Un antidepresivo reduciría las hospitalizaciones de pacientes con COVID-19 de riesgo elevado
Un ensayo clínico afirma que la fluvoxamina, un antidepresivo, puede reducir las hospitalizaciones entre los pacientes con COVID-19 con perfiles de mayor riesgo, según un estudio difundido el 27/10 en Lancet Global Health, una publicación vinculada a la revista de referencia Lancet.
"La fluvoxamina, un medicamento que ya existe y cuyo costo es reducido, disminuye el riesgo de tener que recurrir a cuidados avanzados en una población de riesgo elevado", concluyen los investigadores.
Este fármaco se utiliza como antidepresivo y contra el trastorno obsesivo compulsivo.
Los autores del estudio dirigieron los ensayos en una decena de hospitales brasileños para estimar si permite evitar hospitalizaciones de pacientes con COVID-19 que la reciben rápidamente tras la detección del virus, según la agencia AFP.
Estudios previos ya apuntaban a la fluvoxamina contra la COVID-19, pero se realizaron con muestras pequeñas y con una metodología que ofrecía conclusiones inciertas.
El análisis se realizó con 700 pacientes y otros tantos tratados con placebos, sin que los médicos supieran realmente qué tratamiento administraban.
Todos los pacientes presentaban al menos un factor de riesgo: mayor de 50 años, fumador, diabético, no vacunado.
El estudio midió cuántos enfermos de cada grupo fueron finalmente hospitalizados tras 28 días o tuvieron que estar más de seis horas en un servicio de urgencia.
El 11% de los enfermos tratados con fluvoxamina se encontraron en una de estas situaciones, contra 16% del grupo del placebo.
"Este estudio hace claramente pensar que la fluvoxamina constituye una opción eficaz, segura, poco costosa y bastante bien tolerada para tratar enfermos de COVID-19 no hospitalizados", considera el Dr. Otavio Berwanger, investigador no vinculado al ensayo, en un comentario a la revista.
Al mismo tiempo, señala los límites del estudio como que no aborda el efecto del fármaco en los decesos y que sus conclusiones sobre hospitalizaciones se ven debilitadas por haber mezclado dos criterios.
Los autores explican que tomaron en cuenta la estancia en servicios de urgencia porque los hospitales brasileños estaban saturados por la pandemia y a veces no podían hacerse cargo de pacientes que lo requerían.
"La fluvoxamina, un medicamento que ya existe y cuyo costo es reducido, disminuye el riesgo de tener que recurrir a cuidados avanzados en una población de riesgo elevado", concluyen los investigadores.
Este fármaco se utiliza como antidepresivo y contra el trastorno obsesivo compulsivo.
Los autores del estudio dirigieron los ensayos en una decena de hospitales brasileños para estimar si permite evitar hospitalizaciones de pacientes con COVID-19 que la reciben rápidamente tras la detección del virus, según la agencia AFP.
Estudios previos ya apuntaban a la fluvoxamina contra la COVID-19, pero se realizaron con muestras pequeñas y con una metodología que ofrecía conclusiones inciertas.
El análisis se realizó con 700 pacientes y otros tantos tratados con placebos, sin que los médicos supieran realmente qué tratamiento administraban.
Todos los pacientes presentaban al menos un factor de riesgo: mayor de 50 años, fumador, diabético, no vacunado.
El estudio midió cuántos enfermos de cada grupo fueron finalmente hospitalizados tras 28 días o tuvieron que estar más de seis horas en un servicio de urgencia.
El 11% de los enfermos tratados con fluvoxamina se encontraron en una de estas situaciones, contra 16% del grupo del placebo.
"Este estudio hace claramente pensar que la fluvoxamina constituye una opción eficaz, segura, poco costosa y bastante bien tolerada para tratar enfermos de COVID-19 no hospitalizados", considera el Dr. Otavio Berwanger, investigador no vinculado al ensayo, en un comentario a la revista.
Al mismo tiempo, señala los límites del estudio como que no aborda el efecto del fármaco en los decesos y que sus conclusiones sobre hospitalizaciones se ven debilitadas por haber mezclado dos criterios.
Los autores explican que tomaron en cuenta la estancia en servicios de urgencia porque los hospitales brasileños estaban saturados por la pandemia y a veces no podían hacerse cargo de pacientes que lo requerían.