Cómo superar la adicción al celular
A cada rato se nos desvía la mirada al teléfono celular. No importa si estamos en medio de una conversación, clase o reunión. Parece un tic, pero es una necesidad: comprobar a cada rato si hay alguna novedad. Nuestros teléfonos inteligentes nos están convirtiendo en dependientes a la dopamina, asegura una experta en adicciones.
Como jefa de la Clínica de Adicción de la Universidad estadounidense de Stanford (que atiende a personas con más de un trastorno), la Dra. Anna Lembke pasó más de 25 años tratando a pacientes adictos a todo: desde heroína, juegos de azar y sexo hasta videojuegos y bótox.
La psiquiatra de 53 años ya escribió un polémico libro sobre la epidemia de medicamentos recetados. Fue una de las primeras en advertir que los médicos indicaban "dosis cada vez más altas y peligrosas para periodos más largos", presionados por el marketing de las farmacéuticas.
Expuso en Ted Talks sobre la crisis de opioides en Estados Unidos y apareció como una referente en el documental de Netflix de 2020 The Social Dilemma para hablar sobre "la droga que es la red social". La Dra. Lembke es reconocida por explicar de forma sencilla por qué nos enganchamos a las cosas y cómo podemos disfrutar de aspectos placenteros en dosis más saludables.
Su nuevo libro, Dopamine Nation, hace hincapié en que ahora todos somos adictos hasta cierto punto al "teléfono inteligente" que ella denomina como la "aguja hipodérmica moderna": recurrimos a él buscando atención, validación y distracción con cada notificación, "me gusta" y posteo en tweet o Instagram. "No hay duda de que un vehículo como las redes sociales, que optimiza la conexión entre las personas, tenga el potencial de ser adictivo", opina la psiquiatra.
Desde el cambio de milenio, las adicciones conductuales (en contraposición a las sustancias) se dispararon. Cada segundo libre es una oportunidad para ser estimulado, ya sea entrando en el vórtice de TikTok, desplazándose por Instagram, deslizando por Tinder o con atracones en pornografía, juegos de azar en línea y compras electrónicas. "Estamos viendo una gran explosión en el número de personas que lucha con adicciones menores", reconoce la Dra. Lembke a The Guardian.
Esta manipulación de nuestros sistemas de dopamina es el motivo por el que muchos expertos, como la Dra. Lembke, afirmen que estamos desarrollando adicciones de comportamiento con nuestros celulares.
"Con la adicción, sabemos que alrededor del 50% se debe a la disposición genética, y el otro 50% proviene de factores ambientales como el acceso a la fuente de adicción", señala la especialista. "Nuestros cerebros no han cambiado mucho a lo largo de los siglos, pero el acceso a cosas adictivas sin dudas sí. Mientras que nuestros antepasados ponían todos sus esfuerzos en la búsqueda de un compañero y de un plato sabroso, ahora podemos encontrar eso, y mucho más con el clic de una aplicación", resume.
"Los datos muestran que cada vez estamos menos contentos", dice. Las tasas mundiales de depresión aumentaron significativamente en los últimos 30 años y, según un Informe Mundial de la Felicidad, las personas en los países de altos ingresos se volvieron más infelices en la última década.
Nos olvidamos cómo es estar a solas con nuestros pensamientos. Siempre estamos "interrumpiéndonos a nosotros mismos", asegura al psiquiatra. Para muchos, la pandemia exacerbó la dependencia de las redes sociales y otros vicios digitales, así como del alcohol y las drogas.
Aquí van algunos consejos para controlar el hábito de pasar demasiado tiempo con el celular:
🔴 Guardar el teléfono en cajón cerrado.
🔴 Comenzar con un período de ayuno, desde 24 horas hasta un mes (cuanto más tiempo, mejor).
🔴 Asegurarse de que no se pueda acceder a "la cosa" durante las primeras 12 horas, cuando los antojos son más agudos.
El propósito de ese tiempo fuera, dice la Dra. Lembke, es restablecer las vías de nuestro cerebro y ganar perspectiva sobre cómo nuestra dependencia nos afecta. El objetivo generalmente no es desterrarla para siempre, sino averiguar cómo disfrutar sin generar la adicción. Algunos se darán cuenta de que no pueden soltarlo fácilmente, pero, por lo general, las técnicas para volver a conectarse con uno mismo deberían ayudar a encontrar un equilibrio.
Ref: The Guardian
Como jefa de la Clínica de Adicción de la Universidad estadounidense de Stanford (que atiende a personas con más de un trastorno), la Dra. Anna Lembke pasó más de 25 años tratando a pacientes adictos a todo: desde heroína, juegos de azar y sexo hasta videojuegos y bótox.
La psiquiatra de 53 años ya escribió un polémico libro sobre la epidemia de medicamentos recetados. Fue una de las primeras en advertir que los médicos indicaban "dosis cada vez más altas y peligrosas para periodos más largos", presionados por el marketing de las farmacéuticas.
Expuso en Ted Talks sobre la crisis de opioides en Estados Unidos y apareció como una referente en el documental de Netflix de 2020 The Social Dilemma para hablar sobre "la droga que es la red social". La Dra. Lembke es reconocida por explicar de forma sencilla por qué nos enganchamos a las cosas y cómo podemos disfrutar de aspectos placenteros en dosis más saludables.
Su nuevo libro, Dopamine Nation, hace hincapié en que ahora todos somos adictos hasta cierto punto al "teléfono inteligente" que ella denomina como la "aguja hipodérmica moderna": recurrimos a él buscando atención, validación y distracción con cada notificación, "me gusta" y posteo en tweet o Instagram. "No hay duda de que un vehículo como las redes sociales, que optimiza la conexión entre las personas, tenga el potencial de ser adictivo", opina la psiquiatra.
Desde el cambio de milenio, las adicciones conductuales (en contraposición a las sustancias) se dispararon. Cada segundo libre es una oportunidad para ser estimulado, ya sea entrando en el vórtice de TikTok, desplazándose por Instagram, deslizando por Tinder o con atracones en pornografía, juegos de azar en línea y compras electrónicas. "Estamos viendo una gran explosión en el número de personas que lucha con adicciones menores", reconoce la Dra. Lembke a The Guardian.
¿Y qué tiene que ver la dopamina?
Hasta ahora, la mayoría de las discusiones sobre los efectos bioquímicos de los celulares se enfocaron en la dopamina, un químico cerebral que ayuda a crear hábitos y, en exceso, adicciones. Las máquinas tragamonedas, los celulares y las aplicaciones están explícitamente diseñadas para detonar la liberación de dopamina, con el objetivo de hacer que sea difícil dejar de usarlos.
Esta manipulación de nuestros sistemas de dopamina es el motivo por el que muchos expertos, como la Dra. Lembke, afirmen que estamos desarrollando adicciones de comportamiento con nuestros celulares.
"Con la adicción, sabemos que alrededor del 50% se debe a la disposición genética, y el otro 50% proviene de factores ambientales como el acceso a la fuente de adicción", señala la especialista. "Nuestros cerebros no han cambiado mucho a lo largo de los siglos, pero el acceso a cosas adictivas sin dudas sí. Mientras que nuestros antepasados ponían todos sus esfuerzos en la búsqueda de un compañero y de un plato sabroso, ahora podemos encontrar eso, y mucho más con el clic de una aplicación", resume.
"Los datos muestran que cada vez estamos menos contentos", dice. Las tasas mundiales de depresión aumentaron significativamente en los últimos 30 años y, según un Informe Mundial de la Felicidad, las personas en los países de altos ingresos se volvieron más infelices en la última década.
Nos olvidamos cómo es estar a solas con nuestros pensamientos. Siempre estamos "interrumpiéndonos a nosotros mismos", asegura al psiquiatra. Para muchos, la pandemia exacerbó la dependencia de las redes sociales y otros vicios digitales, así como del alcohol y las drogas.
Cuándo hay que hacer algo
Se considera que un caso es digno de atención clínica cuando "interfiere significativamente" con la vida y la capacidad de cumplir con las tareas ordinarias y el efecto es nocivo. "Hay que preguntarse cuestiones hasta filosóficas: ¿Cómo está afectando el tiempo que estoy con mi celular a mi capacidad de ser un buen padre, pareja o amigo?", plantea la Dra. Lembke. "Creo que hay un costo, uno que no creo que reconozcamos completamente porque es difícil verlo cuando estás dentro del problema".
Aquí van algunos consejos para controlar el hábito de pasar demasiado tiempo con el celular:
🔴 Guardar el teléfono en cajón cerrado.
🔴 Comenzar con un período de ayuno, desde 24 horas hasta un mes (cuanto más tiempo, mejor).
🔴 Asegurarse de que no se pueda acceder a "la cosa" durante las primeras 12 horas, cuando los antojos son más agudos.
El propósito de ese tiempo fuera, dice la Dra. Lembke, es restablecer las vías de nuestro cerebro y ganar perspectiva sobre cómo nuestra dependencia nos afecta. El objetivo generalmente no es desterrarla para siempre, sino averiguar cómo disfrutar sin generar la adicción. Algunos se darán cuenta de que no pueden soltarlo fácilmente, pero, por lo general, las técnicas para volver a conectarse con uno mismo deberían ayudar a encontrar un equilibrio.
Ref: The Guardian