Advierten que con la llegada del calor pueden crecer los casos de dengue
Con la llegada del calor, hay más presencia de mosquitos. Y con estos insectos, también se registran más casos de enfermedades que éstos transmiten, como el dengue, zika y chikungunya.
El dengue es una enfermedad viral transmitida por un mosquito del grupo aedes, más precisamente el Aedes aegypti y, en menor medida, el Aedes albopicus. Existen 4 serotipos distintos de dengue (DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DEN-V 4), con lo cual una persona puede infectarse por cada uno de estos.
El estar infectado por alguno de los serotipos no sólo no protege al individuo contra los restantes, sino que presenta mayor riesgo de sufrir una forma grave ante la infección por otro serotipo. No existe hasta el momento ningún medicamento específico para tratar el dengue.
Es por eso que desde este mes, comenzaron las campañas a nivel nacional y en distintas provincias para combatir al mosquito, vector del dengue y otras enfermedades. A principios de noviembre, la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, dio inicio a la campaña nacional de prevención del dengue en Misiones.
La cartera sanitaria nacional recomienda vigilar la aparición de síntomas (fiebre acompañada de dolor detrás de los ojos, de cabeza, muscular y de articulaciones; náuseas y vómitos; cansancio intenso; aparición de manchas en la piel; picazón y/o sangrado de nariz y encías) de manera precoz ya que, como no existen vacunas que prevengan la enfermedad ni medicamentos que la curen, la medida más importante de prevención.
En ese sentido, el viernes 25/11 el ministro de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, Fernán Quirós señaló en declaraciones a CNN Radio, que «estamos entrando en una de las épocas del año donde se multiplican los mosquitos. Hay que recordar que la mayoría de éstos no son Aedes aegypti, que es el que transmite enfermedades. Pero algunos domiciliarios sí lo son y por eso es importante combatirlo, por eso es momento de descacharrear».
Y agregó: «Toda la sociedad debe saber que este es un año potencialmente con muchos casos de dengue. El mosquito se prepara ahora. Luego en el verano cuando la gente va a Brasil, Paraguay o Bolivia y vuelve, suele traer en la sangre el virus y el mosquito se lo pasa de una persona a otra. Así que nos tenemos que preparar porque llevamos muchos años sin dengue y el dengue cuando lleva mucho tiempo sin aparecer, aparece más fuerte. A cuidarse y sobre todo a descacharrear. Este es el momento de cambiar el agua, cambiar los cacharros, limpiarlos con agua hirviendo, todo lo que significa no dejan ningún lugar donde se acumule agua en la casa».
En Argentina, la mayor urbanización, los cambios ambientales y la presencia de criaderos activos durante varios meses del año dan lugar a que en la actualidad la presencia del mosquito transmisor constituya un riesgo para la población. «El dengue es un problema no solo presente en la región norte de nuestro país, sino que se ha expandido y consolidado en todo el sector central, incluyendo las grandes provincias más pobladas como Buenos Aires, Córdoba, Rosario y también, desde luego, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y los municipios que la rodean», afirmó en agosto (en vísperas del Día Internacional del Dengue que se conmemora cada 26/08), Manuel Espinosa, responsable del área de enfermedades transmitidas por mosquitos de la Fundación Mundo Sano.
En Argentina, el surgimiento de brotes epidémicos es estacional, y está relacionado principalmente con las variaciones de temperaturas y lluvias a lo largo de los meses del año, y con el comportamiento de las personas. A mayor circulación de gente, y ausencia de cuidados ambientales y personales para la prevención, mayor es la probabilidad de que aumenten los casos. «En otros países la circulación del virus del dengue es permanente. No es el caso del nuestro, por lo que el virus comienza a circular a partir del ingreso del mismo por el traslado de personas, ya sea por viajes vinculados a trabajo o turismo», destacó Espinosa.
«Si observamos el patrón de distribución del dengue con el aumento de la incidencia en los últimos años, la extensión a otras zonas donde antes no estaba, sumado a las modificaciones en el clima y las condiciones sociales y económicas desfavorables, es muy probable que, en el futuro, vayamos teniendo más áreas con personas que presenten la enfermedad y un mayor número de casos», advirtió el Dr. Pablo Bonvehí, infectólogo, miembro del Grupo Técnico Asesor de Enfermedades Prevenibles por Vacunación (TAG, por su sigla en inglés) de la OPS y Jefe de Infectología del Hospital Universitario CEMIC.
Cabe mencionar que el dengue es una enfermedad viral transmitida por vector, la picadura del mosquito Aedes aegypti que se propaga cuando el mosquito se alimenta con sangre de una persona con dengue y pica luego a otras personas transmitiendo así la enfermedad.
Por eso, se debe prestar especial atención a la eliminación de todo recipiente que contenga agua, tanto en el interior de las casas como en sus alrededores. Si los recipientes no pueden quitarse porque se usan de modo frecuente, debe evitarse el acceso del mosquito a su interior (tapando tanques, aljibes y/o cisternas) o evitando que acumulen agua, dándolos vuelta (por ejemplo en el caso de baldes, palanganas, tambores) o vaciándolos y cepillando frecuentemente su interior (si se trata de portamacetas o bebederos), o poniendo los mismos al resguardo bajo techo.
Al respecto es importante destacar, además, que la fumigación y aplicación de insecticidas es una medida de control destinada a eliminar a los mosquitos adultos, pero no es útil para erradicar huevos ni las larvas y siempre debe ser acompañada por acciones de control y eliminación de todos los recipientes que acumulan y puedan acumular agua en las casas y espacios públicos.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el número de casos de dengue en las Américas se ha incrementado en las últimas cuatro décadas, pasando de 1,5 millones de casos acumulados en la década del 80, a 16,2 millones en la década del 2010-2019. En 2019, señaló la organización, se registraron un poco más de 3,1 millones de casos, 28 mil graves, y 1.534 muertes.
El dengue es una enfermedad viral transmitida por un mosquito del grupo aedes, más precisamente el Aedes aegypti y, en menor medida, el Aedes albopicus. Existen 4 serotipos distintos de dengue (DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DEN-V 4), con lo cual una persona puede infectarse por cada uno de estos.
El estar infectado por alguno de los serotipos no sólo no protege al individuo contra los restantes, sino que presenta mayor riesgo de sufrir una forma grave ante la infección por otro serotipo. No existe hasta el momento ningún medicamento específico para tratar el dengue.
Es por eso que desde este mes, comenzaron las campañas a nivel nacional y en distintas provincias para combatir al mosquito, vector del dengue y otras enfermedades. A principios de noviembre, la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, dio inicio a la campaña nacional de prevención del dengue en Misiones.
La cartera sanitaria nacional recomienda vigilar la aparición de síntomas (fiebre acompañada de dolor detrás de los ojos, de cabeza, muscular y de articulaciones; náuseas y vómitos; cansancio intenso; aparición de manchas en la piel; picazón y/o sangrado de nariz y encías) de manera precoz ya que, como no existen vacunas que prevengan la enfermedad ni medicamentos que la curen, la medida más importante de prevención.
En ese sentido, el viernes 25/11 el ministro de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, Fernán Quirós señaló en declaraciones a CNN Radio, que «estamos entrando en una de las épocas del año donde se multiplican los mosquitos. Hay que recordar que la mayoría de éstos no son Aedes aegypti, que es el que transmite enfermedades. Pero algunos domiciliarios sí lo son y por eso es importante combatirlo, por eso es momento de descacharrear».
Y agregó: «Toda la sociedad debe saber que este es un año potencialmente con muchos casos de dengue. El mosquito se prepara ahora. Luego en el verano cuando la gente va a Brasil, Paraguay o Bolivia y vuelve, suele traer en la sangre el virus y el mosquito se lo pasa de una persona a otra. Así que nos tenemos que preparar porque llevamos muchos años sin dengue y el dengue cuando lleva mucho tiempo sin aparecer, aparece más fuerte. A cuidarse y sobre todo a descacharrear. Este es el momento de cambiar el agua, cambiar los cacharros, limpiarlos con agua hirviendo, todo lo que significa no dejan ningún lugar donde se acumule agua en la casa».
En Argentina, la mayor urbanización, los cambios ambientales y la presencia de criaderos activos durante varios meses del año dan lugar a que en la actualidad la presencia del mosquito transmisor constituya un riesgo para la población. «El dengue es un problema no solo presente en la región norte de nuestro país, sino que se ha expandido y consolidado en todo el sector central, incluyendo las grandes provincias más pobladas como Buenos Aires, Córdoba, Rosario y también, desde luego, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y los municipios que la rodean», afirmó en agosto (en vísperas del Día Internacional del Dengue que se conmemora cada 26/08), Manuel Espinosa, responsable del área de enfermedades transmitidas por mosquitos de la Fundación Mundo Sano.
En Argentina, el surgimiento de brotes epidémicos es estacional, y está relacionado principalmente con las variaciones de temperaturas y lluvias a lo largo de los meses del año, y con el comportamiento de las personas. A mayor circulación de gente, y ausencia de cuidados ambientales y personales para la prevención, mayor es la probabilidad de que aumenten los casos. «En otros países la circulación del virus del dengue es permanente. No es el caso del nuestro, por lo que el virus comienza a circular a partir del ingreso del mismo por el traslado de personas, ya sea por viajes vinculados a trabajo o turismo», destacó Espinosa.
«Si observamos el patrón de distribución del dengue con el aumento de la incidencia en los últimos años, la extensión a otras zonas donde antes no estaba, sumado a las modificaciones en el clima y las condiciones sociales y económicas desfavorables, es muy probable que, en el futuro, vayamos teniendo más áreas con personas que presenten la enfermedad y un mayor número de casos», advirtió el Dr. Pablo Bonvehí, infectólogo, miembro del Grupo Técnico Asesor de Enfermedades Prevenibles por Vacunación (TAG, por su sigla en inglés) de la OPS y Jefe de Infectología del Hospital Universitario CEMIC.
Cabe mencionar que el dengue es una enfermedad viral transmitida por vector, la picadura del mosquito Aedes aegypti que se propaga cuando el mosquito se alimenta con sangre de una persona con dengue y pica luego a otras personas transmitiendo así la enfermedad.
Por eso, se debe prestar especial atención a la eliminación de todo recipiente que contenga agua, tanto en el interior de las casas como en sus alrededores. Si los recipientes no pueden quitarse porque se usan de modo frecuente, debe evitarse el acceso del mosquito a su interior (tapando tanques, aljibes y/o cisternas) o evitando que acumulen agua, dándolos vuelta (por ejemplo en el caso de baldes, palanganas, tambores) o vaciándolos y cepillando frecuentemente su interior (si se trata de portamacetas o bebederos), o poniendo los mismos al resguardo bajo techo.
Al respecto es importante destacar, además, que la fumigación y aplicación de insecticidas es una medida de control destinada a eliminar a los mosquitos adultos, pero no es útil para erradicar huevos ni las larvas y siempre debe ser acompañada por acciones de control y eliminación de todos los recipientes que acumulan y puedan acumular agua en las casas y espacios públicos.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el número de casos de dengue en las Américas se ha incrementado en las últimas cuatro décadas, pasando de 1,5 millones de casos acumulados en la década del 80, a 16,2 millones en la década del 2010-2019. En 2019, señaló la organización, se registraron un poco más de 3,1 millones de casos, 28 mil graves, y 1.534 muertes.