrió este lunes en su sitio de internet el registro en línea para asignar turnos para aplicar una dosis de refuerzo contra el coronavirus a personas que ya recibieron las dos del inmunizante chino Sinovac o que tienen ciertas condiciones clínicas que las convierte en grupo de riesgo.
La idea de una dosis de refuerzo fue avalada, sin mucha sorpresa, por Pfizer.
La farmacéutica, que la semana pasada elevó cerca de un 30% sus proyecciones de ingresos para este año, anunció que una tercera inyección administrada al menos 6 meses después de la segunda "provoca títulos neutralizantes contra la variante Delta, que es más de 5 veces mayor en personas más jóvenes y más de 11 veces mayor en personas mayores que después de dos dosis".
El CEO de la empresa estadounidense, Albert Bourla, ya habló de una "revacunación anual" contra la COVID-19 en una entrevista con la cadena CNBC, al igual que el máximo directivo de Johnson & Johnson, Alex Gorsky, que adelantó la idea de una inmunización cada año como ocurre con la gripe estacional.
"Necesitamos cambiar las cosas urgentemente: que la mayoría de vacunas dejen de ir a los países ricos para que vayan a los pobres", declaró en conferencia de prensa el director general del organismo, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
En este marco, señaló que la suspensión de esta inoculación de refuerzo tendría que durar "al menos hasta finales de septiembre" para de este modo "permitir así la inmunización de al menos el 10% de la población de cada país del mundo".
Israel fue el primero en ofrecer una dosis de refuerzo para los mayores de 60 años que recibieron la última inyección hace por lo menos cinco meses.
"La decisión se basó en una investigación y un análisis considerable, así como en el aumento y el riesgo de la variante Delta. Israel ya administró a 2.000 personas inmunodeprimidas con una tercera dosis sin efectos adversos graves y ahora estamos lanzando una campaña nacional", argumentó el primer ministro Naftali Bennet.
Las autoridades alemanas ya anunciaron una medida similar para personas inmunodeprimidas, adultos mayores y el personal sanitario que trabaje con estos colectivos, lo que empezará a ponerse en marcha a principios del mes pasado.
Francia y Reino Unido planean hacer lo mismo, según medios locales, ante la expansión de la variante Delta que incrementó el número de casos, pero no de fallecidos gracias justamente al avance de las campañas de inmunización.
En la región, Uruguay es el primer país en avanzar con la idea de una tercera dosis.
El Ministerio de Salud abrió este lunes en su sitio de internet el registro en línea para asignar turnos para aplicar una dosis de refuerzo contra el coronavirus a personas que ya recibieron las dos del inmunizante chino Sinovac o que tienen ciertas condiciones clínicas que las convierte en grupo de riesgo.
La idea de una dosis de refuerzo fue avalada, sin mucha sorpresa, por Pfizer.
La farmacéutica, que la semana pasada elevó cerca de un 30% sus proyecciones de ingresos para este año, anunció que una tercera inyección administrada al menos 6 meses después de la segunda "provoca títulos neutralizantes contra la variante Delta, que es más de 5 veces mayor en personas más jóvenes y más de 11 veces mayor en personas mayores que después de dos dosis".
El CEO de la empresa estadounidense, Albert Bourla, ya habló de una "revacunación anual" contra la COVID-19 en una entrevista con la cadena CNBC, al igual que el máximo directivo de Johnson & Johnson, Alex Gorsky, que adelantó la idea de una inmunización cada año como ocurre con la gripe estacional.