Pérdida de memoria: cómo distinguir los olvidos normales de los patológicos
  
Especialistas aseguran que existen distintos tipos. La depresión y la ingesta de ciertos medicamentos pueden provocarlos. Cuándo consultar con un médico.

A medida que avanzamos en edad, aparece la posibilidad de olvidarnos una y otra vez de las cosas, y rápidamente surge el temor de padecer alguna forma de demencia, como el Alzheimer. En el caso de sentir que estamos perdiendo la memoria, una revisión médica siempre resulta razonable. Sin embargo, es tranquilizador saber que existen algunas diferencias entre el olvido "normal" y los denominados trastornos patológicos de la memoria, tal como aparecen en las formas tempranas de demencia.

El neurólogo Michael Lorrain comenta que un ejemplo es la utilización de ayudas nemotécnicas, según explica en un video de la Asociación Iniciativa de Investigación del Alzheimer, en Alemania. Allí, el especialista indica que estas notas, en las que se apuntan cosas que uno no debe olvidar de hacer, van perdiendo progresivamente utilidad en formas tempranas de demencia. «Las personas anotan algo, pero luego ya no recuerdan qué significación tiene y en qué contexto lo hicieron», detalla el especialista en diálogo con DPA (Agencia Alemana de Prensa).

También hay diferencias a la hora de colocar las cosas en algún sitio. En los trastornos patológicos de la memoria, las personas afectadas pondrán objetos frecuentemente en sitios donde en realidad no corresponden en absoluto y lo olvidarán. Así, por ejemplo, el manojo de las llaves termina dentro de la heladera.

Además, el neurólogo puntualiza que un límite entre un olvido "normal" y uno patológico es que, en el primer caso, los contenidos olvidados reaparecen en la memoria en el corto o largo plazo. Sin embargo, en el caso del Alzheimer y de otras formas de demencia, permanecerán desaparecidos para siempre.

El Dr. Lorrain afirma que «muchas personas no son conscientes de que también hay motivos no tan patológicos para una falta de memoria más elevada de lo normal». Y en el primer lugar, dice, hay que nombrar la depresión. «Los trastornos de la memoria causados por la depresión se muestran, en principio, completamente idénticos a los síntomas iniciales de la demencia», agrega el neurólogo.

Los olvidos también pueden ser causados por déficits cognitivos leves, pero estos no implican una demencia. Sin embargo, muchos de los afectados desarrollan posteriormente esa patología.

La asociación profesional de neurólogos alemanes indica que las perturbaciones de la memoria también pueden ser causadas por medicamentos. Por lo general, estos trastornos retroceden una vez que se dejan de ingerir los fármacos.

El diagnóstico de una demencia
Las revisiones médicas son recomendables para aportar claridad. «Cuando las personas van al médico porque olvidan cosas, esto debe ser tomado en serio», asegura el especialista.

La primera consulta es, por lo general, con el médico de cabecera. Posteriormente, de ser necesario, seguirá una derivación al neurólogo o al psiquiatra. En tanto, las clínicas gerontopsiquiátricas y las llamadas clínicas de la memoria también ofrecen consultas para pacientes con estas afecciones.

Lo ideal es que quien realiza la consulta concurra al médico junto con una persona cercana, que esté al tanto de sus hábitos y rutinas, porque esto ayudará al especialista a avanzar en una evaluación.

Para efectuar el diagnóstico también se realizará una revisión corporal, un análisis de sangre, tests de memoria y, llegado el caso, estudios del cerebro mediante técnicas de imágenes como, por ejemplo, una tomografía computada.
 
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