El Garrahan es el primer y único centro público pediátrico del país en tratar la Litiasis Urinaria
El servicio de Urología se encarga de atender a las y los pacientes con esta afección, a través de una intervención quirúrgica poco invasiva, de alta efectividad, y con tecnología de última generación.
Existen muchas enfermedades que afectan a los riñones, algunas congénitas y otras adquiridas. La enfermedad renal se puede prevenir y su progresión se puede retrasar con el acceso apropiado a diagnósticos básicos y tratamiento temprano.
Una de las patologías que afectan a los riñones es la litiasis. Esta enfermedad existe tanto en población adulta como en pediátrica, y en este caso, el servicio de Nefrología en conjunto a otros servicios da asistencia a niños, niñas y adolescentes con esta afección.
Desde 2014 a la actualidad las cifras de incidencia en casos de litiasis tuvieron un aumento considerable. Según estadísticas del servicio de Urología del Garrahan, el número de pacientes tratados se incrementó de dos o tres casos por año a 53. Este incremento, que se da a nivel mundial, arroja un dato que es relevante: la clave para prevenirla está en una correcta hidratación y alimentación bajas en sodio.
La litiasis es una enfermedad caracterizada por la aparición de cálculos en los riñones y en las vías urinarias. Los cálculos son piedras milimétricas que aparecen por la acumulación de minerales en estás vías, produciendo obstrucción y cólicos que pueden desencadenar en infecciones y fallas renales si no son tratados adecuadamente y a tiempo. El Garrahan es el primer y único centro pediátrico en el ámbito público que hace tratamientos de litiasis en pacientes de todo el país con tecnología de última generación.
«Hoy, gracias a estas mejoras tecnológicas, un paciente y su familia pueden permanecer menos tiempo internados con un postoperatorio más corto y una intervención menos invasiva. Además, esta inversión permite que nuestro personal pueda optimizar su preparación a través de procedimientos actualizados», destacó la Dra. Patricia García Arrigoni, directora médica ejecutiva del Garrahan.
El tratamiento se realiza a través de una tecnología compuesta por dos equipos. Uno de ellos, el ureteroscopio flexible, se utiliza para hacer un procedimiento llamado ureteroscopía, que consiste en el ingreso de una cámara por la uretra, luego el uréter hasta llegar al riñón, y luego al cálculo. El otro equipo, nefroscopio, usado para realizar nefrolitotomía percutánea, en donde a través de una punción renal se llega al riñón con una cámara y de esa forma hallar y tratar los cálculos con láser Holmium. Esta intervención, que antes implicaba una cirugía mucho más invasiva, hoy se resuelve con una pequeña incisión y una recuperación más rápida.
«A través de un láser, la piedra es disuelta hasta convertirse en una arenilla que el cuerpo expulsa sola. Si no logramos hacer la arenilla, usamos un método en el que utilizamos unas canastitas para tomar la piedra y sacarla», explicó el Dr. Juan Pablo Corbetta, jefe del servicio de Urología del Hospital Garrahan.
Y agregó: «Esas piedras las mandamos a estudiar. Es sumamente importante saber de qué están compuestas. Hay muchos minerales que la pueden conformar. Lo más frecuente es que sea calcio, pero en los niños también hay estruvita, una combinación de minerales relacionada a las infecciones urinarias. En pediatría suelen ser esas dos».
Antes, estas intervenciones eran mucho más invasivas y precisaban de 10 días de postoperatorio. En la actualidad, los pacientes reciben el alta de internación entre las 24 y 72 horas después para continuar su seguimiento de forma ambulatoria.
Los pilares de la prevención de esta enfermedad son la alimentación y el agua. El aumento de las comidas y bebidas de alto procesamiento y alta cantidad de sodio sostenidas en el tiempo hacen que la cantidad de minerales sea cada vez más compleja para depurar en los riñones.