Especialistas del sistema de salud de San Isidro explican cómo protegerse del sol
El sol tiene dos caras. Es capaz de mimar o dañar la piel. Si se sabe aprovechar puede resultar un buen amigo, por ejemplo, activando la vitamina D, de gran utilidad para el organismo. Pero atención: si se abusa de sus bondades el sol puede convertirse en enemigo, ya sea envejeciendo o manchando la piel o peor aún aumentando el riesgo de padecer un tumor de piel. Especialistas del sistema de salud del Municipio de San Isidro explican todo lo que hay que saber a la hora de exponerse al sol.
Ante todo hay que saber que el sol genera tres tipos de radiaciones. El daño solar de los rayos ultravioleta B (UVB) es el que produce enrojecimiento de la piel y quemadura solar; la radiación UVA es la que está asociada a la producción de cáncer de piel. Por lo tanto, los especialistas aconsejan usar protectores solares de amplio espectro (UVA/UVB).
«El sol emite radiaciones solares que conocemos como ultravioleta. Con el tiempo penetran la piel que absorbe y acumula esas radiaciones dañando el ADN, que es donde está todo el material genético de nuestras células. Al dañarse las células empiezan a crecer como mal informadas y eso desarrollará lesiones precancerosas o un cáncer de piel, siendo el melanoma el más agresivo», explicó la Dra. Andrea Giuliani, jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Central de San Isidro.
En ese sentido, la especialista recordó la importancia del chequeo anual con el dermatólogo/a para detectar precozmente alguna lesión que con el tiempo puede evolucionar a un cáncer de piel.
La principal regla es evitar el sol entre las 10:00 y 16:00. En los meses calurosos la especialista también recomendó usar sombrero, remeras manga larga (oscuras) y tener en cuenta que la ropa mojada disminuye la protección (también existen ropas confeccionadas con filtro). «Tomar sol no es solo estar en una reposera; una actividad al aire libre también estamos recibiendo radiación», aclaró Giuliani.
Y, con respecto a los ojos, explicó: «También debemos protegerlos porque pueden ser dañados por la radiación. Para ello, es fundamental usar anteojos para sol con filtro de protección de óptica».
En cuanto a qué factor de protección solar usar, la dermatóloga recomendó usar uno mayor a 30, preferentemente de 50. «Niños, adolescentes y adultos deben protegerse siendo los más vulnerables las personas de piel y ojos claros», sumó la Dra. Giuliani.
Hay que aplicar el protector media hora antes de tomar sol, porque ese es el tiempo que el medicamento necesita para hacer efecto. «No sirve colocarlo cuando ya estamos al sol», dijo la especialista.
Con los más chicos, la especialista dijo que a partir de los seis meses se pueden empezar a usar protectores solares, «pero antes de esa edad es clave resguardarlos de la exposición directa al sol con ropas, sombreros y sombrillas. Los menores de un año deben evitar completamente la exposición».
«Es fundamental evitar las quemaduras solares durante la infancia y adolescencia porque a futuro, por efecto acumulativo en la piel, puede generar un cáncer de piel», señaló la especialista.
A) Se refiere asimetría, es decir, cuando una mitad es diferente a la otra.
B) Es del borde, hay que observar si los bordes son irregulares.
C) De colores, cuando tiene más de un color nos tiene que llamar la atención.
D) Se refiere al diámetro, si el tamaño del lunar es de más de 6 milímetros puede ser una lesión.
E) De evolución. Si cambia de forma, pica o sangra.
Ante todo hay que saber que el sol genera tres tipos de radiaciones. El daño solar de los rayos ultravioleta B (UVB) es el que produce enrojecimiento de la piel y quemadura solar; la radiación UVA es la que está asociada a la producción de cáncer de piel. Por lo tanto, los especialistas aconsejan usar protectores solares de amplio espectro (UVA/UVB).
«El sol emite radiaciones solares que conocemos como ultravioleta. Con el tiempo penetran la piel que absorbe y acumula esas radiaciones dañando el ADN, que es donde está todo el material genético de nuestras células. Al dañarse las células empiezan a crecer como mal informadas y eso desarrollará lesiones precancerosas o un cáncer de piel, siendo el melanoma el más agresivo», explicó la Dra. Andrea Giuliani, jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Central de San Isidro.
En ese sentido, la especialista recordó la importancia del chequeo anual con el dermatólogo/a para detectar precozmente alguna lesión que con el tiempo puede evolucionar a un cáncer de piel.
La principal regla es evitar el sol entre las 10:00 y 16:00. En los meses calurosos la especialista también recomendó usar sombrero, remeras manga larga (oscuras) y tener en cuenta que la ropa mojada disminuye la protección (también existen ropas confeccionadas con filtro). «Tomar sol no es solo estar en una reposera; una actividad al aire libre también estamos recibiendo radiación», aclaró Giuliani.
Y, con respecto a los ojos, explicó: «También debemos protegerlos porque pueden ser dañados por la radiación. Para ello, es fundamental usar anteojos para sol con filtro de protección de óptica».
En cuanto a qué factor de protección solar usar, la dermatóloga recomendó usar uno mayor a 30, preferentemente de 50. «Niños, adolescentes y adultos deben protegerse siendo los más vulnerables las personas de piel y ojos claros», sumó la Dra. Giuliani.
Hay que aplicar el protector media hora antes de tomar sol, porque ese es el tiempo que el medicamento necesita para hacer efecto. «No sirve colocarlo cuando ya estamos al sol», dijo la especialista.
Con los más chicos, la especialista dijo que a partir de los seis meses se pueden empezar a usar protectores solares, «pero antes de esa edad es clave resguardarlos de la exposición directa al sol con ropas, sombreros y sombrillas. Los menores de un año deben evitar completamente la exposición».
«Es fundamental evitar las quemaduras solares durante la infancia y adolescencia porque a futuro, por efecto acumulativo en la piel, puede generar un cáncer de piel», señaló la especialista.
Lunares y manchas en la piel
Lunares y manchas en la piel también pueden ser una señal de alerta, advirtió la Dra. Giuliani, por lo que es aconsejable una vez al año hacerse el chequeo de lunares. Para eso, es de gran ayuda aprender la regla del ABCDE que consiste en observarse el lunar y dividirlo en dos:
A) Se refiere asimetría, es decir, cuando una mitad es diferente a la otra.
B) Es del borde, hay que observar si los bordes son irregulares.
C) De colores, cuando tiene más de un color nos tiene que llamar la atención.
D) Se refiere al diámetro, si el tamaño del lunar es de más de 6 milímetros puede ser una lesión.
E) De evolución. Si cambia de forma, pica o sangra.