El efecto sobre la salud, del marketing de la industria de leches de fórmula
Menos de la mitad de los bebés en todo el mundo son amamantados según lo recomendado por la OMS y, a pesar de que la alimentación con leches de fórmula no ofrece los mismos beneficios en cuanto a nutrición, salud y desarrollo que la lactancia materna, sus ventas siguen aumentando.
«Los bebés tienen más probabilidades de sobrevivir y desarrollar todo su potencial cuando son amamantados», aseguró Dr. Rafael Pérez-Escamilla, Escuela de Salud Pública de la Universidad de Yale (EE.UU.), coautor de un informe que publicó The Lancet.
«La lactancia materna promueve el desarrollo del cerebro, protege a los bebés contra la desnutrición, las enfermedades infecciosas y la muerte, al mismo tiempo que reduce los riesgos de obesidad y enfermedades crónicas en el futuro», subrayó. Sin embargo, denunció, «en todo el mundo, muchas mujeres que desean amamantar se enfrentan a múltiples obstáculos, como falta de apoyo en los sistemas de salud y en el lugar de trabajo, en el contexto de las tácticas de marketing de explotación de la industria de fórmulas lácteas comerciales».
El documento de The Lancet, que incluye varios análisis exhaustivos, acusa a la industria de leches de fórmula de explotar las emociones de los padres y madres y de manipular la información científica para generar ventas a expensas de la salud y los derechos de las familias, las mujeres y los niños.
Sus autores destacan el poder económico y político de las compañías de leche de fórmula, pero también de los fallos en las políticas de salud pública que provocan que millones de mujeres no puedan amamantar a sus bebés como está recomendado.
Asimismo, enfatizan que la lactancia materna es una responsabilidad colectiva de la sociedad y demandan una promoción, apoyo y protección más efectivos para la lactancia materna.
El informe denuncia las estrategias de marketing de la industria de leches de fórmula y pide un tratado legal internacional para acabar con la comercialización irresponsable de leches de fórmula y el mercadeo de los gobiernos.
El coautor del informe, Dr. Nigel Rollins, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), afirmó que «la venta de leche de fórmula es una industria multimillonaria que utiliza el mercadeo con los gobiernos junto con un manual de marketing sofisticado y altamente efectivo para convertir el cuidado y la preocupación de los padres y madres en una oportunidad de negocio. Es hora de que esto acabe. Las mujeres deben estar empoderadas para tomar decisiones sobre la alimentación infantil que se basen en información precisa y libre de la influencia de la industria».
Y añadió: «la lactancia materna debe ser considerada una responsabilidad colectiva de la sociedad, no una preocupación exclusiva de las mujeres. Necesitamos acciones de gran alcance en diferentes áreas de la sociedad para apoyar mejor a las madres para que amamanten todo el tiempo que quieran».
En su análisis, el informe muestra cómo los beneficios obtenidos por la industria de la leche de fórmula benefician a las empresas ubicadas en países de altos ingresos, mientras que los daños sociales, económicos y ambientales están ampliamente distribuidos y son más dañinos en los países de bajos y medianos ingresos.
Así, el documento describe las tácticas utilizadas por estas empresas para vender sus productos, incluido el aprovechamiento de las preocupaciones de los padres sobre la salud y el desarrollo de sus hijos. Una razón común por la que las mujeres introducen leche de fórmula es interpretar el comportamiento inestable del bebé, especialmente la interrupción del sueño y el llanto persistente, como una señal de que la leche materna es insuficiente. Sin embargo, escriben, los patrones de sueño de los bebés no son los mismos que los de los adultos y los comportamientos inestables de los bebés son comunes. Cuando las madres reciben el apoyo adecuado, las preocupaciones se pueden abordar con éxito sin el uso de leche de fórmula.
«La industria de las leches de fórmula utiliza ciencia deficiente para sugerir, con poca evidencia, que sus productos son soluciones para desafíos comunes de desarrollo y salud infantil. Los anuncios afirman que sus fórmulas especializadas alivian la irritabilidad, ayudan con los cólicos, prolongan el sueño nocturno e incluso fomentan una inteligencia superior. Las etiquetas usan palabras como 'cerebro', 'neuro' y 'CI' con imágenes que destacan el desarrollo temprano, pero los estudios no muestran ningún beneficio de los ingredientes de estos productos en el rendimiento académico o la cognición a largo plazo. Esta técnica de marketing viola el Código de 1981, que dice que las etiquetas no deben idealizar el uso de la fórmula y explota la ciencia deficiente para crear un relato falso para vender más productos», advirtió la Dra. Linda Richter, de la Universidad de Witwatersrand (Sudáfrica).
La revisión de 153 estudios detalla cómo las prácticas de marketing que violan el Código han continuado en casi 100 países y en todas las regiones del mundo desde su adopción hace más de 40 años.
El informe también llama la atención sobre el poder de la industria de las fórmulas lácteas para influir en las decisiones políticas nacionales e interferir con los procesos normativos nacionales e internacionales.
Además de influir en las organizaciones políticas, los autores argumentan que las empresas de leche de fórmula también aprovechan la credibilidad de la ciencia al patrocinar organizaciones profesionales, publicar artículos patrocinados en revistas científicas e invitar a líderes en salud pública a juntas y comités asesores, lo que genera conflictos de intereses inaceptables dentro de la salud pública.
«Muchos gobiernos no protegen a las madres y los niños de las prácticas de marketing poco éticas debido al poder económico y político de estas empresas», señaló David McCoy, de las Naciones Unidas.
«La recomendación de que amamantar es lo mejor para la salud de sus bebés no sirve de nada si las mujeres no reciben apoyo para comprender y manejar los comportamientos inestables del bebé, o si las madres sin bajas por maternidad o paga se ven obligadas a volver a trabajar por necesidad económica», denunció la Dra. Julie Smith, de Universidad Nacional de Australia.
Un editorial publicado en The Lancet sostiene que «algunas mujeres optan por no amamantar o no pueden hacerlo. La presión percibida o la incapacidad para amamantar, especialmente si está en desacuerdo con los deseos de la madre, puede tener un efecto perjudicial en la salud mental, y se deben implementar sistemas para apoyar completamente a todas las madres en sus elecciones».
«Esta serie subraya la necesidad de que la sociedad asuma una responsabilidad colectiva a la hora de apoyar a las madres para que amamanten a sus hijos, abordando al mismo tiempo las barreras a las que se enfrentan y asegurándose de que cuentan con información precisa y libre de influencias de la industria. El mensaje de esta serie en The Lancet debería servir por fin como llamada de atención al mundo», concluyó el Dr. Daniel Munblit, profesor honorario del Instituto Nacional del Corazón y los Pulmones del Imperial College de Londres, en declaraciones a Science Media Centre.
Ref: ABC
«Los bebés tienen más probabilidades de sobrevivir y desarrollar todo su potencial cuando son amamantados», aseguró Dr. Rafael Pérez-Escamilla, Escuela de Salud Pública de la Universidad de Yale (EE.UU.), coautor de un informe que publicó The Lancet.
«La lactancia materna promueve el desarrollo del cerebro, protege a los bebés contra la desnutrición, las enfermedades infecciosas y la muerte, al mismo tiempo que reduce los riesgos de obesidad y enfermedades crónicas en el futuro», subrayó. Sin embargo, denunció, «en todo el mundo, muchas mujeres que desean amamantar se enfrentan a múltiples obstáculos, como falta de apoyo en los sistemas de salud y en el lugar de trabajo, en el contexto de las tácticas de marketing de explotación de la industria de fórmulas lácteas comerciales».
El documento de The Lancet, que incluye varios análisis exhaustivos, acusa a la industria de leches de fórmula de explotar las emociones de los padres y madres y de manipular la información científica para generar ventas a expensas de la salud y los derechos de las familias, las mujeres y los niños.
Sus autores destacan el poder económico y político de las compañías de leche de fórmula, pero también de los fallos en las políticas de salud pública que provocan que millones de mujeres no puedan amamantar a sus bebés como está recomendado.
Asimismo, enfatizan que la lactancia materna es una responsabilidad colectiva de la sociedad y demandan una promoción, apoyo y protección más efectivos para la lactancia materna.
El informe denuncia las estrategias de marketing de la industria de leches de fórmula y pide un tratado legal internacional para acabar con la comercialización irresponsable de leches de fórmula y el mercadeo de los gobiernos.
El coautor del informe, Dr. Nigel Rollins, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), afirmó que «la venta de leche de fórmula es una industria multimillonaria que utiliza el mercadeo con los gobiernos junto con un manual de marketing sofisticado y altamente efectivo para convertir el cuidado y la preocupación de los padres y madres en una oportunidad de negocio. Es hora de que esto acabe. Las mujeres deben estar empoderadas para tomar decisiones sobre la alimentación infantil que se basen en información precisa y libre de la influencia de la industria».
Y añadió: «la lactancia materna debe ser considerada una responsabilidad colectiva de la sociedad, no una preocupación exclusiva de las mujeres. Necesitamos acciones de gran alcance en diferentes áreas de la sociedad para apoyar mejor a las madres para que amamanten todo el tiempo que quieran».
En su análisis, el informe muestra cómo los beneficios obtenidos por la industria de la leche de fórmula benefician a las empresas ubicadas en países de altos ingresos, mientras que los daños sociales, económicos y ambientales están ampliamente distribuidos y son más dañinos en los países de bajos y medianos ingresos.
Así, el documento describe las tácticas utilizadas por estas empresas para vender sus productos, incluido el aprovechamiento de las preocupaciones de los padres sobre la salud y el desarrollo de sus hijos. Una razón común por la que las mujeres introducen leche de fórmula es interpretar el comportamiento inestable del bebé, especialmente la interrupción del sueño y el llanto persistente, como una señal de que la leche materna es insuficiente. Sin embargo, escriben, los patrones de sueño de los bebés no son los mismos que los de los adultos y los comportamientos inestables de los bebés son comunes. Cuando las madres reciben el apoyo adecuado, las preocupaciones se pueden abordar con éxito sin el uso de leche de fórmula.
«La industria de las leches de fórmula utiliza ciencia deficiente para sugerir, con poca evidencia, que sus productos son soluciones para desafíos comunes de desarrollo y salud infantil. Los anuncios afirman que sus fórmulas especializadas alivian la irritabilidad, ayudan con los cólicos, prolongan el sueño nocturno e incluso fomentan una inteligencia superior. Las etiquetas usan palabras como 'cerebro', 'neuro' y 'CI' con imágenes que destacan el desarrollo temprano, pero los estudios no muestran ningún beneficio de los ingredientes de estos productos en el rendimiento académico o la cognición a largo plazo. Esta técnica de marketing viola el Código de 1981, que dice que las etiquetas no deben idealizar el uso de la fórmula y explota la ciencia deficiente para crear un relato falso para vender más productos», advirtió la Dra. Linda Richter, de la Universidad de Witwatersrand (Sudáfrica).
La revisión de 153 estudios detalla cómo las prácticas de marketing que violan el Código han continuado en casi 100 países y en todas las regiones del mundo desde su adopción hace más de 40 años.
El informe también llama la atención sobre el poder de la industria de las fórmulas lácteas para influir en las decisiones políticas nacionales e interferir con los procesos normativos nacionales e internacionales.
Además de influir en las organizaciones políticas, los autores argumentan que las empresas de leche de fórmula también aprovechan la credibilidad de la ciencia al patrocinar organizaciones profesionales, publicar artículos patrocinados en revistas científicas e invitar a líderes en salud pública a juntas y comités asesores, lo que genera conflictos de intereses inaceptables dentro de la salud pública.
«Muchos gobiernos no protegen a las madres y los niños de las prácticas de marketing poco éticas debido al poder económico y político de estas empresas», señaló David McCoy, de las Naciones Unidas.
«La recomendación de que amamantar es lo mejor para la salud de sus bebés no sirve de nada si las mujeres no reciben apoyo para comprender y manejar los comportamientos inestables del bebé, o si las madres sin bajas por maternidad o paga se ven obligadas a volver a trabajar por necesidad económica», denunció la Dra. Julie Smith, de Universidad Nacional de Australia.
Un editorial publicado en The Lancet sostiene que «algunas mujeres optan por no amamantar o no pueden hacerlo. La presión percibida o la incapacidad para amamantar, especialmente si está en desacuerdo con los deseos de la madre, puede tener un efecto perjudicial en la salud mental, y se deben implementar sistemas para apoyar completamente a todas las madres en sus elecciones».
«Esta serie subraya la necesidad de que la sociedad asuma una responsabilidad colectiva a la hora de apoyar a las madres para que amamanten a sus hijos, abordando al mismo tiempo las barreras a las que se enfrentan y asegurándose de que cuentan con información precisa y libre de influencias de la industria. El mensaje de esta serie en The Lancet debería servir por fin como llamada de atención al mundo», concluyó el Dr. Daniel Munblit, profesor honorario del Instituto Nacional del Corazón y los Pulmones del Imperial College de Londres, en declaraciones a Science Media Centre.
Ref: ABC