Derribando mitos acerca del bienestar emocional y la felicidad
Durante los últimos años, el bienestar comenzó a tomar mayor protagonismo. El contexto de la pandemia, que aún no ha finalizado, y la adaptación a nuevas formas de trabajar, vincularnos y convivir, ha incrementado la necesidad de buscar estrategias para gestionar el bienestar de las personas.
Es en este sentido que las neurociencias, entendidas como el estudio de los mecanismos y bases biológicas subyacentes a la conducta humana, han desembarcado en distintas áreas permitiendo que la salud mental pueda acercarse a los importantes avances en los estudios del cerebro de las últimas décadas. Según los especialistas, entender acerca de los principios científicos de la felicidad y la salud del cerebro, nos pueden ayudar a comprender mejor nuestros estados emocionales y así, lograr una gestión eficiente de las emociones para alcanzar mayor bienestar.
Sin embargo, como sucede con estos temas, aún existe mucho desconocimiento sobre las variables que influyen realmente en el bienestar. Mucho se dice acerca de aquellas cosas que nos hacen bien; los mensajes que encontramos en redes sociales para convertirnos en personas más empáticas, exitosas o líderes, abundan. Pero, ¿En qué información podemos creer y en cuál no?
En este sentido, la Dra. María Roca, directora del Curso de Neurociencias y Bienestar de INECO U, la plataforma de e-learning del Grupo INECO, derriba 3 mitos que giran alrededor de la salud emocional y el bienestar:
El dinero trae la felicidad
El dinero es fundamental para cubrir las necesidades básicas, sin embargo, una vez cubiertas las mismas, los ingresos económicos no se correlacionan directamente con aumento del bienestar.
Juventud "divino tesoro"
Una encuesta realizada por Gallup en más de 160 países, muestra una relación en forma de U entre el bienestar y la edad con los niveles más bajos de bienestar entre los 45 y los 54 años. Pero este patrón no es universal, sino que más bien se presenta particularmente en países con altos niveles de ingresos y angloparlantes. En otros países, por ejemplo, los de la antigua Unión Soviética y Europa del Este, muestran una disminución progresiva del bienestar con la edad.
Se nace una persona feliz
El bienestar depende tanto de factores genéticos como ambientales. Algunos estudios realizados con gemelos muestran una gran variabilidad en el impacto que la genética pueda tener en el bienestar, siendo el valor medio de 32%. Por otro lado, son diversas las cuestiones que pueden hacerse para construir el propio bienestar que van desde el cuidado del propio cuerpo, la mente y el tener un propósito. De este modo, la felicidad se presenta entonces como un estado y no como algo fijo y estable.
Derribados estos mitos entonces: ¿Qué variables parecen ser importantes para nuestro bienestar y salud mental? La Dra. María Roca, quien además es directora de INECO Organizaciones, expresa: «A nivel físico, por ejemplo, se sabe que realizar actividad física, llevar una alimentación saludable y mantener un buen descanso son variables fundamentales para sostener la salud mental y del cerebro».
Además, sostiene que a nivel cognitivo «el ser optimista, agradecido, encontrar un propósito que no exceda en aquello que hacemos, detentar estrategias de regulación emocional y de manejo del estrés, han mostrado ser variables que impactan directamente en el bienestar».
Es en este sentido que las neurociencias, entendidas como el estudio de los mecanismos y bases biológicas subyacentes a la conducta humana, han desembarcado en distintas áreas permitiendo que la salud mental pueda acercarse a los importantes avances en los estudios del cerebro de las últimas décadas. Según los especialistas, entender acerca de los principios científicos de la felicidad y la salud del cerebro, nos pueden ayudar a comprender mejor nuestros estados emocionales y así, lograr una gestión eficiente de las emociones para alcanzar mayor bienestar.
Sin embargo, como sucede con estos temas, aún existe mucho desconocimiento sobre las variables que influyen realmente en el bienestar. Mucho se dice acerca de aquellas cosas que nos hacen bien; los mensajes que encontramos en redes sociales para convertirnos en personas más empáticas, exitosas o líderes, abundan. Pero, ¿En qué información podemos creer y en cuál no?
En este sentido, la Dra. María Roca, directora del Curso de Neurociencias y Bienestar de INECO U, la plataforma de e-learning del Grupo INECO, derriba 3 mitos que giran alrededor de la salud emocional y el bienestar:
El dinero trae la felicidad
El dinero es fundamental para cubrir las necesidades básicas, sin embargo, una vez cubiertas las mismas, los ingresos económicos no se correlacionan directamente con aumento del bienestar.
Juventud "divino tesoro"
Una encuesta realizada por Gallup en más de 160 países, muestra una relación en forma de U entre el bienestar y la edad con los niveles más bajos de bienestar entre los 45 y los 54 años. Pero este patrón no es universal, sino que más bien se presenta particularmente en países con altos niveles de ingresos y angloparlantes. En otros países, por ejemplo, los de la antigua Unión Soviética y Europa del Este, muestran una disminución progresiva del bienestar con la edad.
Se nace una persona feliz
El bienestar depende tanto de factores genéticos como ambientales. Algunos estudios realizados con gemelos muestran una gran variabilidad en el impacto que la genética pueda tener en el bienestar, siendo el valor medio de 32%. Por otro lado, son diversas las cuestiones que pueden hacerse para construir el propio bienestar que van desde el cuidado del propio cuerpo, la mente y el tener un propósito. De este modo, la felicidad se presenta entonces como un estado y no como algo fijo y estable.
Derribados estos mitos entonces: ¿Qué variables parecen ser importantes para nuestro bienestar y salud mental? La Dra. María Roca, quien además es directora de INECO Organizaciones, expresa: «A nivel físico, por ejemplo, se sabe que realizar actividad física, llevar una alimentación saludable y mantener un buen descanso son variables fundamentales para sostener la salud mental y del cerebro».
Además, sostiene que a nivel cognitivo «el ser optimista, agradecido, encontrar un propósito que no exceda en aquello que hacemos, detentar estrategias de regulación emocional y de manejo del estrés, han mostrado ser variables que impactan directamente en el bienestar».