Problemas posturales: yoga como alternativa para armonizar el cuerpo
El Yoga es una herramienta ideal en el cuidado postural y prevención de los problemas corporales de estos tiempos, ya que hay cada vez más alteraciones en la población. La estructura del cuerpo es compleja y necesita cuidarse para que no se produzcan alteraciones anatómicas y funcionales que la vayan lesionando, lo cual traería como resultado el dolor y deterioro de su biomecánica.
Practicando Yoga se elongan los músculos que están crónicamente acortados tras tantas horas sentados frente a una computadora: músculos posteriores de las piernas y muslos, flexores de cadera, músculos lumbares, dorsales y de la nuca y los pectorales y músculos del antebrazo. La práctica regular también permitirá fortalecer los músculos abdominales y del Core que son los que protegen a la columna lumbar de lesiones como las protrusiones y hernias de disco.
La cantidad de horas sentados y quietos en que estamos habitualmente genera desbalances musculares. Algunos músculos están acortados durante horas aumentando sus tendencias a la contractura o pérdida de flexibilidad. Otros músculos están estirados, sin ser utilizados y van perdiendo tono y fuerza. Esto va generando pequeños desequilibrios en cada articulación y un desbalance postural general.
Esos pequeños desbalances articulares van generando micro-lesiones que no percibimos pero que con el tiempo toman nombre y apellido como hernias de disco, tendinitis, artrosis, etc. Entre 70 u 80% de la población adulta mundial ha tenido un episodio de dolor lumbar una vez en su vida. Es la región sometida a mayor sobrecarga.
La falta de uso también genera una alteración en cómo nos percibimos, organizamos y movemos en el espacio.
La postura es una construcción individual que no solo incluye a nuestros músculos y articulaciones, evidencia también la personalidad más o menos extrovertida, nuestra historia vincular, como era la postura de nuestros padres y nuestras emociones. Son muchas cosas como para esperar que se corrijan todas en una clase de Yoga. Pero es un armado dinámico, si me muevo mejor, respiro mejor y me siento mejor. El trabajo respiratorio y el estado meditativo en que entramos durante la práctica del Yoga nos vuelve al centro, nos reconecta con el cuerpo y nos organiza posturalmente de un modo muy distinto.
Si bien no es una terapéutica destinada a la corrección de una alteración específica la práctica regular de yoga equilibra a la musculatura anterior con la posterior, el lado derecho con el izquierdo elongando a los músculos que están acortados o contracturados y tonificando a los débiles.
«La sensación de armonía, calma y fuerza con que salimos luego de una buena práctica de Yoga se refleja en nuestra postura mental y corporal. Y se ve. Luego de unos pocos meses de Yoga es común empezar a recibir comentarios sobre si uno está más alto o 'tiene algo distinto'. Esa armonía y balance que buscamos entre fuerza y flexibilidad, entre adentro y afuera comienza a reflejarse en nuestra postura y movimientos» explica Nora Maas, directora de Maas Yoga.
«En caso de alteraciones posturales importantes como una escoliosis avanzada, hipercifosis o rectificaciones cervicales que generen dolor recomendamos siempre la consulta al médico, kinesiólogo u osteópata. Y si son las primeras incursiones en el Yoga es ideal comenzar la práctica con clases suaves o de Yogaterapia para no forzar al cuerpo y evitar lesiones» explica el Lic Aníbal Scharovsky, kinesiólogo y osteópata y director de la Formación en Yogaterapia de Maas Yoga.
«No podemos evitar a veces la cantidad de horas sentados o quietos en que nos coloca el ritmo de vida actual y el teletrabajo. Y no prometemos en Yoga la 'cura' o mejoría de ninguna alteración postural pero sabemos que todo va a sentirse y moverse mejor con una buena práctica» añade Scharovsky.
«El Yoga ayuda a cuidar, mejorar y prevenir problemas posturales en los adolescentes y adultos jóvenes que pasan horas desde chicos frente a un monitor, los que estamos flexionados frente a la pantalla del teléfono, los que no entrenan o elongan nunca y para los adultos mayores que comienzan a volverse rígidos y perder movilidad», afirma.
Nora Maas resalta otro aspecto de la práctica «Nos reconecta con nosotros mismos, una buena postura también precisa de nuestra serenidad y presencia. La postura no es solo un balance de músculos y articulaciones en el espacio, es nuestro modo de habitarnos y comunicarnos con los otros. Si estoy mal, des-centrada, preocupada o estresada mi postura y mi modo de moverme va a ver reflejado. Por eso entrar en estado de Yoga nos recuerda quiénes somos y cómo queremos estar en el mundo, eso también es nuestra postura».
Practicando Yoga se elongan los músculos que están crónicamente acortados tras tantas horas sentados frente a una computadora: músculos posteriores de las piernas y muslos, flexores de cadera, músculos lumbares, dorsales y de la nuca y los pectorales y músculos del antebrazo. La práctica regular también permitirá fortalecer los músculos abdominales y del Core que son los que protegen a la columna lumbar de lesiones como las protrusiones y hernias de disco.
La cantidad de horas sentados y quietos en que estamos habitualmente genera desbalances musculares. Algunos músculos están acortados durante horas aumentando sus tendencias a la contractura o pérdida de flexibilidad. Otros músculos están estirados, sin ser utilizados y van perdiendo tono y fuerza. Esto va generando pequeños desequilibrios en cada articulación y un desbalance postural general.
Esos pequeños desbalances articulares van generando micro-lesiones que no percibimos pero que con el tiempo toman nombre y apellido como hernias de disco, tendinitis, artrosis, etc. Entre 70 u 80% de la población adulta mundial ha tenido un episodio de dolor lumbar una vez en su vida. Es la región sometida a mayor sobrecarga.
La falta de uso también genera una alteración en cómo nos percibimos, organizamos y movemos en el espacio.
La postura es una construcción individual que no solo incluye a nuestros músculos y articulaciones, evidencia también la personalidad más o menos extrovertida, nuestra historia vincular, como era la postura de nuestros padres y nuestras emociones. Son muchas cosas como para esperar que se corrijan todas en una clase de Yoga. Pero es un armado dinámico, si me muevo mejor, respiro mejor y me siento mejor. El trabajo respiratorio y el estado meditativo en que entramos durante la práctica del Yoga nos vuelve al centro, nos reconecta con el cuerpo y nos organiza posturalmente de un modo muy distinto.
Si bien no es una terapéutica destinada a la corrección de una alteración específica la práctica regular de yoga equilibra a la musculatura anterior con la posterior, el lado derecho con el izquierdo elongando a los músculos que están acortados o contracturados y tonificando a los débiles.
«La sensación de armonía, calma y fuerza con que salimos luego de una buena práctica de Yoga se refleja en nuestra postura mental y corporal. Y se ve. Luego de unos pocos meses de Yoga es común empezar a recibir comentarios sobre si uno está más alto o 'tiene algo distinto'. Esa armonía y balance que buscamos entre fuerza y flexibilidad, entre adentro y afuera comienza a reflejarse en nuestra postura y movimientos» explica Nora Maas, directora de Maas Yoga.
«En caso de alteraciones posturales importantes como una escoliosis avanzada, hipercifosis o rectificaciones cervicales que generen dolor recomendamos siempre la consulta al médico, kinesiólogo u osteópata. Y si son las primeras incursiones en el Yoga es ideal comenzar la práctica con clases suaves o de Yogaterapia para no forzar al cuerpo y evitar lesiones» explica el Lic Aníbal Scharovsky, kinesiólogo y osteópata y director de la Formación en Yogaterapia de Maas Yoga.
«No podemos evitar a veces la cantidad de horas sentados o quietos en que nos coloca el ritmo de vida actual y el teletrabajo. Y no prometemos en Yoga la 'cura' o mejoría de ninguna alteración postural pero sabemos que todo va a sentirse y moverse mejor con una buena práctica» añade Scharovsky.
«El Yoga ayuda a cuidar, mejorar y prevenir problemas posturales en los adolescentes y adultos jóvenes que pasan horas desde chicos frente a un monitor, los que estamos flexionados frente a la pantalla del teléfono, los que no entrenan o elongan nunca y para los adultos mayores que comienzan a volverse rígidos y perder movilidad», afirma.
Nora Maas resalta otro aspecto de la práctica «Nos reconecta con nosotros mismos, una buena postura también precisa de nuestra serenidad y presencia. La postura no es solo un balance de músculos y articulaciones en el espacio, es nuestro modo de habitarnos y comunicarnos con los otros. Si estoy mal, des-centrada, preocupada o estresada mi postura y mi modo de moverme va a ver reflejado. Por eso entrar en estado de Yoga nos recuerda quiénes somos y cómo queremos estar en el mundo, eso también es nuestra postura».