Salud mental: cuándo consultar con un psicólogo o psiquiatra sobre tu niño
El uso de internet ha posibilitado la democratización del conocimiento y esto se ha trasladado al ámbito de la salud. Aunque realizar un diagnóstico únicamente por esta vía puede resultar peligroso, muchos padres han podido informarse a través de ella respecto a cuáles son las condiciones esperables a cada edad y, así, poder hacer un seguimiento más cercano de sus hijos.
«Hoy en día hay mucha más conciencia respecto a la importancia del abordaje temprano de las dificultades del desarrollo en niños y esto posibilita mejorar el pronóstico y evolución. Si bien es cierto que encontramos más niños con diagnósticos de trastornos, esto no significa que haya más casos, sino que, gracias al aumento de conocimiento de estas patologías y sus síntomas, se genera un aumento en las consultas clínicas», afirmó a Buena Praxis, la Dra. Andrea Abadi (M.N 76165), psiquiatra especializada en el diagnóstico y tratamiento de niños y adolescentes, directora del Departamento Infanto Juvenil de INECO.
Según la profesional, la experiencia muestra que los chicos llegan derivados por los pediatras o por propia iniciativa de los padres, pero ¿cuáles son los síntomas o causas que deben generar alerta?
Claramente la sociedad no es la misma ahora que hace 30 años atrás y eso hace que exista una presión sobre los niños que antes no había. Cada vez los chicos tienen menos momentos para el juego libre y son pocos los espacios barriales o en la calle donde puede desarrollarse la actividad lúdica. Esto provoca un impacto en su desarrollo y lleva a que se termine optando por elegir espacios de entretenimiento en soledad o a través del uso de pantallas, lo cual no siempre resulta saludable.
«Siempre lo que debemos observar es el funcionamiento global de los chicos dentro de su rango etario y evaluar si existen o no conductas que le impiden al niño manejarse como otros de su misma edad. Por ejemplo, un chico puede ser temeroso, pero si esos miedos no le permiten poder asistir a un cumpleaños o ir a la casa de un amigo a jugar, significa que este temor le está impidiendo tener un desarrollo emocional adecuado. Ese es el momento oportuno para intervenir», comentó la psiquiatra infanto juvenil de INECO.
Es por ello que resulta ideal que quien determine si lo que manifiesta un chico está dentro de la norma o no, sea el pediatra, dado que es él quien mejor conoce a la familia. Pero, si el médico de cabecera o el pediatra no se alertan con algunas situaciones, los padres deben buscar una consulta con un profesional del campo de la salud mental.
En línea con esto, de acuerdo con la Dra. Andrea Abadi, actualmente las condiciones psicopatológicas que se diagnostican con mayor frecuencia durante la infancia son: la condición del espectro autista, el trastorno por déficit de atención, trastornos de ansiedad, trastornos de ánimo depresivo y el trastorno bipolar.
Para su tratamiento hay que tener en cuenta que el autismo y el TDAH son trastornos del neurodesarrollo, distinto a los trastornos de ansiedad, la depresión o bipolaridad, las cuales son enfermedades.
Lo positivo es que se ha comprobado que en cada caso hay intervenciones específicas indicadas, pero en rasgos generales se sugiere realizar un abordaje interdisciplinario, con objetivos de tratamientos claros y medibles en el tiempo.
«Hoy en día hay mucha más conciencia respecto a la importancia del abordaje temprano de las dificultades del desarrollo en niños y esto posibilita mejorar el pronóstico y evolución. Si bien es cierto que encontramos más niños con diagnósticos de trastornos, esto no significa que haya más casos, sino que, gracias al aumento de conocimiento de estas patologías y sus síntomas, se genera un aumento en las consultas clínicas», afirmó a Buena Praxis, la Dra. Andrea Abadi (M.N 76165), psiquiatra especializada en el diagnóstico y tratamiento de niños y adolescentes, directora del Departamento Infanto Juvenil de INECO.
Según la profesional, la experiencia muestra que los chicos llegan derivados por los pediatras o por propia iniciativa de los padres, pero ¿cuáles son los síntomas o causas que deben generar alerta?
Claramente la sociedad no es la misma ahora que hace 30 años atrás y eso hace que exista una presión sobre los niños que antes no había. Cada vez los chicos tienen menos momentos para el juego libre y son pocos los espacios barriales o en la calle donde puede desarrollarse la actividad lúdica. Esto provoca un impacto en su desarrollo y lleva a que se termine optando por elegir espacios de entretenimiento en soledad o a través del uso de pantallas, lo cual no siempre resulta saludable.
«Siempre lo que debemos observar es el funcionamiento global de los chicos dentro de su rango etario y evaluar si existen o no conductas que le impiden al niño manejarse como otros de su misma edad. Por ejemplo, un chico puede ser temeroso, pero si esos miedos no le permiten poder asistir a un cumpleaños o ir a la casa de un amigo a jugar, significa que este temor le está impidiendo tener un desarrollo emocional adecuado. Ese es el momento oportuno para intervenir», comentó la psiquiatra infanto juvenil de INECO.
Es por ello que resulta ideal que quien determine si lo que manifiesta un chico está dentro de la norma o no, sea el pediatra, dado que es él quien mejor conoce a la familia. Pero, si el médico de cabecera o el pediatra no se alertan con algunas situaciones, los padres deben buscar una consulta con un profesional del campo de la salud mental.
En línea con esto, de acuerdo con la Dra. Andrea Abadi, actualmente las condiciones psicopatológicas que se diagnostican con mayor frecuencia durante la infancia son: la condición del espectro autista, el trastorno por déficit de atención, trastornos de ansiedad, trastornos de ánimo depresivo y el trastorno bipolar.
Para su tratamiento hay que tener en cuenta que el autismo y el TDAH son trastornos del neurodesarrollo, distinto a los trastornos de ansiedad, la depresión o bipolaridad, las cuales son enfermedades.
Lo positivo es que se ha comprobado que en cada caso hay intervenciones específicas indicadas, pero en rasgos generales se sugiere realizar un abordaje interdisciplinario, con objetivos de tratamientos claros y medibles en el tiempo.