Tanorexia: ¿El bronceado puede ser una adicción?
La especialista en dermatología Dra. Leisa Molinari alerta sobre la tanorexia, que padecen las personas que tienen la percepción de que su piel nunca está morena y, por consiguiente, la sobreexponen al sol o a los rayos UVA y los peligros que connlleva esa obsesión.
A menudo muchas personas desarrollan esta adicción al bronceado de manera inconsciente, por lo que resulta más común de lo que creemos.
¿A qué se refiere específicamente el término tanorexia? ¿Lo escuchaste alguna vez?
La tanorexia hace alusión a la adicción al bronceado. Es un término comúnmente utilizado para describir una condición en la cual una persona genera una necesidad obsesiva para conseguir un tono de piel más oscuro, ya sea tomando sol en espacios al aire libre o en cabinas de rayos UV, el cual nunca se alcanza al considerar tener un tono mucho inferior al real.
De manera oficial la comunidad médica no ha enumerado los síntomas de la tanorexia. Sin embargo, los afectados presentan generalmente las siguientes manifestaciones: competitividad con compañeros por conseguir el bronceado más oscuro, compulsión por aumentar y mantener el tono ganado experimentando excesiva ansiedad, frustración e insatisfacción crónica por los resultados obtenidos, convencimiento constante de que su tono de piel es inferior de lo que realmente es y por último, disminución de apetito provocada por la sensación de falta de horas al sol.
Haciendo alusión a datos e investigaciones científicas sobre el tema, a continuación puedo precisar los siguientes:
En 2005, un grupo de especialistas en el área de dermatología publicaron un estudio llamado "El bronceado ligero como un tipo de trastorno relacionado con sustancias" -Archivos de Dermatología- (M. Warthan, T. Uchida, R. Wagner, Jr.). Dicha investigación demostró que las personas con obsesión por el bronceado, experimentaban una pérdida del control de sus límites debido a que, pudiendo hacerlo, evitaban detener el proceso de bronceado una vez que la piel ya estaba morena. Como médica especialista puedo decir que este patrón es similar a otras adicciones como el alcoholismo o el tabaquismo.
En el 2006 y con respecto a las endorfinas y síndrome de abstinencia, el Diario de la Academia Americana de Dermatología reseñó una investigación titulada "Inducción de síntomas similares a los de abstinencia en un pequeño ensayo aleatorio y controlado de bloqueo de opiáceos en bronceadores frecuentes" (M. Kaur, A. Liguori, W. Lang, S. Rapp, A. Fleischer, Jr., S. Feldman). Las pruebas bioquímicas de esta investigación manifestaron que la adicción al bronceado es producida por una liberación de opioides y endorfinas mientras se toma el sol.
Así, los pacientes analizados en el estudio que tomaron el sol con mayor frecuencia, al cortar el ciclo evidenciaron un grave síndrome de abstinencia; al tiempo que los que tomaron el sol en cantidad moderada no experimentaron cambios destacables.
Por otro lado, en 2012 se dio a conocer una prueba piloto que hace referencia a los efectos adictivos del sol, denominado "Activación de la vía de recompensa con exposición a radiación ultravioleta (UVR) frente a UVR simulada en bronceadores frecuentes" (Cynthia R. Harrington). En dicha investigación se confirmó nuevamente los efectos adictivos de la exposición solar.
Durante 2006 y enmarcado bajo el concepto de los rayos UV como droga, se dio a conocer una investigación que dejó en evidencia que los tanoréxicos pueden tener esta fuerte inclinación debido a que los rayos UV les provocan una experiencia placentera, tal como puede ocurrir con cualquier droga. Como la exposición a las radiaciones genera un momento de euforia, cada vez que se toma sol o ingresa a un solárium, el organismo produce endorfinas las cuales desencadenan una sensación de bienestar al alejar el dolor.
La tanorexia genera consecuencias en la piel, debilitándose y pudiendo causar lesiones tumorales y pre tumorales. Es importante destacar que es una adicción que cuenta con tratamiento. En este sentido, el tratamiento quirúrgico y con cremas es a largo plazo, sin posibilidad de hacer un trasplante de piel, con lo cual se torna en una patología crónica. La prevención y la fotoprotección son estrategias claves.
Como dermatóloga especialista tengo una gran cantidad de pacientes que deben mantener un tratamiento constante y crónico de su piel. La primera impresión es que nunca recibieron la información suficiente para advertirles de las consecuencias de la exposición solar prolongada.
En ocasiones puede que resulte difícil identificar a las personas que padecen de esta obsesión por el bronceado; sin embargo, debemos convertirnos en observadores y ofrecer asistencia u orientación a quien lo padezca. Brindar ayuda es un aporte valioso para la salud.
Por: Dra. Leisa Molinari - Centro Médico de la Piel